Estados Unidos/España
Manuel Funes Robert (25/9/2012)reserva-federal
Comienza otra iniciativa en EE UU de su banco central para reactivar la economía a base de fuertes inyecciones monetarias, de las cuales, lo más importante es que no se habla de condiciones y cuando se pregunta por cuánto tiempo estará vigente este plan, la respuesta sabia es «durante el tiempo que haga falta». Magnifica respuesta, que al tiempo de dar remedio reconoce que el problema de la crisis mundial actual es insuficiencia de liquidez. Con ello parece que se recuerda a lo mejor que tuvo el new deal de Roosevelt.

En cambio, en Europa, seguimos retrasando la puesta en marcha de los acuerdos de apoyo que prometió Draghi hace pocas semanas, insistiendo el BCE en poner  condiciones, lo que aumenta el problema, en vez de solucionarlo, por cuanto dichas condiciones consisten  en curar la enfermedad con la propia enfermedad, visión que al tiempo de desafiar a la lógica desafía a la experiencia, pues desde el gobierno del PP, en todo y en cada uno de los meses transcurridos el paro no hace más que aumentar, como si el gobierno se hubiera propuesto que el desempleo llegase a los seis millones.

Se dice que estas medidas, aunque dolorosas, son indispensables para la recuperación en el futuro porque sirven para acrecentar la credibilidad de España ante los mercados.  Este punto también es falso porque cada vez que pedimos un prestamos nos ofrecen el doble de lo que pedimos, de modo y manera que este planteamiento solo beneficia a los mercados privados a los que España paga 9.000 millones anuales solo en tipos de interés, que oscilan entre el 4 y el 6% cuando el tipo establecido por el BCE no pasa del 1%. Este volumen de intereses que se reducirían drásticamente si no son los mercados sino el BCE el autor de dichas emisiones. En fin, seguimos despeñándonos en la economía, que al final puede provocar estallidos sociales si llegamos a los seis millones de parados.

En cambio, vemos acierto en las declaraciones de Rajoy frente a los independistas  porque dice y recalca que el gobierno no se apartará de la Constitución. Incluso ha resaltado más de una vez no solo que está obligado a cumplirla sino que tiene la obligación de hacerla cumplir. Y para esto, señala dos pasos la Constitución: aplicar el 155 a la comunidad que se proclame independiente, que quedará automáticamente disuelta e intervenida en virtud de este articulo. Y a donde no llegue el 155 se dispone del octavo, tantas veces citado en estas páginas que impone a las FF AA la obligación de garantizar la soberanía, independencia e integridad territorial, para todo lo que era España en el momento de imponerse la constitución.


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