España
Manuel Funes Robert (17/9/2012)
«Todo poder llega hasta donde lo detienen» (Jean Bodin).
Si una de las familias o partes no es detenida por la fuerza de las otras crecerá hasta someterlas. Es principio político y de convivencia que cuando un individuo o una sociedad detecta debilidad en el contrario crecerá contra éste con el objetivo de anularlo. Aparentemente esto es lo que está ocurriendo en la Cataluña de Arturo Mas. A cada provocación clara por parte de la elite política catalanista (constituida por CIU, mas ER y por los la ambigüedad de determinados dirigentes de PSC) el poder central, el leviatán, Madrid, responde con balbuceos o con silencio, creyendo ingenuamente que con quitarle importancia a dichas provocaciones estas dejan de existir.
Tremendo error: a las manifestaciones pro Estatuto, que solucionaba todo el conflicto en las relaciones Cataluña/España, (que no fue ignorado por el gobierno de Zapatero, sino que éste fue uno de sus instigadores) siguió la lucha por el llamado ´pacto fiscal´, que ante otro silencio o ambigüedad del Gobierno Rajoy, dio un paso más la semana pasada con la exigencia de estructura de Estado e independencia … no sin pedir antes, por cierto, dinero por adelantado a Madrid para poder pagar las nóminas de los funcionarios de la Generalitat.
Y no es que lo pidiera, es que lo exigía en una demostración de suficiencia y arrogancia que, como hemos apuntado líneas arriba, ha sido respondida con un mutis por parte de Rajoy. Lógicamente, el siguiente envite del Sr. Mas fue la manifestación de la Diada en la que todo el Gobierno de la Generalitat estaba presente y con un mensaje inequívoco frente a la política de la avestruz que muestra la Moncloa: ya no es pacto fiscal o independencia, es pacto fiscal para conseguir la independencia. Independencia que le serviría a Mas y a sus secuaces para prolongarse en el poder indefinidamente sin interferencias desde Madrid. Y si el pretendido camino a la libertad trajera la ruina de esta región, siempre, eternamente, culparían él y sus sucesores a Madrid.
El general Domingo Batet -catalán por cierto- acabó con la proclamación del Estado Catalán en 1934, siguiendo órdenes de Lerroux, de la forma menos violenta posible. ¿Se repetirá la Historia?
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