Severo-Matías Moto Nsá (11/4/2010)severo-moto3
1.- OBIANG NGUEMA MBASOGO UN PROFETA CERTERO

(¡Lo que a mí me está pasando, en España, que no le pase a ningún guineoecuatorial más…!)

Resulta francamente deprimente ser un político en oposición a Obiang Nguema, exiliado en España, y tener que dar la razón  al presumido dictador, quien, en tono profético y despectivo, me repetía y repite siempre:
«España te abandonará igual que lo hizo con Ondo Edu, con Atanasio Ndong Miyone y con otros…»

Todo podría ser que Obiang Nguema, que tanto presume de ser dictador, hubiera recibido, mediante un pacto pecuniario multimillonario con España, las seguridades de que yo, como político, exiliado en España, o incluso a pesar de mis anteriores incursiones en mi país, en busca de legalización del Partido del Progreso (1992), o para presentarme a las elecciones presidenciales (1996) España, por cuya amistad tantos palos, cárceles y exilio he recibido del dictador, acabaría abandonándome, como lo ha hecho con tantos otros políticos que el pueblo guineano creía ser «amigos de España»: Bonifacio Ondo Edu, Atanasio Ndong Miyone, Bonifacio Biyang  Andeme

Y si no existe  ese pacto multimillonario pagado por Obiang Nguema, hay que reconocer la capacidad de profeta certero y adivino vudú que tiene Obiang Nguema. Su profecía se ha cumplido con -diríase- excesiva exactitud.  Y yo digo:
Sí, señor presidente. Se ha cumplido tu profecía. España me ha abandonado, como tantas veces me advertiste ¡Bravo!

2.-AMENAZAS EN LA AUDIENCIA NACIONAL
La última vez en que, (asediado de tantos rumores, cada vez más ciertos) se me ocurrió preguntar a la funcionaria de la Audiencia Nacional, que parecía llevar mis asuntos, sobre el paradero de mi pasaporte, recibí esta amenaza:

¡¡¡Como vuelvas a interesarte por tu pasaporte, se puede revocar tu libertad provisional y reenviarte a la cárcel!!!

Como todo el mundo comprenderá, y a pesar del cariño, respeto y buen trato de que fui objeto en el penal de Madrid-Navalcarnero (4 meses y 4 días) no es humano ni siquiera elegante, elegir la cárcel. Ni siquiera como experiencia, después de haber estado tres veces en Black-Beach a disposición de Obiang Nguema.

Desde que recibí tal amenaza, no he vuelto a preguntar en la Audiencia Nacional por mi pasaporte. Solo una primera vez lo he hecho en esta página. Con evidente falta de respuesta. Y, por aquello de que quien calla otorga, no pararé de preguntar (¡ya no en la Audiencia Nacional, claro!)

3.- ¿POR QUÉ, MI PASAPORTE?
El día 14 de abril de 2008, fui detenido, en presencia de mi Vicepresidente, por dos individuos, de paisano, que exhibieron sendas placas (no sé si de Policía o de CNI) que me comunicaban mi detención por «tráfico y tenencia de armas, asociación ilícita…y más»

El día 15 de abril, por orden del Juez, soy trasladado a mi residencia, donde un nutrido grupo de agentes, ante la presencia de un abogado y una secretaria, proceden a poner patas arriba a mi residencia, en busca de armas. Por todo botín, se llevan copias de los discos duros del CPU y un ordenador portátil; asimismo, varias cajas de documentos, fotos y papeles sueltos de mi despacho.

El día 16 fui llevado ante el Juez, y tras probarme que durante varios años yo había sido objeto de seguimiento del «Sitel», ordena mi internamiento en el penal de Madrid IV-Navalcarnero.

Está claro; esto es un «ridículus mus» (una chorrada). Lo que se pretende es cargarse tu carrera política y crearte antecedentes, me confesó un abogado, de los muchos que pronto se interesaron por mi caso.

