Subcomandante MarcosMéxico
espacioseuropeos (3/1/2014)
Hace 20 años, un movimiento revolucionario indígena sacudió las montañas de Chiapas, al sur de México. Chiapas era una zona desconocida para la mayoría de los mortales de este mundo, pero a partir de entonces se hizo popular. Con el paso del tiempo la imagen de los “zapatistas” ha ido decreciendo.

Hace 20 años, la comunidad internacional se despertó con la imagen de un joven –al parecer- con un pasamontañas que ocultaba su rostro, al que todos empezaron a llamar ´subcomandante Marcos, se rebeló liderando un movimiento de indígenas. Marcos organizó un ejército armado de indígenas que declaró la guerra al gobierno mexicano. Miles de “zapatistas” se aglutinaron en torno a su líder formando el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, nombre que tomaron del revolucionario Emiliano Zapata.

El 1 de enero de 1994, la localidad de San Cristóbal de las Casas se despertó rodeada de hombres armados, la mayoría a caballo, cubiertos con pasamontañas. Los “zapatistas” declararon la guerra al gobierno mexicano. Poco después, unidades militares, helicópteros y carros de combate, se movilizaron contra los rebeldes indígenas. Los enfrentamientos dejaron por aquellos días más de 150 muertos.

Marcos alcanzó gran popularidad. Con pasamontañas, su pipa encendida, rifle en bandolera y a caballo, le daban una aureola de moderno revolucionario que provocó millares de artículos en los más prestigiosos diarios del mundo, así como reportajes y libros. Todo el mundo se preguntaba ¿quién es Marcos?

La policía y los servicios secretos mexicanos pidieron ayuda a Estados Unidos para que tratasen de averiguar quién era ese iluminado. Las fotografías que había de Marcos fueron sesudamente analizadas, tratando de averiguar su personalidad. Incluso se llegó a decir que había trabajado en España como vendedor en una de las tiendas de El Corte Inglés en Madrid. A día de hoy no se sabe quién es.

Tras los acuerdos de de San Andrés Larráinzar habidos entre los indígenas y el gobierno mexicano –casi ninguno se ha llegado a cumplir-, hubo algunas pequeñas mejoras, pero mínimas.

Sin embargo, en cinco municipios de Chiapas, controlados por los zapatistas, sus habitantes –unos 150.000- han conseguido crear su propio sistema de salud, de justicia y de educación; los derechos de las mujeres han alcanzado cotas importantes, y el alcohol está prohibido. Para muchos el movimiento zapatista está vivo, aunque no lo parezca.

En el último comunicado, a finales de diciembre, el subcomandante Marcos dice: “una bandera nos cobija, la de la rebeldía”.