El presidente del BBVA, Francisco González en un foro de BBVA. (EFE)

España
José María Olmo (26/11/2018 )
La entidad presidida por Francisco González pagó al agente encubierto más de seis millones de euros para que desactivara la falsa asociación de usuarios de banca que lideraba Luis Pineda.

BBVA se convirtió en 2010 en el mejor cliente de José Manuel Villarejo. Tanto que el comisario de la Policía Nacional y sus colaboradores empezaron a referirse al banco a partir de ese momento con el nombre en clave de “King”, por el peso que tenía en el balance de sus negocios. Desde ese año hasta 2017, la entidad presidida por Francisco González pagó a la agencia de investigación de VillarejoGrupo Cenyt, un total de 6.109.388,23 euros. Una parte de los fondos se canalizó a través de facturas trimestrales de 60.500 euros por “análisis” e “informes” de riesgo ficticios.

La entidad financiera recurrió a ese sistema para ocultar el verdadero encargo que hizo a Villarejoacabar con Ausbanc, la falsa asociación de usuarios de banca que presuntamente extorsionó a decenas de entidades financieras, empresas y organismos públicos. Según han confirmado a El Confidencial fuentes cercanas a esa maniobra, el comisario confeccionó a petición de BBVA la denuncia anónima contra Ausbanc que llegó a la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal(UDEF) de la Policía Nacional en febrero de 2014 y que terminó desencadenando un año después la operación Nelson contra el colectivo que encabezaba Luis Pineda y también contra Manos Limpias, liderada por Miguel Bernad.

La quinta compañía por capitalización del Ibex 35 recurrió al comienzo de la década al supuesto cerebro de la operación Tándem para tratar de frenar el acoso que sentía González por parte de Ausbanc. Se negaba a ceder a las presiones de Pineda para que pagara grandes sumas de dinero a cambio de terminar con las campañas de propaganda contra el banco y no llevarlo recurrentemente ante los tribunales. El presidente de BBVA estaba convencido además de que la actual CaixaBank y Santander, los dos mayores pagadores de Ausbanc, estaban utilizando la asociación como ariete para arremeter contra la entidad.

Investigar los desvíos de fondos de Ausbanc
El encargado de cerrar el acuerdo con Villarejo fue el director de Seguridad Corporativa del banco, Julio Corrochano, que justo antes de llegar a ese puesto en 2002 había ocupado el cargo de comisario general de la Policía Judicial de la Policía Nacional. Corrochano y el agente encubierto se conocían desde mucho antes. Pactaron que Grupo Cenyt investigaría la trama societaria de Pineda para comprobar si efectivamente se trataba de una entidad sin ánimo de lucro, como aseguraba Ausbanc. El banco también quería conocer cuáles eran los contactos que permitían a la asociación generar tantos ingresos. En 2016 se descubrió que Ausbanc había facturado entre 2005 y 2014 la astronómica cifra de101,8 millones de euros. Un tercio de esa cantidad salió de entidades financieras.

Villarejo y sus colaboradores se pusieron manos a la obra. Detectaron que Pineda había tejido una red de mercantiles para sacar de Ausbanc las cuotas de asociados, las subvenciones públicas y la publicidad de las revistas controladas por el colectivo. Aunque supuestamente se trataba de una asociación, solo su presidente y un estrecho círculo de confianza tenían el privilegio de gestionarla. Pineda y su esposa, María Teresa Cuadrado, habían utilizado ese poder para acumular un inmenso patrimonio inmobiliario. Los activos figuraban a nombre de entidades vinculadas con Ausbanc, pero el comisario y sus colaboradores hicieron vigilancias y detectaron que los inmuebles solo eran disfrutados por el matrimonio. Así ocurría por ejemplo en una mansión de Villamayor de Campos (Zamora), en la que Pineda y su esposa pasaban los fines de semana.

Haga clic aquí para ver el documento que acredita la facturación de 2.577.661 euros.

BBVA contribuyó a financiar esos primeros pasos de la investigación con varios pagos abultados, aunque ocultando el verdadero objeto de su relación comercial con Grupo Cenyt, según consta en los documentos a los que ha tenido acceso El Confidencial. El 1 de febrero de 2012, la mercantil de Villarejo giró al banco una factura de 767.000 euros por “servicios profesionales de localización de bienes y estructuras patrimoniales paralelas al proyecto denominado KING” en concepto de “provisión de fondos”. Cinco meses después, el 24 de julio de 2012, Grupo Cenyt facturó a BBVA otros 828.907 euros en concepto de “prima de éxito de conformidad al contrato de fecha de 1 de febrero de 2012 (localización e identificaciones de bienes)”.

Luis Pineda (izquierda), Miguel Bernad (c) y la abogada Virginia López Negrete (d). Los tres están procesados por la Audiencia Nacional. (EFE)

Los trabajos de Villarejo sirvieron para presentar en febrero de 2014 una denuncia anónima contra Ausbanc ante la UDEF. La agencia de investigación del comisario fue la encargada de redactarla con los datos que había acumulado durante cuatro años de averiguaciones, según ha podido confirmar este diario de fuentes directas. Solo unos días después de que la denuncia entrara en esa unidad policial, Grupo Cenyt emitió una nueva factura a BBVA, la más elevada de todas. Su importe ascendió a 2.577.661 euros en concepto de “prima de éxito de conformidad al contrato de fecha de 16 de febrero de 2010 (liquidación final)”.