El día 18 de agosto, cuatro meses y cuatro días después de tan dura humillación, tras haber pasado mi asunto por, al menos, cuatro jueces de la Audiencia Nacional, recibí la comunicapasaporteción de mi «libertad provisional» con, entre otros castigos, la retención de mi pasaporte; su puesta a disposición de la Sra. Secretaria del Juzgado,  y la prohibición  de  moverme de España.

Dos años, después, nada podría  ni tendría yo  que decir ni alegar; si no fuera porque todo abogado que se asoma a averiguar esta situación, desde la vertiente judicial, acaba desistiendo; ya no solo por mi falta de  solvencia económica; sino, sobre todo, porque: «Este asunto es más político que judicial; vas a tener que esperar mucho… y echarle mucha paciencia…», me dicen, con voces compasivas.

Hundido en mi asombro y desesperación, poco podría o puedo hacer. Ni siquiera se me hubiera ocurrido nunca preguntar por mi pasaporte, si no hubiera recibido la todavía más asombrosa información, de fuentes, para mí de toda solvencia y credibilidad:

1.- Que mi pasaporte podría haberse movido de la «guarda y custodia de la Sra. Secretaria» del Juez.
2.- Que fue a parar, en un primer momento, a las manos del entonces Ministro de Justicia, Bermejo.
3.- Que, posteriormente, y a petición, o «requerimiento», o «mandato» del dictador Obiang Nguema, mi pasaporte fue llevado a Guinea Ecuatorial y entregado al dictador, por el Ministro español de Asuntos Exteriores. (Este ministerio español es todo un  paradigma de fidelidad, obediencia y  «chivatismo» al servicio del tirano Obiang Nguema. Casos: Asesinato de Saturnino Mbomio Nkono; guineanos y españoles detenidos en la manifestación de la guarida de Embajada de Obiang en Madrid, etc., etc.)
4.- Las mismas fuentes me aseguran que, a propósito de mis preguntas en esta humilde pagina, y del revuelo producido por tan inaudito y a la vez pueril (cuando no delictivo) juego, que el dictador Obiang Nguema decidió devolver mi pasaporte al Ministro que se lo «regaló». (En fang, dicen que «nadie puede quitar un «ESÓN» -su comida preferida- de las manos de un  orangután»). Nadie se cree, por lo tanto, que Obiang Nguema haya devuelto mi pasaporte…

Como en otra ocasión, vuelvo a preguntar si alguien se puede creer esta triste y vergonzosa, pero veraz historia de mi pasaporte. Nadie, desde luego, la ha desmentido nunca.

o, claro, no volveré a preguntar a la funcionaria de la Audiencia Nacional, sobre el paradero de mi pasaporte. Ya les toca a otras generaciones enterarse de esta y de tantas historias tan difíciles de entender y  que me han sucedido y a otros guineos en España.

4.- «¿CUAL ES TU SITUACIÓN JUDICIAL ACTUAL?»
La pregunta, a veces cariñosa; otras, llena de preocupación, se ha convertido en el saludo con el que me reciben, amigos, curiosos y  más de un malintencionado y conocedor de la trama. A modo de calendario y dejando muy asentada  como real la historia de mi pasaporte, en la que, desgraciadamente  tengo colgadas todas las explicaciones de lo que me está pasando, diré que:

Todos los juicios que Obiang Nguema y su régimen promovieron en Londres, Líbano y Sudáfrica, para condenarme y castigarme por el supuesto intento de golpe de estado, dicen que frenado en Zimbawe, he salido absuelto de todos ellos y Obiang y su régimen han tenido incluso que pagar una fuerte cantidad de dinero, por las costas.

