Guinea Ecuatorial/España
Abaha (11/9/2012)obiang-y-el-rey-juan-carlos
¿Casualidad? Puede ser. El caso es que las páginas de Internet, más conocidas como páginas web, de la Casa Real española y del gobierno de Guinea Ecuatorial se han renovado, remozado, casi al unísono. Lasa dos pretenden lo mismo: actualizar su imagen, mejorar su presencia mediática, por supuesto con enormes diferencias. Un país está en Europa, el otro en África. Les une, eso sí, la herencia en el poder. Uno, España, por el sistema monárquico hereditario; el otro, Guinea Ecuatorial, por la designación del siniestro dedo del dictador Teodoro Obiang Nguema.


Los dos países viven momentos convulsos. En los dos anida la corrupción, y en los dos los culpables casi nunca son castigados. Hay enormes diferencias entre ellos en lo que se refiere al acceso de sus ciudadanos a la Sanidad, la Justicia y la Enseñanza, pero esas diferencias se van haciendo cada vez menores debido a la «crisis» en la que está inmersa la sociedad española.

Pero a lo que vamos, nos ha extrañado, y mucho, ver cómo las páginas de Internet de la Casa Real y la del gobierno de Guinea Ecuatorial se han actualizado casi a la vez. En la primera, se dice, que los ciudadanos pueden dirigirse al Rey, pero que de momento no se les va a contestar (Preguntas Frecuentes); en la segunda, no hay ni ese «enlace», y en caso que lo hubiere recomendamos no emplearlo para seguir vivito y coleando.

Comentar que todos los componentes de Abaha han regresado a sus puestos. Los que volaron al otro lado del Atlántico, con éxito; los que se movieron por África, con cierto mal sabor de boca, pues ha sido imposible conversar con el director de Radio Macuto. Muestras gestiones fracasaron, y lo lamentamos…

En fin, habaremos de la presión que sufren en Guinea Ecuatorial las mujeres que se dedican a vender sus productos por los mercados y calles, ya que la «Primera Dama», Constancia Mangue Nsue de Obiang, y la ministra de Asuntos Sociales y Proyección de la Mujer, Eulalia Envo Bela, les hostigan para cobrar las costosas tasas, además de «meterles por los ojos» el escabroso e ilegal censo electoral que el gobierno de la dictadura está elaborando.

Mientras, Fabián Nusé, Plácido Micó, Weja Chicampo y otros, allá en Guinea Ecuatorial, tratan de analizar su futuro político en esa dictadura. Unos tratando de convencer a los otros para aunar esfuerzos y continuar en la Cámara de Representantes del Pueblo; los otros, los que no creen ni en Obiang Nguema ni en sus mejoras democráticas ni en el censo, pues eso, a ver como superviven y con la esperanza -casi la única- de que Estados Unidos les libere.