AregentinaArgentina
Servicio especial para espacioseuropeos (26/6/2913)
Un concienzudo investigador argentino, que lleva años comprobando la realidad de los muertos y desaparecidos, cuya responsabilidad está atribuida a militares, policías y paramilitares de aquella República, entre 1973 y 1982, contabiliza unos once mil y no treinta mil como difunde la cifra establecida por la propaganda; pero, además, detecta más de cuatrocientos nombres, de las listas conocidas, que habría que rectificar porque están vivos y con derecho a voto.

Añadidos a otros sobre los que ya informamos anteriormente, hemos podido conocer tres nombres nuevos:

1) El Brigadier Omar Graffigna fue detenido por la supuesta desaparición de una persona llamada Patricia Julia Roisinblit, quien habría sido “secuestrada” y “desaparecida” el 06/10/1978, a los 25 años de edad. Curiosamente, buscando en el padrón electoral se encuentra la siguiente información: Patricia Julia Roisinblit, con fecha de nacimiento 08/12/52 y D.N.I. 10.703.149- C.U.I.T. 27-0703149.4; domicilio, San Juan 3383, CABA. Edad: 60 años. Los datos que figuran en la causa contra el Brigadier Graffigna relativos al nombre completo, fecha de nacimiento, edad y D.N.I. de la «desaparecida» son los mismos del padrón electoral.

Para más sorpresas, también «resucitaron» los padres «desaparecidos» del inefable Juan Cabandié, vocero oficial de Cristina Fernández, viuda de Kirschner:

2) Damián Abel Cabandié con D.N.I. 12.013.221- C.U.I.T. 20-12013221-1 – Domicilio: Virrey Loreto 3698 – CABA. Nacido en 1958. Edad: 55 años.

3) Alicia Elena Alfonsín, con D.N.I. 14.610.818 – C.U.I.T. 27-14610818-6-c Domicilio: Zapiola 830 – CABA. Nacida en 1961 Edad: 52 años.

Total de lo robado por estos tres «desaparecidos resucitados»: U$S. 750.000 (que se pagaron en indemnizaciones por decisión del presidente Menem a los familiares de los desaparecidos y de los muertos. También recibieron indemnizaciones los que estuvieron presos, en razón del tiempo que estuvieron privados de libertad).

De todo esto no se suele informar en los medios de comunicación social europeos. No se debería esa carencia tanto a mala fe, sino más bien a motivos de desconocimiento histórico.

N. de la R.
Esta información y otras similares que hemos publicado no deben confundir al lector, pues lo que aquí denunciamos es el “aprovechamiento” que determinadas personas o grupos han hecho de la terrible etapa que vivió Argentina por aquellos aciagos días. Una etapa convulsa, violenta, que devino en una dictadura militar.