Sin Acritud…
Manuel Funes Robert (9/9/2013)
Te sacaron a perseguir lejanas existencias,Fukushima
a dejar arrasadas las naciones a quemar amontonados corazones y aniquilar la sangre
(Oda al átomo, Pablo Neruda)

Este conmovedor poema de Neruda, describe con precisión los riesgos descontrolados de la energía nuclear, en sus vertientes tanto militar –obvia- como en su uso civil. En los últimos días nos informan que la central de Fukushima sigue arrojando vertidos contaminados al mar cuando han transcurrido ya más de dos años desde su explosión.

El lobby nuclear, muy poderoso, ha pasado décadas intentando convencer a la opinión publica de la bondad de la energía nuclear y de la seguridad de las instalaciones y de los reactores. Basándose en estadísticas, calculando el número de centrales repartidas por todo el planeta y la escasez de accidentes, olvidan deliberadamente que un solo accidente en una sola central nuclear es suficiente para cambiar y contaminar el entorno y la zona donde se ubica. En Chernóbil, hoy Ucrania, después de 28 años del accidente, el acceso a los restos de la central nuclear, sigue estando prohibído. Se achacó este accidente a la mala construcción de la instalación y se puso como ejemplo de la arcaica tecnología soviética, que hacía imposible el más mínimo control de seguridad, al contrario de lo que ocurriría en las instalaciones de Europa occidental o Norteamérica.

Tuvieron que pasar otros 25 años para que otro accidente superará en radiación liberada y contaminación nuclear, solo que esta vez tuvo lugar en el desarrollado Japón, país que al carecer de recursos energéticos propios ha construido múltiples centrales, dotadas de los máximos adelantos en seguridad, pero cuyos diseñadores, que la prepararon para terremotos, no previeron que el accidente lo provocara un tsunami, causadnos daños incluso más graves que los de la central ucraniana, porque en este caso, la fusión del núcleo afectó a dos reactores.

Los responsables de estas centrales hablan que los residuos producidos por estas catástrofes están bajo control. No es cierto porque estos residuos pueden permanecer activos, esto es contaminando varios miles de años.

Ante la noticia reciente de la celebración de los JJOO de 2020 en Tokio, cabe preguntarse si la central de Fukushima acabará por destruir el territorio nipón antes de esa fecha.