Iberoamérica
Pedro Godoy  P. (14/3/2013)simon-bolivar
Permanece en bronce o mármol. En ciertas fechas,  una corona de flores y  discursos banales.  Abogar, al menos en Chile, por la tesis del Libertador en orden a reintegrar -después de dos centurias de fragmentación- a Suramérica motiva el mote de «anacrónico» y «trasnochado». Cuando más se alude al «sueño de Bolívar«. La reingeniería geopolítica propuesta por el caraqueño  se asocia a lo quimérico. No es necesario  encarcelar a los bolivarianos. Basta con lapidarlos como utópicos. Se nos exhibe, cual piezas de museo, con la etiqueta  «americanistas». Somos tolerados, pero tachados de «ilusos».

La casta dirigente, de modo simultáneo, adoctrina a la ciudadanía en el desdén o recelo ante los vecinos y cultiva con fruición una patriotería cuya idea-fuerza es el excepcionalismo de la patria de O’Higgins y Felipe Herrera. Se llega a usar el lema  «¡Good by Latinoamerica!» y se reitera  «Somos los ingleses de Sudamérica». La estrategia es presentar un Bolívar polvoriento y arqueológico. Sin embargo, con sólo cotejar fechas se alcanza lo cierto. El héroe es del mismo siglo en que surge el anarquismo, el marxismo, el socialcristianismo  e incluso lo antecede, en cien años, Adam Smith.

Chávez actualiza el nacionalismo de Ugarte, Haya y Ramos. Baja de los pedestales la estatua de Bolívar y la mezcla con las muchedumbres o lo vuelve a enrolar en las cargas de caballería de diversas ofensivas que preside. Este rescate de la figura y el mensaje deja estupefacta a las derechas cuyo negocio es el aislamiento de cada república y al imperio que favorece el desmembramiento. El bolivarismo deja de ser sólo página de libro, para trasformarse en arma de combate y herramienta para edificar la nueva Iberoamérica y ese mérito es del comandante cuyo deceso deploramos.

N. de la R.
El profesor Pedro Godoy  P. pertenece al Centro de Estudios Chilenos CEDE de Chile.