Grecia/Europa
Manuel Funes Robert (18/6/2012)funes-robert
He querido retrasar mi comentario semanal para comprobar las reacciones de «los mercados» ante las elecciones griegas. Finalmente, Grecia ha elegido permanecer dentro de la zona euro quizá buscando una seguridad que no tendría si hubiera dado el gran salto adelante, es decir, decidir históricamente volver a su moneda anterior y a los retos que esa situación hubiera supuesto. La vuelta al dracma le hubiera permitido jugar con su propia oferta monetaria y no depender de Bruselas/Berlín. Una moneda devaluada frente al euro, que le permitiría aumentar sus exportaciones, a la vez que permitiría inundar el país de turistas con lo que todo ello supondría para su economía. Pero hay algo más. El plantón griego a las imposiciones de Bruselas podría haber planteado que tarde o temprano otros países, literalmente asfixiados por las imposiciones prusianas de Merkel, siguieran el mismo camino.

Pero no ha ocurrido, debido a lo cual Grecia, y la Unión Europea vuelven a donde estaban hace dos semanas, hace dos meses o a noviembre pasado, cuando Papandreu planteó un referéndum a sus ciudadanos sobre la conveniencia o no de permanecer en el euro.

Finalmente no lo llevó a cabo. Se sucedieron como todos recordamos, varios ultimátum por parte de Bruselas, nuevos planes de ajustes, nuevas quitas y un nivel de vida descendiente para los ciudadanos griegos.

¿Hacia dónde vamos? Volvemos al principio. Leo en los periódicos («SIN TREGUA TRAS LAS ELECCIONES: EL BONO SUPERA EL 7%», 5 DIAS) esta mañana que la prima de riesgo sigue 560 y que los intereses de la deuda llegan a cotas difícilmente soportables por nuestro país. En pocas semanas, Bruselas volverá a imponer a Grecia condiciones económicas que es casi imposible que pueda cumplir, la prima de riesgo escalará en España e Italia y acabará contagiando a Francia.

¿Cuánto tiempo puede soportar la zona euro, especialmente Italia, España y los demás países intervenidos hasta que el BCE entienda cual es su obligación? Rajoy, Hollande y desde EE UU Obama, claman para que acuda a la compra de deuda soberana.

El presidente francés, Hollande debe hacer valer su peso en la unión y en el gobierno del BCE para imponer ante Merkel el suministro de oxigeno puro que supondría la compra masiva -no de forma tímida, sino masiva- de deuda. Solo esto calmará la sed de sangre de los especuladores, que hacen grandes negocios con la excusa del riesgo de impago. ¿Por qué si existe tal riesgo siguen comprándonos deuda, mientras que Alemania en ocasiones no puede colocar toda la suya? Es terriblemente sencillo: la deuda española es siete veces más  cara -más rentable- que la alemana.

La aceptación por parte de los griegos de seguir tutelados por Bruselas nos hace recordar aquella frase de Churchill a Chamberlain cuando éste pactó con Hitler: «has aceptado la humillación para evitar la guerra: ahora tienes la humillación; además, tendrás la guerra».


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