Luis de Guindos, Ministro de Economía, y aspirante a la Vicepresidencia del BCE.

España
Alejandra Durrell (2/2/2/2018)
La vicepresidencia del BCE (Banco Central Europeo) es un puesto muy codiciado por los que no han conseguido la presidencia. Buenos contactos, oportunidades de negocios, puerta giratoria para después de cumplir el periplo, situarse mejor y, sobre todo, un extraordinario sueldo y suculentas prebendas, además de seguridad salarial para el futuro. Y todo eso por beneficiar a los de arriba y, en consecuencia, perjudicar a los de abajo.

Como digo, esa plaza de vicepresidente se va a quedar vacante y España quiere ocuparla para ofrecérsela al actual Ministro de Economía, Luis de Guindos.

Pero el puesto es goloso y han comenzado a surgir nuevos concursantes. Un obstáculo, es que en Frankfurt apuestan por una mujer para ese cargo, no hay nombres, simplemente es que quieren equilibrar un poco la balanza que, como siempre, está a favor de los hombres. Por si acaso, Mariano Rajoy ha buscado sustituta: Eva Valle, directora de la oficina económica de la Moncloa.

Sea quien sea el o la elegida, español o no, debe tener en cuenta que al jefazo del Banco Central Europeo, Mario Draghi, no le gustan competidores a su lado. Él quiere que las fotos y las portadas de la prensa, sean sólo para su persona.

No voy a tratar de asuntos de palacio, o sea de La Moncloa, que si a Rajoy le viene bien que Guindos deje el ministerio de Economía y así aprovechara para hacer una remodelación gubernamental. No, ni mucho menos, lo que quiero es poner en antecedentes de los ciudadanos españoles y europeos, los “éxitos” de Guindos, hombre afable, que habla inglés, que ha ido a colegio de pago, y que según cuentas en medios oficiales y cercanos al PP, es “bastante listo”.

Hace unos seis años, en este modesto digital publicamos algunos de los éxitos –más bien “sugerencias”- de Guindos, que había seleccionado la CGT (Confederación General del Trabajo) de Valencia. Pues bien, entre aquellas “sugerencias” o “recomendaciones” del actual Ministro de Economía, estaban las siguientes. Veamos:

  • Si el año 2007 usted hubiera invertido 1.000 euros en Fortis, siguiendo los consejos del hoy ministro de Economía Luis de Guindos, hoy tendría 39 euros.
  • Si ese mismo año 2007 y siguiendo otra vez los consejos del ministro usted hubiera invertido 1.000 en acciones del Royal Bank of Scotland, hoy tendría 29 euros.
  • Si en el año 2008 usted le hubiera comprado directamente de Luís de Guindos alguna de sus acciones de Lehman Brothers por un importe de 1.000 euros, hoy tendría 0 euros.
  • Y si el año 2009 usted hubiera mantenido su confianza en el que fue un gran asesor financiero, e invertido 1.000 euros en Cuotas Participativas de la CAM, hoy tendría 0 euros.
  • Pero si en el año 2007 en vez de confiar en los consejos de su asesor financiero, usted hubiera comprado vino, de La Rioja, de la Ribera del Duero, o simplemente un humilde Jumilla (y me refiero a comprar vino, vino; no acciones de los bodegueros), también por un valor de 1.000 euros y luego se hubiera bebido ese vino, tranquilamente, hasta la última gota; hoy con la venta de los envases vacíos tendría 69 euros.

La misma fuente nos alertaba que “caerse del Guindo” es, según la RAE, “Caer en la cuenta o enterarse de algo obvio”. Ésta es la solvencia de los ministros del PP, y vengan más contrarreformas laborales y ataques a la clase trabajadora.

Y el texto aludido finalizaba así: El testo va enmarcado en una frase de George Orwell: “En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario”

Lo que publicamos a efectos de que sea conocido por todos los europeos, incluidos los españoles. Pero no quiero terminar este breve texto sin mencionar lo que Raúl Peña, analista de la Tertulia Espacios Europeos comentó el martes pasado, día 30, cuando Eugenio Pordomingo, conductor de ese programa de debate, mencionó de forma genérica esos “éxitos” de Guindos. Y es que Peña, en tono irónico, dijo “es que quizás el objetivo de Guindos era ese”. O sea, que la gente, incautos o no, invirtiesen en un fracaso preparado.

Un escalofrío recorrió mi espalda…