Luis de Guindos, Ministro de Economía
Luis de Guindos, Ministro de Economía

España
José Luis Heras Celemín (11/12/2014)
Hace que De Guindos se enrede con Bankia y apuñale a Rajoy.

Lo revelado por el ministro de Economía y Competitividad, desde el banco azul del Congreso de los Diputados, en contestación a una pregunta formulada por el diputado Juan Moscoso en la última Sesión de Control al Gobierno, pone en graves dificultades a Mariano Rajoy.

Recordando las acciones del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero en relación con Bankia y su salida a bolsa, el ministro Luis de Guindos hace unas gravísimas revelaciones que ponen en cuestión, además de la gestión del último Presidente del Gobierno socialista, de los titulares de las carteras económicas de su gobierno y de los responsables del Banco de España, la actuación del Gobierno de Mariano Rajoy a la hora de enfrentarse con la realidad de Bankia

El diputado por Navarra, Juan Moscoso es hijo del ex ministro de Presidencia y ex fiscal del Tribunal Supremo, Javier Moscoso. Aunque de aspecto juvenil, ha cumplido 48 años, es licenciado en CC.EE. por la Universidad Autónoma de Madrid, Máster en Economía por el Colegio de Brujas, Economista del Servicio de Estudios del CES y profesor Asociado de Economía en la Universidad Carlos III.

En la sesión de control nº 232 de esta legislatura se estrenaba como Portavoz de Economía en sustitución de Valeriano Gómez. Su figura, a la hora de formular su pregunta, representaba a un hombre nervioso ante una situación difícil: Hacer una pregunta al ministro de Economía y Competitividad sobre el informe de los peritos judiciales que han estudiado la salida de Bankia a Bolsa.

El ministro, en su primera respuesta, afirmó que el Gobierno no tenía nada que decir al respecto porque “Bankia es sólida”. 

Replicó Moscoso que el rescate del sistema financiero costó 71.200 millones de euros, el 5,7 % del PIB, con un 31 % dedicado a Bankia que en aquella fecha estaba gestionada por personas próximas al PP. Añadió la petición de una Comisión Parlamentaria para investigar lo ocurrido en Bankia. Y citó el anuncio del PP de la entrada en vigor de la Ley de Transparencia. Después terminó exhibiendo un libro y recordando la existencia de investigaciones parlamentarias en otros países: Estados Unidos, Inglaterra y Francia.

Al sentarse, apareció algo que no llegó a seña, una simple mueca que ofreció a sus compañeros de izquierda y derecha: Pedro Saura y María Isabel Pezuelo. Los aparentes nervios podían no ser tales, quizá una treta hábil para inquietar al ministro.

De Guindos, de pie para la réplica, tomó unas cartulinas. En las fichas, como suelen hacer algunos parlamentarios, deberían existir los datos y conceptos que iba a usar para componer su discurso. Pero la composición no fue afortunada. Parecía lógico que intentara defender la postura del gobierno y recordar las posibles tropelías del Gobierno socialista. Sin embargo, se enredó y éstas fueron sus palabras:

“Yo fui, en mayo de 2012, el primero que dijo que en julio de 2011 la creación de Bankia y su salida a Bolsa fue una sucesión de errores. El problema de partida es que ustedes no tomaron las medidas que debían. En vez de sanear, reestructurar y recapitalizar el sector bancario, su gestión se limitó a una huida hacia adelante para ganar tiempo y dejar que el siguiente gobierno, es decir éste, se encontrara irremediablemente con el rescate financiero de España. Porque, señoría, usted sabe que la salida a bolsa de Bankia fue una decisión política. Se definió por el Gobierno como una cuestión de Estado en la que su gobierno forzó voluntades e hizo que los supervisores miraran hacia otro lado. Por mucho que la dirección de Bankia se hubiera empeñado en salir a bolsa, esta operación nunca su hubiera producido sin el Visto Bueno del Banco de España y de la CNMV… ”

El ministro se sentó e incluso oyó algunos aplausos. Era cierto y todo el mundo sabía cómo se formó Bankia, a lo que aludió, posiblemente porque existía en una primera cartulina. Pero nadie había dicho que la salida a bolsa fuera una decisión política. Ni siquiera Rodrigo Rato en su comparecencia en el Congreso ante la Comisión del FROB había llegado a tanto para defenderse.

En ese momento pocos se dieron cuenta de la trascendencia de lo dicho. Acababa de revelar que la salida de Bankia a Bolsa, con las consecuencias que tuvo y las implicaciones y responsabilidades que investiga el juez Andreu, fue una decisión política.

Es importante señalar que la decisión la tomó un gobierno socialista,… que forzó voluntades e hizo que los supervisores (autoridades del Banco de España) miraran para otro lado. Por ello, las responsabilidades, de haberlas, corresponden a las personas que formaban parte de aquel Ejecutivo o que, con una supuesta violación de leyes, obedecieron sus instrucciones. Eso implica la responsabilidad que el ministro parece querer atribuir al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Juan Moscoso, diputado del PSOE
Juan Moscoso, diputado del PSOE

Desde esa óptica, el maquiavelismo, supuesto, de Moscoso “pone a los pies de los caballos” a Rodríguez Zapatero, a la dirección del PSOE que le acompañó en su gestión, a los gestores del Banco de España y a lo que representa. El proceder no parece en contradicción con la postura de la nueva dirección del PSOE, decidida a revocar decisiones del último gobierno socialista, como el intento de “desreformar” la reforma del artículo 135 de la Constitución. Otra cosa será saber si a la hora de “encandilar a De Guindos” se han tenido en cuenta las responsabilidades Penales, civiles y políticas que hayan podido contraer algunos de los “compañeros socialistas”. Eso implicaría la decisión de la Nueva Cúpula del PSOE de poner ante la justicia a ZP y a sus “zetapeados”.

Pero es que la afirmación del ministro también tiene trascendencia para el Gobierno de Rajoy. La frase usted sabe que la salida a bolsa de Bankia fue una decisión política explica que él, que la pronunció, también lo sabe.

Pero es que él es el ministro de Economía y Competitividad actual. Eso implica que debe saber lo que dice. Y, por ende, que, en coherencia con la fidelidad debida al cargo, esos conocimientos también deberían haber sido trasladados al Presidente del Gobierno Mariano Rajoy.

Por ello, aparece una optativa muy dura: O hay una explicación pública y exhaustiva del ministro acerca de los conocimientos que él mismo tenía del asunto, del momento en que los llegó a saber y de cómo y cuándo se lo trasladó al Presidente del Gobierno. O desaparece del cargo por dimisión o cese.

En todo caso, por el bien supremo del Estado, parece oportuno que el Ministerio Fiscal, con el Fiscal Jefe Torres Dulce al frente, procure ante los tribunales la satisfacción del interés social que pudiera haber sido dañado a la vista de lo dicho por el ministro De Guindos. Y ello porque tiene “constitucionalmente encomendada la promoción de la acción de la justicia en defensa de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés público tutelado por la ley”.

El que los que deban ser investigados, o, en su caso, inculpados, sean personas importantes es cuestión menor.

N. de la R.
José Luis Heras Celemín es autor del libro “El Caso Bankia y algo más… o menos”