Bolivia/Estados Unidos
Pedro Godoy  P. (24/3/2013)Bolivia-Chile
El Presidente de EEUU invita a los israelíes a ponerse en las zapatillas de los palestinos ¿Me pregunto habrá un mandatario boliviano que formule igual convite a los chilenos en relación con el enclaustramiento? Tengo la impresión que es inexistente el talento docente en la postura de La Paz. Siempre hay en las opiniones bolivianas  un sesgo confrontacional y son inevitables las referencias a la guerra del guano y del nitrato. El efecto, en la república del Mapocho, es que «moros y cristianos» cierren filas en torno a La Moneda. Igual que apagar un incendio con gasolina se torna gigantesco, el triunfalismo racista con motivo de la victoria obtenida en aquella contienda

.Palacio Quemado debe esforzarse por renovar su discurso. Aquí algo se avanza. Al menos en las aulas superiores de algunas Universidades y en el debate ciudadano ya no se discute que Antofagasta fue territorio de Bolivia. Eso hasta hace pocos decenios era tabú y millones comulgaban con la rueda de carreta según la cual Bolivia había nacido privada de litoral. Así  se anota hasta en textos escolares y lo repetían periodistas y educadores como articulo de fe. No obstante, cualquier bravata boliviana castrada de argumentación inteligente produce retroceso reencendiéndose el chauvinismo con que nuestra oligarquía nutre a al pueblo. La campaña xenofóbica nace con la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana (1835-1838).

Con  mínimo esfuerzo se logra enriquece la demanda oceánica. Hay que echar mano a  la conveniencia mutua de complementarse. Recordar Chile requiere agua dulce y energía. Insistir que en la conflagración de 1879 hubo ingerencia del  imperialismo británico y los pueblos fueron  «carne de cañón». Hay que referirse a ilustres intelectuales  chilenos que -ayer y hoy- abogan por poner fin al encierro igual que militares egregios como los generales O`Higgins y Aquiles Vergara Vicuña. Es indispensable aludir al abrumador gasto bélico que anima una guerra fría hoy anacrónica. No se agota con lo enumerado el cómo inyectar energía persuasiva a la exigencia de un enclave portuario. Simultáneamente, La Paz debiera sancionar excesos de chilenofóbia recordando que «lo cortés no quita lo valiente».

Las sugerencias anotadas no son una varita mágica. Además me arriesgo a ser acusado por algún termocéfalo de oficiar de asesor de vuestra cancillería. Lo que ocurre es que no advierten el compromiso de chilenos bolivarianos con el desarrollo  del Cono Sur. Aun no se superan dos morbos:  el «etnocentrismo» y la «patriotería». De allí la importancia de acentuar vuestro apoyo a Argentina por Malvinas y favorecer una entente cordiale con Brasilia. El proyecto de Hugo Chavez -pese a sus errores y a nuestras incomprensiones- tendrá eco profundo si Palacio Quemado logra que Santiago y Lima acepten concebir la mediterraneidad como un fenómeno conosureño que pasa por la trilateralidad. Eso, acorde con Obama, obliga a ponerse en las zapatillas del «otro».
N. de la R.
El profesor Pedro Godoy  P. pertenece al Centro de Estudios Chilenos CEDE de Chile.