espacioseuropeos.com (1/5/2009)
Naciones Unidas trata de evitar que el Gobierno de Israel renuncie a sus planes de demolición de más de 1.500 viviendas de palestinos en Jerusalén Este. La continuidad de ese plan, que se remonta a varios años, puede significar que miles de palestinos que viven en el sector árabe de Jerusalén pierdan sus hogares.
Tras la ocupación de Israel en 1967 y las sucesivas anexiones de territorios, las autoridades de Israel han concedido muy pocos permisos de residencia a palestinos, lo que ha dado lugar a que muchos de ellos construyesen sus casas sin permiso legal.
No es la primera vez que el Gobierno de Israel recibe este tipo de peticiones. Anteriormente, la Unión Europea y EE. UU., han sugerido que el Gobierno debe renunciar a sus planes de demolición de viviendas ilegales. El resultado hasta ahora ha sido negativo.