espacioseuropeos.com (12/3/2009)
Noticias llegadas desde Islamabad informan que una marcha de protesta se está llevando a cabo contra el gobierno en Pakistán. Nawaz Sharif, líder opositor al actual gobierno pidió a la población a que se una a la marcha, organizada desde varias ciudades del país hasta coverger en la capital.
Desde el lunes pasado, Sharif lleva animando a sus seguidores a que se trasladen hasta Islamabad para unirse todos en una «sentada» ante el Parlamento paquistaní. Una de las exigencias más importantes de la oposición es que el Presidente Asif Ali Zardari cumpla con sus promesas y vuelva a designar magistrados, ya que desde que el ex presidente, el general Pervez Musharraf los destituyó, los jueces no podían ejercer.
En la actualidad Pakistán está presidido por un gobierno civil, liderado por Asif Ali Zardari, pero la oposición le acusa de estar inmerso en casos de corrupción, de no esforzarse por resolver la crisis económica actual y de no combatir el radicalismo islámico.
Estas protestas han llevado al Gobierno a detener a varios activistas, lo que está fomentando la separación entre gobierno y oposición, además de encrespar a la población.
Como manifestó el profesor Arshin Adib-Moghaddam, la guerra se está extendiendo en la zona y «los Estados vecinos están pagando la equivocación. El cultivo de amapolas y la producción de opio se han incrementado proporcionalmente desde la ocupación de Afganistán». El Presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, se encuentra ahora ante dos amenazas a la seguridad: las incursiones transfronterizas no autorizadas, por parte del Ejército estadounidense, por un lado, y la campaña terrorista lanzada sobre el país, por parte de la alianza Al-Qaeda-Taliban, por otro. Cuanto más sometimiento demanda Estados Unidos a sus aliados -Pakistán, Arabia Saudí, Egipto, Jordania-, más volátil se torna su legitimidad en casa.