El Tribunal Supremo español en su SENTENCIA del 27 de marzo de 2008, desestimó y rebatió la batería de acusaciones que diferentes centros de información secretos y públicos españoles habían acumulado, especialmente referidos a las carroñeras y trasnochadas denuncias de intentos de golpes de estado que Obiang Nguema y sus mandados venían vertiendo sobre mí, a efectos de revocarme el «status» de asilo en España. En base a esa sentencia, el Gobierno español aceptó ser  «contrarios a derecho» los acuerdos por los que su Consejo de Ministros revocaba mi concesión de Asilo.

10 días después de recibir la sentencia del Supremo, y antes de que se me devolviera la condición de asilo, fui detenido e ingresado en la cárcel de Madrid-Navalcarnero, acusado de programar y dirigir un tráfico de armas, tenencia ilícita de armas y asociación ilícita. Cuatro meses y cuatro días después, me fue concedida la libertad provisional (AUTO del 18 de agosto de 2008) bajo:

1 – Fianza de 10.000 Euros.
2.- Presentación, «apud acta», todos los lunes, en los Juzgados.
3.- Prohibición de abandonar el territorio nacional (español).
4.- Entrega y depósito de mi pasaporte a la guarda y custodia de la Sra. Secretaria del Juez.

Ya he contado el largo paseo que ha dado mi pasaporte… Pringado que estará hoy de suciedad y de sangre de sacrificios humanos. ¡¡¡Como para que, siquiera, lo vuelva a tocar, yosevero-moto-y-su-hija2!!! Reconozco que me moriría de asco y de repugnancia, si (después de este paseo de mi pasaporte por las manos de Obiang Nguema, Armengol Ondo Nguema y sus brujos, santeros y practicantes de vudú, según me cuentan), yo lo volviera a tocar.

– En PROVIDENCIA del 14 de agosto se me comunicaba que se denegaba la petición de «personación de la representación de la República de Guinea Ecuatorial, al no estar suficientemente acreditado que las armas intervenidas fuesen para realizar actos subversivos concretos contra el Gobierno de Guinea Ecuatorial y por lo tanto no resulta perjudicado, tampoco podrá ejercitar la acción popular, al no tratarse de ciudadanos españoles, tal y como establece el Art.19 de la L.O.P.J.»

– En AUTO del 29 de diciembre de 2.008, la Audiencia Nacional decide su inhibición «para conocimiento de las presentes diligencias a favor del Juzgado de Instrucción de Sagunto (Valencia) que por turno corresponda».

En lo que a mí toca, y como lo he declarado siempre, en base a la confianza que tengo en la Justicia española, he cumplido todas las prohibiciones y órdenes recibidas de la Audiencia Nacional; estoy llenando mis capetas de papeles de presentación apud acta, a la espera de que me hagan justicia en España.

Esta es mi situación jurídica o judicial en España.

Algo me dice, por el tufillo político que vengo denunciando, que mi situación jurídica o judicial, podría ser la coartada perfecta ofrecida a Obiang Nguema y sus apoyos, para que yo me quede eternamente apartado de la riada de acontecimientos políticos decisivos a los que está abocado el futuro de mi país y de mi pueblo. Ese tufillo político nunca afectará, por otra parte, a la fe y confianza que guardo y guardaré siempre en la Justicia española.

Tanto detalle minucioso de mi situación es para contestar, por una parte, a quienes creen que ya me he rendido y he desistido de mi incorregible deseo, y tozudo propósito y pelea por retornar a mi país; y para anunciar a mi pueblo que tan pronto como me vea libre de las ataduras -dicen que «judiciales»- en las que Obiang Nguema y sus apoyos españoles me tienen obligado en España, responderé a las esperanzas que en mí y en el Partido del Progreso tiene depositadas, mi pueblo.

Todo eso, evidentemente, con el ojo avizor y el pensamiento atento a la profecía de Obiang Nguema: «¡España te hará lo mismo que hizo con Ondo Edu, Bonifacio Biyang o Atanasio Ndong Miyone: Dejarte tirado en la cuneta o matarte!»