LondresBolivia/Reino Unido
Eduardo Paz Rada (25/3/2014)
El Embajador del Reino Unido de Gran Bretaña (Inglaterra) en Bolivia, señor Ross Denny, ha publicado una nota de opinión “Referéndum ilegal en Crimea” (Pagina Siete, La Paz, 16.3.14) relacionada a la consulta política realizada el domingo pasado en la región de Crimea, sobre el Mar Negro, en momentos de crisis en Ucrania, Europa y Rusia. Califica la votación como “ilegal”, “inconstitucional”, “ilegítima”, “ni libre, ni justa” y asume una posición de pontífice dando consejos al presidente ruso, Vladimir Putin, para “terminar esta crisis”.

Está claro que el reino colonial inglés, a través del gobierno de David Cameron, punta de lanza de Estados Unidos en Europa, ha manifestado su rechazo, junto a los gobiernos dominantes de Alemania y Francia, a la posición de los rusohablantes del sur de Ucrania que se pronunciaron acerca de su disposición a mantenerse bajo el mando de Kiev o, por el contrario, reunificarse a la Federación Rusa. Según el periódico El País de España, los resultados conocidos hasta la fecha señalan que el 96.77% de los aproximadamente 1.5 millones de votantes se pronunciaron por la separación de Ucrania y la anexión a Rusia, pocas semanas después del Golpe de Estado sufrido por el Primer Ministro Víctor Yanukovich por grupos pro-occidentales encabezados por Arseniy Yatseniuk.

La controversia y debate sobre la incorporación de Ucrania a la Unión Europea (UE), el rechazo de Yanukovich a la misma, la reacción de Yatseniuk a favor de esa iniciativa, la intervención de Rusia para mantener su influencia en la región, las acciones de los gobiernos hegemónicos de la UE y de Estados Unidos por conservar espacios de control geopolítico en la zona euroasiática y el reciente referéndum son parte de los movimientos que realizan las potencias colonialistas para someter a su juego a los países débiles y asegurar su fuerza en una región altamente estratégica y sensible.

Pero…con que moral el embajador inglés critica la realización del referéndum en Crimea cuando Gran Bretaña impuso en las Islas Malvinas, de la manera más ilegal, ilegítima y arbitraria, una “consulta” a los kelpers para mantener su control colonial, desoyendo todas las determinaciones y resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para que se desarrolle un diálogo entre los gobiernos de Londres y Buenos Aires sobre la descolonización de las Islas Malvinas, las que fueron invadidas por el Reino Unido de Gran Bretaña en 1833 expulsando a las autoridades argentinas.

Por otra parte, la llamada “consulta” de marzo de 2013 fue realizada a la población transplantada desde Inglaterra y controlada por fuerzas militares británicas que han convertido a las islas en bases militares, en las que han instalado en los últimos años armas nucleares de largo alcance, realizando incluso ejercicios y maniobras militares que afectan todo el Atlántico Sur. Las invasiones y ocupaciones militares inglesas en todo el mundo son muchas y diversas durante varios periodos de la historia, habiendo sido la primera potencia imperialista que fundó su poderío en el sometimiento de pueblos, riquezas y territorios de África, América y Asia.

Luego de la Guerra de las Malvinas de 1982, cuando Argentina recuperó la soberanía sobre las islas, Gran Bretaña, apoyada por Estados Unidos, impuso un rígido régimen militarizado y se negó a toda posibilidad de terminar con sus políticas coloniales en el Atlántico Sur siguiendo los dictados neoliberales impuestos por la dama de hierro Margaret Thatcher aunque, de manera cínica, reclama su liderazgo democrático y el respeto a la Carta de Naciones Unidas.

En nuestro país la historia marca la intervención de los intereses económicos y geopolíticos anglo-chilenos en la invasión militar a la zona del litoral boliviano, en 1879, que ha dejado a Bolivia sin acceso al Océano Pacífico y afectado seriamente las posibilidades de un pleno desarrollo económico y territorial.

En la última década, con el avance nacionalista y antiimperialista en varios países de América Latina y el Caribe y con la formación de instancias de integración de la Patria Grande, a través de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la región ha avanzado en el establecimiento de un bloque que se ha pronunciado contra la presencia inglesa en nuestro continente y con el pleno apoyo al derecho argentino en las Malvinas.

N. de la R.
Eduardo Paz Rada es sociólogo y escribe en varias publicaciones latinoamericanas.


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