Alberto Garzón, candidato presidencial de IU-UP
Alberto Garzón, candidato presidencial de IU-UP

España
José Luis Heras Celemín
 (1/12/2015)
Alberto Garzón, ajeno a sus expectativas electorales, lanza una frase contra el resto de la Izquierda:«La voz de izquierdas resulta incómoda a los que aspiran a ser la UCD del momento» (Pablo Iglesias, Pedro Sánchez, PSOE, Podemos…)

El agua del charco, en el suelo, estaba helada. Sin embargo, el termómetro de la parada del bus marcaba 18º centígrados. Enfrente, una pareja se frotaba las manos en un intento de combatir el frío con la energía que producía la fricción. Una vez el bus en marcha, el error
del termómetro fue fácil de advertir al compararlo con las medidas del resto de los termómetros del itinerario, todos entre -1ºC y +2ºC.

Evidentemente, había una profunda diferencia, y divergencia, entre la temperatura del agua del charco, parecida a la que percibía la pareja y determinaba el resto de los termómetros, con la que medía el registrador de temperaturas averiado.

La misma diferencia, o más, que la que existe entre la realidad política que marca el sentir de la calle -que se percibe en el ámbito de las relaciones personales y en las encuestas que miden técnicamente el ambiente general- y la que dice sentir una parte de la sociedad que, como el termómetro de la parada del bus, encuentra una temperatura agradable, de 18ºC, donde existe un estado térmico percibido y técnicamente medido como gélido.

Con esa diferencia, el candidato a Presidente del Gobierno por IU-Unidad Popular (IU-UP), Alberto Garzón, encaraba su comparecencia en la tribuna política de Nueva Economía Fórum.

Al margen apreciaciones y sentimientos personales, conocida la estimación de voto hecha por Metroscopia y recientemente publicada por el diario El País, el candidato Garzón  pareció ajeno a la gélida previsión electoral atribuida a su grupo: Sólo un 5,2% del electorado le ha manifestado preferencia. O, lo que es lo mismo, el 94,8% de los encuestados no confía en sus propuestas electorales.

Desde ese supuesto, el espíritu democrático, al que apelaría, debería conducir a la asunción de la realidad para admitir que, con tesis en minoría, lo procedente es que IU-UP lo asuma y que trate de aportar lo que pueda resultar útil para todos.

Pero ésa no fue la pretensión del joven Garzón. En lugar de asumir las previsiones que ponen de relieve las encuestas y la realidad nacional que es evidente (España superando la crisis e integrada en una Europa que se enfrenta a los problemas del momento), se instaló en una ficción parecida a la que ocurre cuando se toman como reales los 18 grados Celsiusque marca un termómetro averiado.

Así construyó un discurso basado en datos, algo más que cuestionables, irreales:

Candidatura para construir un nuevo país (¿con sólo el 5,2% de los votos?), aprovechando la crisis para repensar y abriendo un periodo pre constituyente. Porque, como “la Constitución de 1978 no refleja la realidad” (¿?), es necesaria una nueva Constitución que enmiende los errores de la actual, que proviene de la transición que trajo la izquierda (¿sin el concurso de la derecha que fue la que la produjo?) y que se logró sin ruptura.

Modelo federal y republicano, que defienda los derechos populares (¿no defendidos?) y que convierta al país en constitucionalmente feminista (¿?).

Estado como “empleador de último recurso”, con dotación de 15.000 millones de euros para dar trabajo a los parados (sin decir en qué).

Nuevo país, impulsado en propuestas de 15M, poniendo en cuestión la Unión Europea, la OTAN, el Tratado de Libre Comercio y la Europa de dos velocidades (¿?). Proponiendo un debate “aquí, en el Congreso y en la calle”, con “unas políticas distintas, desde la humildad”. Porque el cambio aún es posible desde la izquierda, ocurriendo, además, que “cualquier cambio que no cuente con IU-UP será sólo un maquillaje”.

“Desde IU-UP no nos rendimos… Creemos que contamos con el apoyo de cada vez más gente… La justicia social es nuestro programa político… Hacer prevalecer los valores de la izquierda… En las próximas elecciones nos jugamos un nuevo orden social”.

“Entre todos y todas… Retos de todos y todas… Nosotros y nosotras…Loa barrios populares tienen que votar masivamente… Ustedes… Vosotros y vosotras… Batalla elegante”.

A continuación, en una selección de realidades bajo el formato de preguntas, la prensa le fue mostrando algunos datos que merecieron respuesta: ¿Encuestas?: “No nos preocupan. Vamos a dar la sorpresa”

¿Ascenso de Ciudadanos en detrimento de la izquierda?: “La política espectáculo puede tener un resultado espectacular”.

¿Podemos y 15M?: Reconocemos la irrupción en la política de Podemos. Respetamos su estrategia. Ahora entendemos su postura: La voz de la izquierda va en contra de quienes quieren hacer una UCD de la izquierda.

¿Podemos y UCD?: La estrategia de los demás no produce soledad. Ellos pelean por el centro (PP, PSOE, C´S y Podemos). Nosotros no somos de centro ni nos sentimos víctimas del posibilismo. Somos gente de fiar.

José Luis Heras Celemín
José Luis Heras Celemín

¿Cuestión catalana?: No preocupa, porque lo de Cataluña no va a influir.

¿Países modelo?: No cree en modelos. Pero Estados Unidos es un modelo en la investigación de la corrupción. Y en Europa hay 11 modelos que copiar en cuanto a matrículas universitarias.

Al terminar, en el hall del hotel, las notas arrancadas al piano por una mujer ponían en contraste la huella que producía lo dicho por Garzón y la realidad. Con ellas, la pianista Isamara Hernández devolvía la temperatura a la mañana despertando el sentimiento amable, y muy agradable, de Misty, la pieza estándar del jazz sofisticado y popular de Erroll Garner.

Un periodista, meticón, intentó relacionar el origen cubano de la pianista con lo escuchado a Garzón. Pero la mujer, ajena a la actualidad política y a las coincidencias entre comunistas cubanos y IU-UP, acaso sin percibir lo profundo de su aserto, desechó la conjetura con una simple frase:

“Yo trabajo. No me interesa hablar de comunismo. Soy una ciudadana del mundo”.