Mi Columna
Eugenio Pordomingo (29/9/2014)
El 23 de junio de este año, la embajada de España en Malabo (Guinea Ecuatorial) recibía una carta de Weja Chicampo, líder del MAIB (Movimiento de Autodeterminación de la Isla de Bioko) cuyo destinatario era el Presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy Brey.
El líder bubi se encontraba en su tierra, Malabo; el presidente del gobierno español también estaba allí. En Guinea Ecuatorial se celebraba la 23ª Cumbre de la Unión Africana y Rajoy había acudido allí –el único presidente de gobierno europeo- para recabar apoyos en su candidatura a tener un puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Tras los consabidos elogios al nuevo monarca español, Felipe VI, Chicampo echa en falta que el rey no mire hacia África –según dice en su misiva-, “no solo para potenciar la presencia española en nuestro continente sino para dar coto a la sangría humana de la inmigración clandestina de jóvenes africanos hacia Europa a través de las fronteras españolas”.
“Creemos que la proyección de España al exterior debiera orientarse potencialmente hacia el sur de sus fronteras, donde existen grandes posibilidades y oportunidades para ganar no solo aliados, sino apoyos y la materialización de proyectos de desarrollo duradero, especialmente en Guinea Ecuatorial donde existen fuertes lazos culturales con España”, enfatiza el líder bubi.
Chicampo anima a Rajoy a que a través de “su ex colonia, Guinea Ecuatorial” potencie una línea de actuación que “nos conduzca a superar grandes dificultades hacia el respeto a los principios democráticos, los derechos humanos y la buena gobernabilidad, especialmente en Guinea Ecuatorial donde ya llevamos más de cuatro décadas bajo regímenes dictatoriales y sanguinarios”.
Transcurridos “ 46 años de independencia de Guinea Ecuatorial que constituyen su existencia como Estado republicano desde 1968, no han supuesto un avance hacia las libertades de sus poblaciones, toda vez que de entonces a esta parte, junio de 2014, si tomamos como referencia a la población Bubi, autóctona de la isla de Bioko (Fernando Póo) en cuanto al índice de desarrollo humano, respeto a los derechos fundamentales del individuo y respeto asimismo de su identidad etnoculturales, concluiremos que los gobernantes de este país han impuesto a esta comunidad autóctona un declive social, cultural, económica y extremadamente decadente en todos los niveles, y cuyo resultado se aleja de los objetivos y principios del proceso de descolonización del Comité de los 24 de las Naciones Unidas, que dieron lugar a la independencia y aspiraciones de los territorios españoles del Golfo de Guinea. Desde el 12 de octubre de 1968 a esta parte, los Bubis han sufrido y siguen sufriendo una marginación total, con el daño añadido de un exterminio selectivo de sus recursos humanos desde las altas esferas del poder”.
En defensa de su etnia y con argumentos históricos, Chicampo alude a la Conferencia Constitucional, paso previo a la independencia de Guinea Ecuatorial, en la que el gobierno español de la época se comprometía a “salvaguardar la personalidad de Fernando Póo, hoy Bioko, si se observara la materialización de los temores que sus representantes denuncian a lo largo del proceso de descolonización; empobrecimiento, exterminio, torturas, persecuciones políticas, discriminación étnica, marginación, sostenimiento del gastos público del territorio de Río Muni y su población, etc.”
Para Weja Chicampo –lo dice en la carta enviada a Rajoy– los Bubis “están sometidos a una recolonización”, por la etnia Fang. Pero desde hace 45 años, “muchos políticos, intelectuales y demás profesionales bubis han sido eliminados físicamente de forma sistemática a través de instrucciones emanadas de la Jefatura de Estado”.
A esa situación se une la pérdida de muchos de sus territorios dentro del país, que les han sido usurpados, robados, so pretexto de planes urbanísticos estatales que no son más que un auténtico espolio. Desde el exterior, también se ven sometidos a esas presiones. Un ejemplo es la isla de Mbañe, perteneciente a Guinea Ecuatorial, pero reclamada por la República de Gabón con el apoyo de Francia.
En la carta alude el líder del MAIB a la frase que mencionó en el Congreso de los Diputados en abril de este año. Rajoy dijo, tenemos que buscar una “solución inteligente” entre todos, que en el idioma de Rosalía de Castro puede traducirse en un sinfín de interpretaciones, pero el pontevedrés daba a entender que la solución tendría que salir entre la oposición y el dictador Teodoro Obiang Nguema.
El 12 de noviembre de 1993, tras una serie de incidentes habido un año antes, una representación bubi entregó al dictador Obiang Nguema el llamado Manifiesto del Pueblo Bubi en el que, en el punto número 2 se dice: “… vemos la necesidad de entablar unas negociaciones entre el Estado ecuatoguineano y el Pueblo Bubi bajo los auspicios de España y las Naciones Unidas, para tratar sobre el futuro político de la Isla de Bioko; dichas negociaciones deberán culminar con la celebración de un referéndum de autodeterminación para los autóctonos de la Isla”.
Chicampo le sugiere a Rajoy que tomen “medidas concretas que incluyan el sentir, propuestas y la opinión de los grupos étnicos que componen mi país, y no solo escuchar a la etnia Fang a través de sus distintos gobiernos dictatoriales y formaciones políticas del interior o del exterior del país, como viene siendo habitual desde que Guinea Ecuatorial accedió a la independencia”.
La misiva del opositor guineano finaliza solicitándole una entrevista con él o con “quien designe”. Pero, ya se sabe, lo vemos con el ‘problema catalán’, Rajoy no se mueve, no da un paso adelante nunca; él espera acontecimientos. Luego, Dios dirá.
Weja Chicampo viaja hoy a Malabo y todavía no ha recibido respuesta. Espero que al pisar tierra guineana no sea obligado a regresar a España o detenido, como así ha sido en otras ocasiones.
Noticias relacionadas:
Etiquetas:
bubis, Eugenio Pordomingo, fang, Guinea Ecuatorial, Mariano Rajoy, Mi Columna, ONU, Teodoro Obiang Nguema, Weja Chicampo