RajoyEspaña
José Luis Heras Celemín
(22/10/2015)
Ha puesto la plaza en pie ¡Que salga el Sobrero!
El veterano periodista Miguel Ángel Aguilar se levantó del asiento de la Tribuna de Prensa, señaló a la bancada popular que aplaudía la salida del hemiciclo del Presidente del Gobierno e hizo una propuesta a modo de sentencia, que resumía el primer acto de la sesión nº 293 que el Pleno del Congreso de los Diputados celebraba el día 21 de octubre:

Final de Legislatura. Ovación, aplausos, saludos y… Ha puesto la plaza en pie. ¡Que salga el sobrero!

El símil taurino parece que sólo pretendía resumir los últimos minutos vividos en la Cámara. Pero, pasadas unas horas, tras pensarlo, algunos nos dimos cuenta de que lo dicho por Aguilar era algo más que un resumen de las tres preguntas que se le hicieron al Presidente del Gobierno, de la única que contestó la Vicepresidenta, y de las 16 que respondieron los ministros que comparecieron en la última Sesión de control al Gobierno de la X Legislatura.

A Rajoy le habían preguntado:

El vasco, del PNV, Aitor Esteban, que se interesó por la valoración de “sus cuatro años como Presidente del Gobierno español”; y que, tras escuchar las bondades gubernamentales, aprovechó la réplica para estar especialmente bronco: “Es su visión…

A mí no me ha recibido nunca… Hay los mismos parados…Recortes… Refinanciación de deuda…Bankia, Gürtel, Bárcenas… Muchos secretos. Leyes mordaza y LOMCE…

Desafección en Cataluña… No contesta a lehendakari… Ya era hora de que acabara esta legislatura, señor Presidente”.

Rosa Díez, en despedida desde UPyD, hizo una pregunta aparentemente suave (“¿Insiste usted que con estos Presupuestos va a cumplir el objetivo del déficit establecido por Bruselas?”) para, en la réplica, lanzarse como suele con la repetición de las ideas ya conocidas a modo de mantra: “Inició la Legislatura mintiendo y la cierra mintiendo. Mintió…, mintió…Siempre miente. Es una pena esta legislatura… Su legado, más corrupción”

Y el Jefe de la Oposición, Pedro Sánchez, que gastó su último turno con la pregunta “¿Considera que el Presupuesto presentado para el próximo año es riguroso y creíble?”. Con ella hecha, ya fuera de momento y situación, timorato y como acomplejado, intentó insistir en el concepto que le había madrugado Rosa Díez: “miente más que habla”

En respuestas, Rajoy, en presidente, primero fue enunciando, uno a uno, los logros del Gobierno, para, después y también en cada uno de los casos, recoger las tirrias contenidas y devolver los enconos con tres píldoras dialécticas que quedarían en el Diario de Sesiones: “Gastamos más de 2.000 millones de euros en la Y vasca, pero no hemos atendido muchas cosas” (a Esteban). “No es fácil contestarla. No voy a hablar de su partido. Voy a recomendarle un poquito más de humildad” (a Rosa Díez). “Ustedes dejaron un país…, nosotros lo hemos arreglado. Lo mejor que le puede pasar a España es que ustedes sigan ahí, en la Oposición” (a Pedro Sánchez)

Al terminar la última de sus respuestas, mientras el Presidente del Gobierno se sentaba en el escaño, la bancada del PP se puso en pie y estalló en el aplauso general con el que, además del apoyo al líder, muchos celebraban su presencia en la Cámara, el final nostálgico de un periodo de sus vidas, el término y apertura de ilusiones. Y algunas cosas más.

“Fueron unos segundos mágicos. Rajoy aplaudiendo con nosotros. Y aplaudiéndonos. Maravilloso recuerdo” -diría una diputada popular para resumir cómo la bancada del PP despedía a un Presidente que abandonó el escaño sorprendiendo a más de uno.

“Ha puesto la plaza en pie ¡Que salga el sobrero!”, señalaba Aguilar el hemiciclo mientras Antonio Hernando, otro quetalbaila, en su última pregunta como portavoz socialista, malgastaba el turno para interesarse por cómo “el Gobierno ha garantizado la independencia de los medios de comunicación de titularidad estatal”.

“Independencia, mezclada con trasfuguismo… El PSOE hace poco. Estudie un poco más” -contestaría la Vicepresidenta.

Remataba así, aviesa, el balón puesto a sus pies ante la puerta vacía que representa la última ocurrencia del Jefe de la Oposición: Posponer los méritos de algunos socialistas valiosos para encomendar la regeneración de su grupo a Irene Lozano.

“Ha puesto la plaza en pie. ¡Que salga el sobrero!”

La frase, taurina, resumía la Sesión del día y hasta para algunos el juego parlamentario de la Legislatura. Pero la admiración ¡Que salga el sobrero!, intencionada o no, es precisa y abre todo un abanico de posibilidades que se va agrandando con el tiempo:

¿Un sobrero oculto del PP para continuar el trabajo de Rajoy?

¿Más Rajoy, lidiando para continuar?

¿Agotar las sobras políticas y barridos de los corrales de partidos?

Acabadas las Sesiones de Control al Gobierno, terminados ya los turnos de palabra, aplaudiendo o abucheando, llega el final de la Décima Legislatura.

Con la plaza en pie como decía el periodista, o sin moverse del asiento, es momento de que el electorado analice, piense, vea a quien confía la gestión, y decida.