Alfredo Pérez Rubalcaba. Foto PSOE
Alfredo Pérez Rubalcaba. Foto PSOE

España/Economía
Manuel Funes Robert (6/2/2012)
Frente a la reiteración de los mensajes vacíos del PP «se lo que voy a hacer y lo voy a hacer» y las mentiras como «el déficit es cero es clave de la recuperación» y la continuación de las políticas de ajuste brutal, se observa que la visión correcta está situada a la izquierda.

Recordemos que Aznar perdió el poder por la foto de las Azores y ZP lo perdió cuando se sometió a la dureza de Bruselas. Si las listas del INEM siguen subiendo en los próximos meses por su obcecación en obedecer  los criterios de Bruselas, el Sr. Rajoy puede correr la misma suerte que sus antecesores.

Aunque ZP se despidió en su día con una idea buena «pido al BCE que se implique rotundamente en la solución de la crisis»,  fue víctima de lo que fue el error básico del gobierno, es decir, aceptar las políticas de Bruselas.  No tenemos ajuste porque haya crisis: tenemos crisis porque tenemos ajuste. El ajuste deja sin oxígeno a una economía que necesita precisamente estímulos para comenzar a crecer.

Por tanto se agradecen las alusiones  al BCE, y concretamente en el caso de Carme Chacón se ha llegado a emplear una frase mía: «los Bancos Centrales son los prestamistas en última instancia», los que pueden prestar cuando nadie puede hacerlo a sine die y sin coste o a coste simbólico. Y la situación se agrava cuando la reforma financiera no cuenta con la ayuda del BCE como motor del cambio. Este además obliga a la banca a establecer provisiones gigantescas que podrían utilizar para la financiación sistémica. Así se dan la mano la baja de demanda con la baja de créditos.

Por último recordemos que los Estados buscan la financiación en los mercados con lo cual la deuda, debido a los intereses que deben pagar no hace más que crecer, con leves altibajos que siempre coinciden con una intervención activa y excepcional del BCE.  Paradoja y escandalosamente, el BCE si se muestra entusiasta en financiar a los mercados que luego prestan a los Estados a intereses abusivos.

Lo mejor del Congreso de Sevilla es que su visión es la correcta. Lástima que el todopoderoso secretario general del PSOE, Rubalcaba se olvidara de ello en los últimos años en los que fue vicepresidente del Gobierno que aprobó esos durísimos ajustes  y que  fueron precisamente los que le mandaron a la oposición.