BankiaEspaña
José Luis Heras Celemín (29/12/2014)
El ministro de Economía y Competitividad, por casualidad o adrede, se ha metido en el jardín de Bankia.  La locución verbal “meterse en un jardín” se define en la última edición del diccionario de la Real Academia Española de la Lengua como el acto de “enredarse innecesariamente en un discurso o parlamento teatral o en una situación complicada”. 

Para la palabra “jardín”, en el mismo diccionario existen tres acepciones: “Terreno donde se cultivan plantas con fines ornamentales”, “Retrete o letrina, especialmente en los buques”, y  “Mancha que deslustra y afea la esmeralda”. 

El ministro Luis De Guindos, en la Sesión de Control al Gobierno del día 9 de diciembre, no se sabe si por casualidad o adrede, al contestar a una pregunta del diputado Moscoso, se metió en el “jardín de Bankia” con una respuesta contundente:
-“…señoría, usted sabe que la salida a bolsa de Bankia fue una decisión política. Se definió por el Gobierno como una cuestión de Estado en la que su gobierno (el socialista de Rodríguez Zapatero) forzó voluntades e hizo que los supervisores miraran hacia otro lado. Por mucho que la dirección de Bankia se hubiera empeñado en salir a bolsa, esta operación nunca su hubiera producido sin el Visto Bueno del Banco de España y de la CNMV…”

A la vista de cómo el diccionario presenta el jardín, no parece lógico que el ministro haya podido tomar a una entidad bancaria como vergel en el que cultivar flores. Más parece que, oliendo a retrete o letrina, pueda haber visto en Bankia una mancha que deslustra y afea algo, quizá una esmeralda o joya de valor que él ha visto y pretende enseñar a los demás.

Desde esta óptica, falta por saber de qué esmeralda pudiera estar preocupándose el ministro de Economía y Competitividad desde el jardín en que se ha metido.

Surge así, “Desde el jardín” y con ese mismo nombre, el contenido de una novela de Kosinski, el americano de origen polaco que se enfrentó a la superficialidad con un personaje sencillo y divertido: Chance, un jardinero analfabeto y afable al que tomaron por un gran político y con el que apareció una pregunta sugestiva: ¿Sabe Chance algo que los demás no conocen?

La pregunta que nace de la novela de Kosinski, hoy, con lo que oímos al ministro De Guindos y consta en el diario de Sesiones del Congreso de los Diputados, se reproduce con una redacción distinta, algunas variables, matizaciones diversas y unas consecuencias que pueden ser importantes:

¿Sabe el ministro algo sobre Bankia que los demás no conocemos?, ¿Cuándo supo que la salida a Bolsa de Bankia fue una decisión política?, ¿Qué voluntades fueron forzadas y cómo lo fueron?, ¿Hubo en la decisión perjuicios para el bien común?, ¿Se tomó la decisión en contra de lo legislado y se cometieron algunos delitos, siquiera como posibles, en grado de tentativa o realmente hechos? ¿Cómo se produjo el Visto Bueno del Banco de España y de la CNMV a los que se refiere?Una vez metido el ministro en el jardín de Bankia, hay dos aspectos del hecho que merecen atención: Por qué lo hizo. Y qué, responsabilidades surgen con sus afirmaciones.

En cuanto al porqué, no parece racional suponer que el ministro haya ido al jardín de Bankia con la intención de cultivar flores. Es más lógico que el motivo sea otro, quizá aprovechar la ocasión para sacar beneficios, asistencias políticas para el Gobierno, o refuerzos electorales para el PP. En ese supuesto, sí es posible que la esmeralda Bankia, dañada por la actividad del gobierno socialista al que se refiere De Guindos, se convierta en una joya capaz de producir beneficios. El hecho Bankia y lo que lo rodea, entendido como lo explicó el ministro, produce un efecto doble: Atribuye al PSOE la decisión de lo que a la postre sería una carga para el Estado liberando al PP de responsabilidades. Y otorga al PP el beneficio de la reparación de unos perjuicios que no ocasionó.

Además, con lo dicho por De Guindos, aparece todo un conjunto de responsabilidades varias que, en puridad y por el bien de la democracia que disfrutamos, deben ser puestas a la luz, explicadas a la opinión pública, y, si oportuno y necesario fuera, depuradas.

Vicepresidenta y Ministro de Economia
Vicepresidenta y Ministro de Economia

Entre ellas, en contestación a alguna de las preguntas enunciadas y que ya están en la mente de todos, están en primer lugar las responsabilidades reales (penales, económicas y políticas) que haya podido contraer el propio ministro, en el caso, improbable, de haberse convertido en cómplice de actuaciones ajenas por ocultación. Éste, en razón de los conocimientos que le hayan llegado por su cargo y de los momentos en que los haya conocido, además de lo que denuncia en su respuesta al diputado Moscoso, parece que, para cumplir con sus obligaciones ciudadanas, ha de obrar en consecuencia.

En nuestro ordenamiento jurídico, nadie está obligado a demostrar su inocencia. Por ello, tampoco el ministro tiene obligación de demostrar que no es cómplice de esta situación. Pero si De Guindos, además de lo que ha dicho en el Congreso (o por lo que dijo), hubiera advertido el más mínimo atisbo de tropiezo, desliz o fraude, lo lógico es que promueva cuantas acciones sean necesarias para contestar interrogantes, sacar a la luz lo que haya ocurrido y reparar los perjuicios de todo tipo que se hayan podido ocasionar al Estado y a cada una de las personas o entidades afectadas por lo ocurrido en Bankia.

En la actualidad, Bankia es una entidad saneada y con futuro, que empieza a dar beneficios en el ámbito de actuación que se le ha marcado (disminuida de volumen y reducida su actividad al simple ejercicio de la Banca Comercial, sin participación en Actividades de la Industria ni intervención en el Mercado de Valores y Capitales). Pero también Bankia y todo lo que le rodea es una referencia nacional que merece la atención de todos.

José Luis Heras y Eugenio Pordomingo
José Luis Heras y Eugenio Pordomingo

Por ello y porque está en juego la credibilidad del sistema, la integridad de las instituciones y la realidad del Estado de Derecho en que vivimos, parece necesario que, una vez que el ministro De Guindos ha decidido entrar en el jardín de Bankia, lo haga con la seriedad e intensidad que sean necesarias.

Es cierto que el ministro de Economía y Competitividad sólo es un ministro. Pero no lo es menos que en el Estado existen instituciones y capacidades superiores a las de ministro: Policía, Fiscalía, Judicatura, etc. Por ello, es lógico esperar que Luis de Guindos, como miembro del Gobierno, ministro y ciudadano, promueva cuantas acciones sean necesarias para aclarar lo que pueda estar oculto, depurar responsabilidades y procurar reparaciones.

Con ello, su entrada en el jardín de Bankia será útil.

N. de la R.
José Luis Heras Celemín es autor del libro “El Caso Bankia y algo más… o menos”