Guinea Ecuatorial
Weja Chicampo Puye (8/5/2012)
Si tenemos en cuenta la experiencia postcolonial de la política española en Guinea Ecuatorial y de cómo Obiang ha venido superando las presiones diplomáticas de la comunidad internacional (considerado por la Administración Obama como «un buen amigo»), podemos concluir que la participación de Estados Unidos, Francia y España, principalmente, para establecer un orden democrático y de transparencia en la distribución equitativa de los recursos en Guinea Ecuatorial, ha resultado en vano.
La dictadura de Obiang ha sabido compatibilizar sus crímenes contra la población guineana con personalidades extranjeras que en todo momento han contribuido a impedir el cambio político en Guinea Ecuatorial. Los hechos así lo avalan en el tiempo: 33 años.
Pero la reciente determinación de Francia, en llevar a los tribunales de Justicia a los autores de corrupción y blanqueo de dinero en territorio francés, poniendo fin a la impunidad que gozan las autoridades guineanas en su afán de acumular bienes mal adquiridos, está debilitando los cimientos del régimen de Obiang en el exterior. El Fiscal de París ha dictado el pasado mes de abril, orden de arresto a su primogénito, Teodoro Nguema Obiang Mangue.
En septiembre de 2010, «por disciplina del partido», Obiang presentó a su primogénito como sucesor suyo. Tras el Congreso del PDGE celebrado el pasado mes de abril, su hijo ´Teodorín´ ya no figura como sucesor inmediato, ni otro hijo, ni su mujer. Con la nueva Constitución, votada en referéndum el 13 de noviembre de 2011, Obiang se reafirma en el poder con el sistema presidencialista puro y al frente del PDGE se proclama durante el Congreso presidente vitalicio y candidato a las presidenciales de 2016. Quiere aparentar fortaleza donde hay debilidad, mostrarse categórico cuando existe incertidumbre y hacer ver que cuenta con el apoyo de la población guineana ante un vacío encubierta con el petrodólar. En ningún momento ha contado con la legitimidad popular necesaria para seguir al frente del país. Como militar y presidente del Consejo Militar Supremo en 1979, debió ceder el poder a los civiles en 1982. Obiang ha tenido tiempo para ceder el poder, pero se ha proclamado presidente vitalicio imitando a su antecesor, Francisco Macías.
En todo este entramado, ¿cuál es el papel de España como ex potencia colonizadora? Recuerdo que en 1979, poco antes del golpe de palacio a Macías, la revista ´Interviú´ publicó la imagen e historial del entonces teniente coronel Teodoro Obiang Nguema como el «sanguinario» y poco después del golpe, y ante la sorpresa de todos, el mismo semanario vuelve a publicar la imagen e historial de Teodoro Obiang Nguema, pero ahora como el «salvador».
En la actualidad el gobierno de Guinea Ecuatorial tiene embajadas abiertas en países donde la única misión es, aparte de la firma de acuerdos de amistad y cooperación mutua, la investigación sobre los refugiados políticos y la persecución de los mismos, al tiempo de llevar a cabo acciones ilícitas como el blanqueo de dinero.
De hecho, las investigaciones de la Policía Judicial y del Banco de España han descubierto la corrupción de las autoridades guineanas al trasferir dinero procedente de la Tesorería de Guinea Ecuatorial a paraísos fiscales además de observar la adquisición de bienes inmuebles en territorio español, tal como recoge de la investigación que se llega a cabo en las Islas Canarias y que confirma la misma Fiscalía anticorrupción al señalar que algunas cantidades de dinero (26,5 millones de dólares en la compra de inmuebles en España) procedían de sociedades panameñas y de las Islas Vírgenes.
Dichas investigaciones deberían trasladar sus conclusiones en el plazo más breve posible a los tribunales de Justicia española para que comparezcan los socios y personalidades guineanas implicadas.
El origen de tanto dinero es la producción de hidrocarburos desde la década de 1990. La empresa estadounidense de petróleo Walter Company firma en 1990 el primer contrato con el Gobierno de Obiang para la explotación de los yacimientos de petróleo en aguas jurisdiccionales de la Isla de Bioko. Años más tarde, le seguirían otras multinacionales del petróleo. En 1992, 10 de junio, el Banco Mundial, a través de su presidente, Lewis Preston, acepta la propuesta de crédito de fomento de 1.8 millones de dólares al Gobierno de Obiang en las condiciones de la API (American Petroleum Institute) con vencimiento de 40 años para la explotación de los yacimientos de gas en Guinea Ecuatorial.
Estas dos instituciones, inversor y financiero, deben manifestar las condiciones pactadas para esclarecer la distribución de dividendos a favor del Estado de Guinea Ecuatorial y que sus autoridades, Obiang y familia principalmente, han venido usurpando impunemente.
Cuando en 1992 se constata que el sector de hidrocarburos supone una esperanza de cambio para el desarrollo socioeconómico y político del país, Obiang se afianza en el poder. La producción agraria, principalmente el sector cacao, prioritario en el país hasta entonces, queda relegado al olvido de forma definitiva por el régimen.
