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[INFONOMIC] (21/10/2012)
Acallados los ecos mediáticos de los Premios Nobel, una opinión generalizada de escepticismo recorre los medios y se esparce como una mancha de petróleo en el océano.

Si tenemos en cuenta que el Premio Nobel de la Paz debería instituirse «… a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz…», no puede entenderse que este año se haya premiado a «La Unión Europea», varios de cuyos integrunion-europeaantes pertenecen también a la alianza atlántica conocida como OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte o NATO por sus siglas en inglés).

11La motivación de este año aseveró que «La división entre el este y el oeste llegó a su fin, la democracia se fortaleció, muchos conflictos étnicos se han solucionado», lo cual es parcialmente cierto, cierto ya que es impensable que hoy se produzca una cuarta guerra entre Francia y Alemania. Sin embargo desde su creación en 1955 muchos países de la Unión Europea bajo e ropaje de la alianza atlántica han intervenido en numerosos y criminales conflictos bélicos.

Gran Bretaña y Francia han participado directamente en casi 300 guerras y conflictos armados «pequeños» que dejaron entre 20 y 22 millones de muertos. Sólo para dar algunos ejemplos podemos enumerar: 

  • Ø Matanzas de Francia en Madagascar en 1947: 80.000 muertos.
  • Ø Guerra de Francia contra la República Democrática de Vietnam 500.000 muertos.
  • Ø Guerra de Francia contra Argelia de 1956 a 1962: 1,2 millones de muertos.
  • Ø Intervención anglo-francesa contra Egipto de 1956.
  • Ø Guerra colonial inglesa contra el Pueblo de Yemen de 1963 a 1967.
  • Ø Represión colonial inglesa en Irlanda del Norte durante más de 20 años.
  • Ø Guerra inglesa de Las Malvinas contra Argentina de 1982.
  • Ø Guerra neocolonial de Francia en Chad en 1983.
  • Ø Intervenciones militares USA y OTAN en Líbano en 1958 y de 1982 a 1984.
  • Ø Desmembramiento de Yugoslavia a partir de 1991 e intervención USA que incluye el armamento y apoyo a ejércitos fascistas y bandas terroristas, el bombardeo de la OTAN de Bosnia en 1995 y la agresión de la OTAN contra la República Federal de Yugoslavia en 1999: decenas de miles de muertos.
  • Ø Represión de Turquía contra el Pueblo kurdo: decenas de miles de muertos.
  • Ø Invasiones de Irak, tensión militar con Grecia y con Chipre e intervención turca en la guerra de Yugoslavia.
  • Ø La intervención de Francia en Libia

Luego de los atentados al World Trade Center el 11 de septiembre de 2001, los aliados europeos de Estados Unidos aceptaron sin protestar la interpretación dada por el gobierno BushCheney, según la cual los atentados constituían un «acto de guerra».

Los dirigentes europeos recurrieron por vez primera al artículo 5 de la OTAN para acompañar a los agredidos en la guerra contra un indefinido enemigo en Afganistán. No vale la pena agregar más ejemplos.

En 1867 Nobel descubrió la dinamita, con lo que hacía posible el uso industrial de la nitroglicerina. Multiplicó los establecimientos dedicados a esta industria, de grandes proyecciones, e introdujo el nuevo explosivo en toda Europa y en Estados Unidos.

En 1873 fijó su laboratorio en Saint-Servan, cerca de París, y creó ahí la «gelatina explosiva», llamada también «gelatina de Nobel», una mezcla de nitroglicerina y nitrocelulosa. Alfred Nobel instituyó el Premio Nobel de la Paz, que salvo por su nombre guarda cierta coherencia histórica si recordamos a quienes lo han recibido como Henry Kissinger, Barack Obama y hoy la Unión Europea, el alter ego de la Alianza Atlántica sin olvidar a Yasser Arafat, Anwar el Sadat o Al Gore Mahatma Gandhi nunca recibió el Premio Nobel de la Paz. La Nomenklatura china puede abrigar esperanzas.

El «Rey de la Dinamita» ha creado un premio a la paz bastante esquizofrénico financiado con el producido de las guerras. Hoy la señora Ángela Merkel, hace una pausa en su camino para celebrar este premio con su Bonete europeo, mientras guarda por unos instantes su casco atlántico.

 N. de la R.
Este artículo se publica con la autorización de Diario el Peso.