El origen de la operación Nelson
Haga clic aquí para ver el documento que acredita la facturación de 60.500 euros.
La denuncia anónima sirvió como base para poner en marcha la operación Nelson, que el 15 de abril de 2015 se materializó en la detención de Pineda y su presunto colaborador Miguel Bernad, entonces secretario general de Manos Limpias, por orden del Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional. El gran objetivo del acuerdo entre BBVA y Villarejo ya se había conseguido, pero el banco siguió pagando al Grupo Cenyt en los meses siguientes para continuar recompensando las gestiones que había hecho el comisario para desactivar definitivamente a Ausbanc.

A partir de junio de 2016, con la instrucción del caso Nelson aún en marcha, BBVA y Villarejo canalizaron los pagos utilizando otra fórmula. Para evitar que las transferencias se relacionaran con la caída de la falsa asociación de usuarios de banca y reducir también el importe de las facturas, ambas partes sellaron un pacto por el cual Grupo Cenyt se comprometía a prestarle al banco un servicio de análisis de riesgos por el que percibiría 60.500 euros con un periodicidad trimestral.

En concreto, la empresa de Villarejo ofrecería a la entidad “análisis y vigilancia en materia de seguridad de entorno general”; un “informe anual de entorno de cada uno de los países objeto y boletines de actualización de periodicidad quincenal” con “información de inteligencia de entornos de criminalidad y tendencias en riesgos”,“asesoramiento, vigilancia y asistencia ante situaciones de crisis cualesquiera en que se vean involucrados personas o activos de BBVA”. Los países objeto del acuerdo eran “España, Turquía, EEUU, México, Venezuela, Colombia, Chile, Perú, Argentina, Uruguay y Paraguay”.

Pero lo cierto es que Villarejo nunca prestó realmente ese servicio. El policía y sus trabajadores se limitaron a remitir al banco durante el periodo en el que estuvo vigente ese acuerdo un simple ‘clipping’ de prensa con noticias de esos países. Las recopilaban en buscadores comunes de internet, las agrupaban y las mandaban al banco, según han confirmado a El Confidencial fuentes conocedoras de esos trabajos, que añaden que Grupo Cenyt nunca tuvo personal ni informadores en todos esos países. El envío de los falsos informes y los pagos de BBVA continuaron hasta 2017. En noviembre de ese año, Villarejo fue detenido por Asuntos Internos.

Tras la denuncia anónima, los expertos en delitos económicos de la UDEF tomaron declaración a otros afectados para confirmar si los hechos eran cierto


Este diario ha preguntado a la entidad por esos servicios de análisis y ha pedido la entrega de alguno de los ejemplares. Sin embargo, un portavoz oficial del banco ha señalado únicamente que «Cenyt ha sido proveedor del área de seguridad del banco para servicios de asesoría en materia de seguridad, y de protección de los activos y personas de la entidad”. “Todos los contratos, de manera expresa, citaban la obligatoriedad del cumplimiento de la legislación”, ha asegurado esta fuente, que tampoco ha contestado otras cuestiones sobre la investigación realizada por Villarejo sobre Ausbanc a petición del banco.

José Manuel Villarejo

Otros testigos confirmaron las extorsiones
Estas revelaciones no afectan a la operación Nelson. Tras la denuncia anónima presentada por el agente encubierto, que ponía el foco en las presuntas extorsiones y amenazas sufridas por BBVA, los expertos en delitos económicos de la UDEF tomaron declaración a otros afectados para confirmar si esos hechos eran ciertos. Así lo corroboraron el expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa y el expresidente de Novacaixagalicia José María Castellano. Afirmaron que también habían sido víctimas de un chantaje continuado por parte de Pineda por negarse a pagar sumas millonarias a Ausbanc. La misma versión fue corroborada por Javier López, presidente de Credit Services.

Además, la UDEF hizo su propia investigación patrimonial de la red de Pineda. El análisis de las cuentas bancarias de la falsa asociación y las mercantiles de su entorno confirmó los desvíos de dinero para beneficio personal. Esas averiguaciones permitieron que la Audiencia Nacional  autorizara pinchazos telefónicos de los que resultaron nuevas evidencias. Entre otras, que Ausbanc estaba utilizando Manos Limpias como instrumento para extorsionar a bancos, empresas, instituciones públicas y particulares, amenazando a estos con que el falso sindicato de funcionarios ejercería la acusación popular contra ellos si no pasaban de forma inmediata por su caja.

Pineda y Bernad están en la actualidad procesados a la espera de que empiece el juicio. El antiguo jefe de Ausbanc se encuentra en prisión provisional desde que fue detenido en 2015. La Fiscalía pide para él 119 años de cárcel por delitos de extorsión, estafa, blanqueo, organización criminal y delitos contra la Hacienda Pública. Por su parte, el ex secretario general de Manos Limpias se enfrenta a 25 años de prisión por organización criminal y extorsión.

Fuente: El Confidencial.