Con el petróleo y gas en auge, el régimen dictatorial de Obiang se desprende de dos bloques hasta entonces necesarios para sustentar los ingresos y ayudas a su Administración y régimen. Por un lado, los agricultores, sector mayoritario en Guinea Ecuatorial desde el período colonial español, y por otro, sus incómodos socios, Estados Unidos, Francia, España, la UE y Sudáfrica, denominados hasta entonces países donantes. En cuanto a la producción del cacao, desaparecen o se extinguen los proyectos agropecuarios; IDEPA, financiado por el Banco Africano de Desarrollo, BAD, desde la campaña de 1982-1983 y el Proyecto de Rehabilitación Cacaotal del Banco Mundial, activo en el país desde la campaña agrícola 1984-1985. En cuanto a los países donantes, Obiang y sus colaboradores adquieren nuevos socios (los mismos, pero con nuevos parámetros a la hora de exigirle respeto a los derechos humanos) y el dictador centra su atención y prioridad en los hidrocarburos con una producción cercana a los 100.000 barriles diarios.
La presencia de Francia en Guinea Ecuatorial se hace realidad desde 1985 cuando Obiang integra el país en la subregión francófona de África Central, en la UDEAC (Unión Aduanera de los Estados de África Central) que utiliza la moneda respaldada por Francia, el Franco CFA (Franco de la Cooperación Financiera Africana) como moneda de uso en todo el territorio nacional.
Las tensas relaciones actuales entre Francia y el régimen de Obiang por la demanda judicial y orden de arresto de la Fiscalía de París al ministro guineano Teodoro Nguema Obiang Mangue, hijo del dictador, pone en jaque los intereses de Francia en Guinea Ecuatorial, cuyas empresas han recibido amenazas por parte del gobierno guineano. Las empresas francesas que operan en Guinea Ecuatorial están atravesando serias dificultades; SEGESA, GETESA, Société Générale de Banque (SGBGE), Buygues Construction, etc., optando algunas por poner fin a sus actividades en el país.
A pesar de que Estados Unidos viene investigando en los tribunales de justicia al mismo personaje corrupto, Teodoro Nguema Obiang Mangue, las empresas estadounidenses no han recibido amenazadas por el dictador Obiang.
La actual persecución judicial por parte de varias instituciones judiciales extranjeras, deberían extender sus investigaciones a personalidades extranjeras que vienen operando con el dictador y sus colaboradores. El matrimonio ruso, Vladimir Kokorev y Julia Kokoreva, investigado en las Islas Canarias no son los únicos implicados. Los esfuerzos de la Policía Judicial, Banco de España y la Fiscalía anticorrupción española, por ejemplo, deberían conseguir que instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial y las empresas petroleras, Exxon Móbil, Esmeralda Hess, Marathon, Chevron Corporation, Petrobras y otras, presenten sus operaciones con Guinea Ecuatorial a una comisión internacional de auditores para verificar la transparencia de sus actividades con las autoridades guineanas.
En 2002, el entonces primer ministro británico Tony Blair impulso el proyecto de Transparencia Extractiva con la campaña «Publiquen lo que pagan» que hacía referencia a los pagos de las empresas petroleras con el objeto de hacer obligatoria la publicación de tales operaciones.
A fecha de hoy, ni las autoridades de Guinea Ecuatorial ni las empresas petroleras han presentado sus cuentas. El oscurantismo en cuanto a la publicación de las cuentas del petróleo y gas sigue siendo un secreto de Estado debido a los apoyos políticos que las autoridades guineanas reciben de los diferentes gobiernos españoles desde 1979.
Con el petróleo, la renta per cápita de Guinea Ecuatorial está por encima de la de España, en tanto que la población guineana sigue sumida en la pobreza. Guinea Ecuatorial, con una producción de más de 500.000 barriles de petróleo al día, genera suficientes ingresos para cubrir sus programas de desarrollo, los servicios públicos y la mejora de la Administración Pública.
El Gobierno español debería apostar por exigir transparencia fiscal a las autoridades guineanas en la explotación de los recursos del país, y la Fiscalía anticorrupción española debería llevar a los tribunales a los implicados en el blanqueo de dinero, tanto guineanos como no. Por último, el gobierno de Mariano Rajoy debe suspender la ayuda diplomática y la financiación de las infraestructuras básicas de la Administración Obiang mientras las autoridades guineanas no saquen a la luz las redes corruptas que continuamente vacían las arcas de la Tesorería General de Guinea Ecuatorial.
A pesar de tantas denuncias por corrupción, Obiang pretende ser presidente vitalicio, ¿hasta cuándo? O ¿hasta cuándo España decidirá participar en el tablero de ajedrez que pueda determinar el nuevo mapa geopolítico y energético en el África subsahariana? El Plan África quedará obsoleto si prevalecen las dictaduras y no la democracia. La oposición guineana necesita un mínimo de apoyo para avanzar hacia alguna parte.
El Gobierno español no debería seguir invirtiendo millones de euros a favor del régimen corrupto de Obiang cuando sabe que las autoridades guineanas vienen acumulando grandes cantidades de dinero en paraísos fiscales. España debe abandonar su apoyo al dictador Obiang Nguema y propiciar que la democracia y las libertades imperen en Guinea Ecuatorial.
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