Sáhara Occidental
Haddamin Moulud Said (30/3/2023)
España, Francia, USA, Reino Unido y Rusia.
Definitivamente el Polisario debería recusar a más de un miembro de ese Club Ilegal.
El llamado Grupo de Amigos del Sáhara (GAS, gas letal en todo caso) no tiene ningún amparo legal que legitime su existencia. Es un simple invento del ex Secretario General de NNUU, Kofí Annan, que no cuenta con mayor apoyatura legal.
Cuatro de los miembros de ese Selecto Club, optaron por la abstención cuando, el 14 de diciembre de 1960, la Asamblea General de NNUU aprobaba la Resolución 1514 (XV) relativa a la Declaración sobre la Concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales. Los cuatro son España, Francia, USA y Reino Unido.
En el fondo, todos los miembros de este Ilegal Club desean y anhelan que el Sáhara Occidental sea marroquí. Bueno, excepto Rusia, que tampoco le importa tanto, todos los demás lo desean fervientemente.
Por si alguien tenía alguna duda, dos miembros de ese Club Infame han declarado públicamente su decantación por la soberanía marroquí sobre el territorio. El tercero es Francia, un país que lo desea y anhela más que los otros dos que ya han salido del armario. El cuarto es el Reino Unido que tampoco lo ve con malos ojos.
Sin embargo, se presentan o se quieren presentar como “Amigos del Sáhara”, cuando todo el mundo sabe que lo que existe entre orcas y focas no es precisamente amistad.
Pero luego, los oirás hablar de legalidad internacional en Ucrania y otros sitios.
¿Pero qué hace este Grupo?
Muy simple.
Dentro de las paredes del Consejo de Seguridad, en cierta medida, los Estados están compelidos por los mandamientos de la Legalidad Internacional. Digamos que están encorsetados o constreñidos por la rigidez del Derecho Internacional.
Y para evitar aquellas paredes y salas del Consejo de Seguridad, donde tienen que guardar las formas y las apariencias, los miembros del Infame Club del GAS se citan en una taberna en Nueva York, ya libres de toda atadura legal o moral.
Ahí, los colegas, se quitan las corbatas, se aflojan los tirantes anclados en los pantalones que aprietan sus cuerpos y, entonces, tomándose unos wiskis, exteriorizan, con toda impudicia, todo aquello que la solemnidad del Consejo de Seguridad les impedía.
Es curioso, un grupo de colegas ha conseguido apropiarse de un asunto, llevarlo a extramuros del Consejo de Seguridad y decidir sobre su futuro.
¿Hay algo más ilegal que esto? Y para colmo lo llaman Grupo de Amigos del Sáhara Occidental.
Y, a todo esto, tanto el Consejo de Seguridad como los miembros de este Infame Club, impiden que la Unión Africana aborde el tema.
N. de la R:
El autor es abogado, Adjunto a la Delegación Saharaui en Naciones Unidas (Ginebra).
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