España
espacioseuropeos.com (16/1/2011)the-economist
El 13 de este mes, el semanario británico  The Eeconomist, publicó un artículo titulado «En estado de sitio: El estado de la banca española y como subtítulo «Cuantificando las dificultades del sistema bancario nacional«, que no ha tenido demasiado eco en nuestro país. Curiosamente, los medios que han hecho referencia a este trabajo periodístico, se han dedicado más a recoger lo positivo para el sistema bancario español (cajas de ahorro y banca), que lo mucho de negativo que encierra. Desconocemos la razón. Quizás esa actitud se deba a cierto mal entendido patriotismo, «por no dañar más aún la imagen de nuestro país», o por cuestiones publicitarias y de sumisión al poder. Lo desconocemos.

En cualquier caso, nosotros hemos considerado recogerlo íntegramente y traducirlo para nuestros lectores. Ustedes opinarán.

En estado de sitio: El estado de la banca española
Cuantificando las dificultades del sistema bancario nacional

La deuda pública española, inferior a dos tercios del Producto Interior Bruto el último año, no es especialmente elevada. Y a pesar de ello, los mercados financieros temen que el gobierno español, como el irlandés, pueda tener que conseguir enormes cantidades de dinero para apoyar a los bancos nacionales. Los mercados financieros recibieron momentáneamente con alivio a las entidades de crédito españolas después de las ‘pruebas de estrés’ realizadas el pasado mes de julio. Pero las dudas acerca del sistema financiero han aflorado de nuevo con una gran intensidad. Los bancos españoles, así como su ente regulador, vuelven a estar en entredicho.

Sólo los bancos más poderosos tienen acceso a los grandes mercados, y a un precio muy elevado. Este año el sistema financiero español está pendiente de compensar unos 90.000 millones de euros de deuda, de los que el 45% corresponde a los dos principales bancos, según estimaciones de Barclays Capital. Los bancos continúan reduciendo su dependencia de los fondos del Banco Central Europeo, gracias a la mejora en el acceso al mercado de recompra a corto plazo (los ‘repo’). Pero en condiciones económicas estables, la financiación a largo plazo es esencial.

La percepción es mucho peor que la realidad, afirma Miguel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España. Calcula que las cajas de ahorros españolas no requerirán este año más ayudas públicas que los 10,6 mil millones de euros ya comprometidos por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), dotado con 99.000 de millones de euros.

Sin embargo, los inversores consideran que esa opinión es demasiado optimista. El debate en los mercados no es si las entidades de crédito españolas necesitarán más capital, sino cuánto. La lista de preocupaciones es larga. Se refiere a la forma en que la deuda de los bancos afecta a la deuda soberana, lo que a su vez afecta a los bancos y acaba formando un círculo vicioso. La rentabilidad de los bancos se está hundiendo, en parte debido a que los márgenes para el crédito están siendo exprimidos por una escalada de depósitos ofrecidos como fuente de financiación estable. Las cajas de ahorros están sufriendo en estos momentos una profunda reestructuración: las complejas fusiones para reducir costes han reducido su número de 45 a 17.

La principal fuente de preocupación sigue siendo el pinchazo de la burbuja inmobiliaria española. Los datos oficiales muestran un apático ajuste en ese mercado, con unos precios apenas un 12,8% por debajo de su nivel más alto. La espectacular caída de los bancos irlandeses, apenas unos meses después de que superaran sus ‘pruebas de estrés’, también ha contribuido a desconcertar a los inversores.

Los paralelismos con Irlanda, sin embargo, se están empleando en exceso. Los principales bancos españoles, a diferencia de los irlandeses, son serios. Aun así, los bancos españoles tienen 323.000 millones de euros (el equivalente al 31% del Producto Interior Bruto) en préstamos a agentes inmobiliarios. Añádase lo que está en construcción, y la exposición al riesgo en este sector aumenta al 42% del PIB. A finales de 2010 los bancos españoles ya habían obtenido 87.000 millobanco-de-espana1nes de euros en provisiones por préstamos fallidos.

No hay consenso acerca del capital que será necesario. Moody’s, una agencia de calificación, estima que los bancos podrían requerir otros 17.000 millones de euros para llevar el capital de máxima calidad (‘Tier 1’) al 8%. Según UBS, podrían necesitar hasta 120.000 millones de euros para recuperar la confianza de los mercados financieros.

¿Cómo sería un escenario apocalíptico? Partiendo del escenario más catastrófico imaginado por el Banco de España y añadiendo una posible escalada a la irlandesa de préstamos a agentes y promotores inmobiliarios, las pérdidas brutas del sistema bancario español podrían ser de 270.000 millones de euros, unos 60.000 millones más de lo reconocido por el Banco Central. Si las entidades de crédito lograran solamente la mitad de sus beneficios y ganancias de capital en el escenario planteado por el Banco de España, entonces tendrían que obtener unos 140.000 millones de nuevo capital, o, lo que es lo mismo, un 13% del PIB, para alcanzar una ratio del 10%. En relación con la dimensión de la economía nacional, no estaría muy lejos del desplome irlandés.

La actual exposición de la economía española al mercado inmobiliario es más reducida de lo que sugieren los números oficiales, dice Arturo de Frías –analista de ‘Evolution Securities’-, debido a la manera de clasificar los préstamos. Considera que los bancos pueden absorber las pérdidas gracias a los beneficios que vayan generando durante el ejercicio, mientras las cajas necesitarán ampliar su capital unos 50.000 millones de euros.

El Banco de España ha solicitado a las entidades de crédito que revelen con carácter trimestral los detalles sobre la exposición al riesgo inmobiliario, incluyendo los riesgos colaterales, empezando por los resultados anuales de 2010. Cualquier señal de que las cajas pueden ampliar su capital sin recurrir a las inyecciones públicas sería de gran ayuda. Los banqueros esperan nuevas fusiones este año. Un cambio legislativo ha facilitado la entrada de nuevos inversores. Pero con unos valores bancarios ya de por sí reducidos, las cajas tendrán que vender sus acciones a muy bajo precio si quieren atraer el interés de los inversores.

El Banco de España sostiene que quiere minimizar el uso de dinero público, y el FROB ha aumentado apenas 12.000 millones de euros hasta ahora. El tiempo demostrará si el Sr. Ordóñez tiene razón. Pero, si las dudas persisten, tanto para los bancos como para el Estado, quizá no tenga mucho tiempo para actuar.