Economía
Manuel Funes Robert (5/10/2010)zapatero1
La base del presupuesto aprobado a duras penas es la austeridad, la peor medicina para la enfermedad que padecemos, cuyo fundamento y causa es la caída espectacular de la demanda y por tanto más austeridad es menos demanda y más crisis. La austeridad no es la solución, la austeridad es el problema.

Pero hay dos características novedosas en el referido presupuestazo. Una, que el gobernante que busca con ansia disminuir el paro acepta expresamente que este presupuesto lo va a aumentar del 19 al 20% con el consuelo sin lógica de que la situación cambiará en los próximos cinco o veinte años. Da la impresión de que anticipando desde el poder los males inminentes se da menor base a la crítica, porque el fenómeno esperado forma parte de un plan general cuyo efecto bueno acabará por imponerse.

Más importancia tiene la revelación del papel que la deuda soberana tiene con los mercados. Y se dice que acabar con esa deuda o congelarla es la primera obligación, siendo así que la igualdad de los gastos con los ingresos sea cual sea su cuantía y sea cual sea su composición nos hace temernos lo peor. De entrada, al obrero y al empresario, esa igualdad les dice poco y el carácter de buena o mala se altera con el cambio de uno cualquiera de los componentes de las dos magnitudes. El único efecto que produce no tiene nada que ver con la crisis sino con las expectativas para los mercaderes exteriores que hablan de cuentas saneadas en cuanto que lo que sea sano sean sus ganancias. Nos enteramos de que hay que endeudarse más para cortar la acumulación de intereses no pagados al principal de la deuda y es verdad que estamos ante el supuesto de las progresiones geométricas en las cuales los intereses, al sumarse al principal producen también intereses.

Este endeudamiento con intereses privados se produce cuando España, como cualquier otro país de la UE, tiene derecho a que su BCE ofrezca la liquidez necesaria para que el sistema funcione con normalidad y sin paro. Se ha creado un BCE que sustituye a los 17 anteriores y cuyo funcionamiento ha sido secuestrado por las finanzas privadas. Este BCE ofreció al sector financiero el mayor negocio de su historia cuando en 2007 y 2008 dobló los recibos hipotecarios a los hipotecados europeos, en España más de la mitad de las familias. Esta operación dio a la banca privada el negocio mayor de su historia porque recibía el doble sin dar un día más de plazo ni un euro más de crédito. Y con este golpe al consumo comenzó la crisis. Y ahora, al bajar hasta el 1% se abstiene de crear financiación, incumpliendo una obligación básica y dejando a las finanzas privadas ocupar su lugar. Y cuando se podían hacer préstamos, no a tres y seis meses con intereses sino a treinta sin intereses, aparece el temible endeudamiento que no tenía que haberse producido si el BCE no se hubiera puesto a las órdenes de la banca privada.

En resumidas cuentas, la deuda libro-funes-robertpodría ser en este momento cero porque se corresponde el importe de la deuda con la liquidez que debería haber cumplido el banco central. En resumen la carrera desatada por satisfacer a los mercados, a los cuales si interesa el equilibrio presupuestario, se produce la agresión macroeconómica más grande de todos los tiempos.

Nunca fue tan fácil cuantificar la causas  y descubrir el remedio, que pasa necesariamente por liberar al BCE del dominio del sector privado y obligarle a cumplir la obligación para la cual nació: crear la masa monetaria necesaria y suficiente para movilizar los recursos reales con lo cual se llegará de una manera incruenta al equilibrio presupuestario cuando el pleno empleo haga aumentar los ingresos públicos disminuyendo los gastos públicos extraordinarios. Nunca en la Historia fue tan intensa la alianza de los intereses privados con la ignorancia.

La rebelión social en marcha es el único remedio que avale la doctrina necesaria que he dedica mi obra de muchos años, «LA LUCHA DE CLASES EN EL SIGLO XXI».