CarmonaMadrid (España)
Alejandra Durrell (5/8/2015)
La batalla de los socialistas madrileños continúa a pesar de que le cambiaron el nombre de Federación Socialista Madrileña por el de Partido Socialista de Madrid. La batalla del socialismo madrileño no es única, pero sí la más sonada.

De siempre ha habido “dimisiones forzadas”, ofrecimiento de otros cargos, como un puesto en el Senado o en cementerio de elefantes del Parlamento Europeo, todos ellos muy bien remunerados pero, que sus receptores, saben –salvo excepciones- que tras el mandato será su última oportunidad política a no ser que funden otro partido o se vayan a Guinea Ecuatorial como fue el caso del diputado autonómico madrileño Eduardo Tamayo que en una maniobra político-financiera entregó el poder al PP de Esperanza Aguirre.

La batalla, enfrentamiento soterrado, entre Soraya Díez, Presidenta de la Junta de Andalucía gracias al apoyo de Ciudadanos,  y  Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, se pasó al de los aspirantes a presidir a los socialistas madrileños. La escasa democracia interna del partido impulsó la candidatura de la alcaldesa de la localidad madrileña de Getafe , Sara Hernández, en una pretendida operación por controlar desde Ferraz el aparato socialista madrileño. La destitución de Tomás Gómez pudo ser el comienzo, pero el fin está muy lejano como veremos.

Una victoria pírrica la de Sara Hernández, con la que los enfrentamientos en el socialismo no solo no se van a solventar, sino que van a ir a más.

Ahora le ha tocado el turno a Antonio Miguel Carmona, portavoz del grupo municipal del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, al que el PSOE ha decidido apartarle de ese cometido con el argumento –no explicado- de sus bajos resultados en las elecciones del 24-M y, al parecer también, por el malestar causado  tras su pacto con Manuela Carmena, actual alcaldesa de Madrid.

Pero Carmona es mucho Carmona y ha advertido que no daría “ni un paso atrás”  en su idea de ser concejal porque “los madrileños lo han elegido”. Esa respuesta la dio en una rueda de prensa, ante el ofrecimiento de Sara Hernández de que si dejaba su acta de concejal le nombrarían senador: “Yo no tengo precio”, respondió Carmona, que ha dejado entrever que la decisión de apartarle de la portavocía socialista en el ayuntamiento no ha sido obra exclusiva de la agrupación socialista madrileña, pues más bien ha estado dirigida desde Ferraz.

“No estoy de acuerdo con la dirección; a mi no me van a callar”, ha sentenciado Carmona, vaticinando una nueva brecha en el PSOE, pero en este caso más grave que las anteriores, pues ésta afecta a la estabilidad del gobierno municipal de Ahora Madrid.

Entre tanto, Esperanza Aguirre se frota las manos.