España
Cordura (23/7/2012)
Nota previa: Las líneas siguientes no tienen esta vez un propósito analítico-demostrativo (para eso están muchos otros textos del blog). Se proponen más bien ofrecer un esquema, mínimamente razonado, que pueda aplicarse a la comprensión de lo que está ocurriendo y servir además de base para la acción. Por desgracia, el tiempo ya nos ha dado la razón en el pasado (ver p. ej. 1, 2, 3, 4, 5 y 6), de modo que esta exposición quizá merezca, de partida, un buen grado de credibilidad.
«Habrá entonces tanto sufrimiento como no lo ha habido desde que el mundo existe ni volverá a haberlo jamás.»
(Jesús de Nazaret)
Aquel edificio no era la octava maravilla del mundo, pero era funcional, resultaba grato a la vista y se estaba calentito dentro. Con el tiempo, algunos puntos de la fachada se desconcharon, otras partes se agrietaron y proliferaban las averías en su interior. No obstante, todos se mostraban de acuerdo en que el inmueble seguía sólido y resistiría con unos mínimos arreglos y reformas. Así, llegaron los técnicos y se pusieron a la tarea. A partir de entonces, solo a partir de entonces, el edificio empezó a parecer feo, deslucido y precario. En los días siguientes, muchos comentamos con alarma que parecía tambalearse; algunos, con fuerte clamor, advirtieron que lo que hacían aquellos operarios era demolerlo. Solo cuando ya era demasiado tarde la mayoría comprendimos al fin que la estructura entera del edificio se estaba viniendo abajo…
Los 25 puntos
1. Lo de España y buena parte del mundo no es una crisis económica de esas que de cuando en cuando resultan «inevitables».
2. Tampoco se limita a ser, aunque haya mucho de eso, el resultado de las contradicciones internas de la economía capitalista.
3. Ni siquiera se trata de una mera estafa. España es, como Grecia, un país laboratorio de algo más grande.
4. Ya hemos tenido ocasión de contemplar la misma dinámica varias veces (véase la [pen]última): recortes para calmar a los mercados, mercados que no se calman.
5. Cada vez que hay expectativas de mejora más o menos realistas (brotes verdes en la actividad económica, nueva tanda de recortes a gusto de los mercados, concesión de «rescates»…), los órganos de la Elite corren a segarlas.
6. Así, las agencias de rating rebajan sus calificaciones, los responsables del FMI (y/o de la OCDE, del BCE…) destapan la caja de los truenos, los medios sistémicos recurren a gruesos titulares y hasta el propio gobierno emplea un lenguaje aterrador («No hay dinero», afirma Montoro; situación «insostenible», remacha García-Margallo).
7. El efecto logrado es una cada vez mayor retracción de los inversores, con sucesivas plusmarcas de la prima de riesgo y del rendimiento del bono, y con el constante agravamiento de la trampa de la deuda.
8. Frente a todo esto, no hay ni siquiera derecho al pataleo: la tan brutal como recurrente represión de los manifestantes pacíficos debería dar que pensar. Ha de haber algún plan detrás (y no es precisamente una «vuelta al franquismo»).
9. El escándalo ante su brutalidad, lejos de desarmarlos, parece estimularlos cada día más: en lugar de perseguir a los policías y a los manifestantes violentos, dejando en paz a los demás, diseñan nuevas leyes para restringir el derecho de reunión y manifestación.
10. ¿Por qué se sienten tan seguros y tan fuertes? ¿Por qué parece que no les tiembla el pulso a la hora de ejecutar fechorías cada vez mayores?
11. Porque están respaldados por los grandes Poderes Globales, sus Amos. Los obedientes políticos no son fanáticos. Son esbirros que, eso sí, esperan su recompensa (ejemplos: 1 y 2).
12. De manera implacable, acumulan recorte sobre recorte (hachazo sobre hachazo), y represión sobre represión…
13. Además, ya con anterioridad a todo esto, los señores del Poder nos vienen aterrorizando de otras formas, como supuestas pandemias (gripe aviar, gripe porcina), proclamadas con las más aviesas intenciones sin que el pueblo parezca molestarse en preguntarse cuáles son estas.
14. O bien, por medio de brutales atentados (11-S, 11-M, 7-J, Breivik, Merah…) con serio aspecto de bandera falsa y/o con infinidad de detalles que no encajan.
15. Con tanto estímulo negativo, y sin dejar de entretenernos con otro tipo de espectáculos (sobre todo deportivos), consiguen: 1. Que no demos abasto. 2. Meternos el miedo en el cuerpo ante una conducta tan psicopática.
16. Los recortes no solo destruirán el estado del bienestar. Buscan también, como objetivo ya próximo, la integración política básica en instancias supranacionales.
17. Como, pese a todo, buena parte del pueblo reacciona ante la creciente desesperación social provocada, necesitarán aplicar un nuevo shock para frenarlo y desmoralizarlo quizá ya de manera decisiva. Algún evento multitudinario (¿los próximos Juegos de Londres, para los que han instalado misiles en los tejados?) o quizás algún otro objetivo ultrasensible (¿un parlamento, el Vaticano…?), sin descartar una masacre represiva abierta con puro afán intimidatorio, pueden ser opciones para asestar el golpe definitivo.
18. ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar en su implacable determinación? Recordemos los dos extremos de la época presente: el 11-S, su comienzo; y la atroz guerra contra Siria, la otra punta hasta el momento (guerra a la que han conseguido dar un carácter secreto y cuyas víctimas se anotan siempre a la cuenta de Asad). Basten ambos para hacerse una idea de la diabólica ferocidad puesta al servicio de su afán de poder.
19. Una vez que caiga Siria, Irán no tardará en hacerlo seguidamente. Entonces los Amos, ya con menos (supuestos) enemigos realmente significativos a los que acusar de violaciones de los derechos humanos, podrán concentrarse ellos mismos en el ataque abierto a los derechos de las propias poblaciones occidentales.
20. Pero el ánimo guerrerista no parará ahí, pues seguirán necesitando «enemigos» para completar la implantación de su régimen global y, después, para mantenerlo férreamente. Recordemos que el «estado de guerra», por ejemplo mediante la ley marcial, es una excusa perfecta para recortar libertades.
21. Por eso -también por eso- denunciar las guerras de agresión es tan importante, dado su nexo con las libertades de Occidente.
22. Los Amos que guerrean contra pueblos islámicos son los mismos Amos que diseñan «crisis económicas». Los mismos Amos que hunden el mundo a capricho llenos de poder y violencia.
23. Los Amos lo quieren TODO. Por eso siembran el caos planetario. Un caos controlado pero bestial. Un caos del que emergerá, en parte porque el pueblo mismo -víctima del terror- lo pedirá, el Nuevo Orden Mundial.
24. El Gran Tapado no tardará ya mucho en destaparse. Seguramente mostrará una faz mucho más humanista y social que la de los (demás) prebostes políticos y económicos (p. ej., aprovechando que en estos tiempos de «crisis» se amenaza el descanso laboral, sus agentes ya han empezado a reivindicar el domingo: ver 1 y 2; se anuncia además que dentro de unos meses ofrecerá una «reflexión ética sobre […] la crisis económica y financiera» ).
25. El objetivo de toda esta gente, ya acariciado, es la implantación de un gobierno mundial. Por supuesto, totalitario.
N. de la R.
Este artículo se publica con la autorización de Cordura.
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