Mi Columna
Eugenio Pordomingo (5/2/2011)zapatero-y-botin
Con tanto lío en la Iglesia Católica, que si hay infierno, que si no -limbo, parece confirmado que no-, al final no lo tengo muy claro. Pero, de haberlo, si que tengo la certeza de quienes van a ocupar un sitio, excepto si se arrepienten a tiempo.

Don Emilio Botín, ¡vaya apellido para un banquero!, ha logrado que su banco, el Santander, se alce, a pesar de la crisis económica -o por eso- como .el tercer banco del mundo en «generación de beneficios», según recogen los medios de comunicación. El pasado jueves, Botín rebozó ante los especialistas de la prensa sus ganancias -a mi me parecen obscenas-, que han alcanzado los 8.181 millones de euros, aunque dice (Botín) que son un 8,5 por ciento menos que en 2009,

El Santander logra por cuarto año consecutivo obtener unos beneficios que superan los 8.000 millones. Dicen los expertos en asuntos de la economía que ese «éxito» se debe a la diversificación del negocio. O sea, diversificar o repartir los lugares desde donde «absorver» la sangre a los más débiles. Y éstos se encuentran en Iberoamérica y África, pues Oriente lo ocupa la poderosa banca china.

Pero Botín, además de presentar estos datos, lanzó un capote -otro más- a Zapatero. El banquero santanderino no tuvo el menor recato ni pudor en decir que las medidas puestas en marcha por el gobierno socialista, y las que van a venir, son «magníficas» y «muy rápidas», «muy buenas y muy contundentes». Y por si fuero poco, animó a «mantener el ritmo» y avanzar en la reforma laboral y en los cambios sobre la negociación colectiva. Según Botín así se ayudará a resolver un «problema crónico y diferencial de la economía española, que es el desempleo».

Lleva razón el banquero, ¡que caray! De seguir así, con cinco millones de desempleados, con un millón y medio de hogares en los que todos sus miembros están en paro, con el 42 por ciento de jóvenes que no consiguen su sustento, con un índice de abandono escolar que dobla la media de la UE, la mortandad irá, lógicamente, en ascenso . La depresión que provocan estas situaciones sociolaborales -incluidos los suicidios de los que no se da debida cuenta- aporta más causas que abundan en la selección de las especies. Ante esta serie de agentes externos nocivos, agresivos y perniciosos para la salud mental y física, solo aguantan los más fuertes. Y al haber menos seres vivos, hay menos desempleados.

Ya se sabe, con menos dinero se consume menos. Sin calefacción, sin cremas reafirmantes, con recortes sanitarios y sin una alimentación adecuada, las enfermedades encuentran más cobijo en esos maltrechos cuerpos. A más enfermos más posibilidades de morir. Y con más años trabajando, el cuerpo está más vaqueteado, más gastado.

Moraleja: Con menos individuos jubilados o en paro, el Estado se gasta menos en pensiones y prestaciones sociales.

Botín no se olvidó de las cajas de ahorro, que según él necesitan una «recapitalización urgente y, a ser posible, con capital privado». O esta pensando comprar por cuatro céntimos o ya trama cómo conseguir que el Estado-Gobierno le subvencione la operación. El banquero se mostró, en este asunto, sumamente «satisfecho».

Con los comedores de Cáritas a rebosar, con la rebaja de sueldos a funcionarios y la congelación de la pensión a jubilados, con el ´pensionazo´ o reforma de las pensiones (más años a cotizar y menos pensión) y con recortes en educación, sanidad y todo tipo de prestaciones sociales, qué más quiere el señor Botín.

los-pactos-de-zapatero-de-2011A Emilio Botín no se le puede negar sinceridad. Manifiesta lo que siente, sin absurda palabrería ni subterfugios dialécticos. Va al grano. Lo peor son esos políticos, hombres de bien, que se las dan de progresistas y demócratas, que dicen mirar por el bien común y la igualdad, y que no paran -es su eterna canción- de luchar por conseguir lo mejor para nosotros.

De los gerifaltes del sindicalismo, supuestamente obrero, mejor no hablar. Ellos viven de ejercer su rol de comparsas en estas «reformas», que no son más que «recortes sangrantes». ¡Vaya papelón el de Cándido Méndez (UGT) y José Ignacio Fernández Toxo (CC. OO.)!.

Y es que todo cambia en pos de la economía. Por ejemplo, antes en el Padre Nuestro se decía «perdona señor mis deudas, que yo ya he perdonado a mis deudores». Sin embargo, la Iglesia Católica que antes condenaba sin paliativo alguno la usura, ahora ha cambiado el párrafo de los «deudores» y en su lugar dice «perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden».

A unos y otros les recomiendo que se arrepientan de lo que están haciendo, aún están a tiempo. No les vaya a pasar lo que a Paulo, uno de los personajes de la obra de Tirso de Molina, «El condenado por desconfiado», que se condenó para la eternidad por desconfiar de la piedad de Dios.

Aunque yo estoy de acuerdo con el poeta romano Publio Ovidio Nasón, cuando dijo que «No se puede lograr que retorne el agua que pasó, ni reclamar que vuelva la hora pretérita».