gonzalez-torgaJosé Manuel G.Torga (11/5/2009)
El libro ha sido presentado a los medios de comunicación social. Ofreció cumplida información sobre su contenido, la autora, Mercedes Chivelet.

Proporcionaron exposiciones complementarias, José Luis Cortés, coordinador de literatura infantil y juvenil de la Fundación SM y el director de la misma, Leoncio Fernández. Como contrapunto intervino José Luís Cano, periodista y miembro del dúo Gomaespuma. La obra, con una presentación clara y de calidad ha sido lanzada por Editorial SM.

La Prensa Infantil en España. Desde el siglo XVIII hasta nuestros días constituye el descubrimiento, para la curiosidad pública, de lo más representativo sobre la materia tratada.

Hasta ahora no había un trabajo similar que conjugara la amplitud temática y la duración histórica, superior a dos siglos, con la profundidad investigadora. El estudio de más de dos mil ejemplares, de cuatrocientas cabeceras o títulos de publicaciones, supone un trabajo ingente para encontrar un sentido a la evolución histórica y revelarlo a los lectores. Entre la Gaceta de los Niños, de 1878, y Tu mejor amiga, de 2005, hay periodos y significaciones acordes con cambios sociales y generaciones infantiles y adolescentes marcadas por épocas diferenciadas.

No faltan referencias internacionales, como la concretada en Komensky, también conocido por Comenius, merecedor aquí de esa cita por su Orbis Pictus (Mundo Pintado), como en otro tema del Periodismo tan básico como es la noticia.

Años de búsqueda
Mercedes Chivelet ha necesitado años de búsqueda para encontrar en hemerotecas, ferias y mercadillos diversos, un tipo de publicaciones, nacidas para un futuro efímero, aunque el destino otorga supervivencia a una proporción, eso sí, escasa de ejemplares.

Hay nombres o seudónimos, como en el caso de Elena Fortún (Encarnación Aragoneses) que acuñan  firmas equivalentes en celebridad a sus personajes imaginados y traducidos plásticamente; así ocurre con Celia.

Si, entre tantas publicaciones, hubiera que fijar la atencilibro-la-prensa-infantilón, de manera especial en alguna, tal vez sea el periódico TBO el elegido por muchos. Más allá de su significación específica ha trascendido para nominar, genéricamente, muestras de una fórmula, por encima de sus títulos particulares.

La Prensa infantil y juvenil significa para algunos un tipo de producto periodístico de menor entidad. Sin embargo ciertos autores de textos o de ilustraciones contradicen esa valoración: bastará, como muestra indiciaria, mencionar a Fernán Caballero y a Miguel Mihura como escritores; y a Rafael de Penagos, por sus dibujos, que idealizaron a un tipo de mujer, moderna para su tiempo.

Medio centenar de páginas, como tripa central del tomo, es una auténtica explosión colorista, a base de reproducciones de portadas del variopinto universo de este género de Prensa.

Por si todo lo anterior fuera poco, aún cabe, a través de la lectura del libro, cuando menos se espera, un reencuentro emocional con la propia infancia. Este escribidor, por ejemplo, sintió casi un respingo al encontrarse con el título de un relato infantil, perdido para él hace muchos años, aunque nunca olvidado. Se titulaba Los tres sorianitos y ahora me entero que había salido de la pluma de un periodista célebre, José Ortega Munilla, el padre del filósofo José Ortega y Gasset.

Para diferentes públicos
La Prensa infantil en España encierra, pues, muchas aportaciones, unas de valor académico y otras de interés general o, incluso, para el auténtico deleite personal. Toda una extensa gama de posibilidades de cara a públicos diferentes.

 La profesora universitaria Mercedes Chivelet cuenta con otras obras publicadas como Historia de la Prensa cotidiana en España, Los periódicos que leímos de niños, Historia del libro y Diccionario de la edición.

 Sus tareas como docente culminan una larga y fructífera labor periodística. Estoy en las mejores condiciones personales para testificarlo por  cierto paralelismo, tanto con ella como con su marido, Francisco Martín González, desde antes de ingresar, simultáneamente, en la que fuera Escuela Oficial de Periodismo. El medio siglo transcurrido da para mucho.