Sindicalistas por la Unidad Popular.
Sindicalistas por la Unidad Popular.

España
espacioseuropeos (12/3/2016)
De la actual aritmética parlamentaria no hay opción alguna que salga un gobierno que no sea un nuevo servidor de la Troika y del régimen; más de tres décadas de Gobiernos alternos, PSOE-PP, así lo avalan.

Por Sindicalistas por la Unidad Popular.

A todos los compañeros y compañeras de Sindicalistas por la Unidad Popular. Ante el giro de 1800 dado por IU y Alberto Garzón tras las elecciones

ECHAR AL PP PARA PONER AL PSOE NO ES UN CAMBIO, ES UN RECAMBIO

Quienes participamos en las pasadas Elecciones Generales impulsando las listas de IU-UP desde Sindicalistas por la Unidad Popular reivindicamos el trabajo hecho, la lucha por un programa en defensa de la clase obrera, que llevamos a las empresas y a los barrios, que elaboramos en forma colectiva y democrática y que fue defendido por los candidatos/as obreros electos/as en primarias.

Decíamos que “el programa no es un conjunto de “sugerencias”, sino un contrato social, que nos compromete a luchar por él”.
Defendíamos un programa de ruptura:
“Eludir la ruptura en aras de un supuesto realismo es repetir lo que nos ha conducido al actual estado de catástrofe social y retroceso en todos los terrenos. Es convertir los anhelos de cambio en un simple recambio.
Estamos convencidos de que no habrá cambio social posible sin ir a las raíces: sin retomar la lucha obrera, sin un programa de emergencia a favor de las trabajadoras y los trabajadores y el pueblo, sin enfrentarnos a los banqueros y al Ibex 35, sin enfrentarnos a la Troika y al régimen monárquico”.

Alertamos contra las maniobras de los políticos de siempre, contra la “vieja política”:
“la que representan partidos como el PP y el PSOE, entre otros, que ha hecho un hábito de las palabras vacías, del “puedo prometer y prometo”; la de los programas que no se cumplen o se desechan al día siguiente de las elecciones”.

Fijamos con claridad nuestro compromiso:
“El compromiso de Ahora en Común [así se llamaba todavía el acuerdo unitario] es con los trabajadores/as y el pueblo, con sus necesidades y sus demandas y no con las instituciones del régimen ni con las leyes que hay que echar abajo”.

Nuestro programa, por el Pan, el Trabajo y el Techo, partía de la derogación de las reformas laborales (la del PSOE y la del PP), para acabar con los despidos masivos, los EREs y ERTES, y defendía, entre otras,  la creación de empleo y el aumento de salarios, teniendo como medida “estrella” el trabajo garantizado, como obligación del Estado.

Dijimos también que los diputados/as que obtuviéramos debían tener un objetivo claro:

“hacer del Congreso de los Diputados una tribuna de denuncia y defensa de los intereses y derechos de la mayoría social, para poner esa representación al servicio de la lucha de los trabajadores/as y el pueblo”.

Lamentablemente, lo que ha sucedido tras el 20D es que la actuación de la dirección de la candidatura, en particular de su principal figura, Alberto Garzón, ha sido lo opuesto a lo dicho y prometido en la campaña electoral.

Alberto Garzón se ha convertido ahora en el principal defensor de un “gobierno de la izquierda” encabezado por el PSOE, el partido de la OTAN, el de las reformas laborales, el delpensionazo, el de la corrupción, el de la reforma constitucional exprés para hacer del pago de la deuda la principal obligación del Estado, el del desmantelamiento industrial del país, el de la Troika.

Nos dicen que “lo importante es echar al PP”, pero ¿dónde queda entonces lo tantas veces dicho de acabar con el bipartidismo? Arengar, con justa razón, contra “la casta” y el bipartidismo para, a renglón seguido, apoyar a Gobiernos del PSOE, es exactamente lo que ha hecho Podemos. Para ese viaje no hacían falta alforjas.

Echar al PP para poner al PSOE es lo que está pasando desde hace 30 años y así nos va. Defender en la campaña un programa  y tirar todo por la borda al día siguiente de la elecciones, es justamente lo que hemos criticado y lo que ahora ha hecho Garzón. En una actitud que solo se puede calificar de adelantamiento por la derecha, incluso ha criticado a Podemos por poner trabas al gobierno de Pedro Sánchez.

Muchos de los/as sindicalistas apoyaron las candidatura por su compromiso expreso de lucha por la derogación de las reformas laborales (la del PSOE y la del PP). En la propuesta que hace Garzón al PSOE ya la Reforma Laboral de Zapatero había desaparecido. Es decir, la reforma que bajó las indemnizaciones de 45 a 33 días, la que permitía el despido objetivo, con 20 días por año de indemnización, en base a futuras perdidas, la que permitía a las empresas la modificación unilateral de las condiciones de trabajo, la que facilitaba los despidos por razones económicas, técnicas o de producción…. esa reforma se acata sin más. Y peor aún, ya sabíamos y sabemos a qué le llama Pedro Sánchez  “derogación de la reforma del PP”, como demuestra su acuerdo con Ciudadanos.

Lamentablemente, y a una velocidad vertiginosa, hemos acudido al hábito de siempre, el del “puedo prometer y prometo”, de los programas que no se cumplen o se desechan al día siguiente de las elecciones.

Diputado Alberto Garzón
Diputado Alberto Garzón

NO EN NUESTRO NOMBRE
Y todo eso se ha hecho, además, sin la menor consulta a quienes conformamos las candidaturas. Promover asambleas de Unidad Popular para discutir si ésta se conforma como un nuevo Partido, mientras los dirigentes de Izquierda Unida, desde el minuto 1 tras las elecciones, hacen lo que han hecho, a nuestro juicio convierte a Unidad Popular no en un nuevo proyecto sino a lo sumo, en un cambio de nombre de Izquierda Unida.

Izquierda Unida tiene todo el derecho a opinar que sus propuestas son coherentes con su trayectoria y programa, a repetir experiencias como la del gobierno de Andalucía, el tripartito de Cataluña o los muchos gobiernos municipales en los que participa o participó con el PSOE. Tiene derecho a confiar en que los dirigentes de CCOO y UGT negociarán con el nuevo Gobierno cambios positivos en la reforma laboral… Pero Izquierda Unida no tenía ningún derecho a hacerlo atribuyéndose la representación de toda la candidatura ¡No en nuestro nombre!

El programa de Sindicalistas por la Unidad Popular (SSxUP) es lo opuesto a todo eso, y como tantas veces repetimos, es un contrato social con los trabajadores y el pueblo. La decisión de un sector de los compañeros/as de SSxUP de apoyar la política de IU, a nuestro juicio rompe ese contrato.

Reivindicamos, una vez más, el trabajo hecho, el programa de SSxUP defendido en las elecciones y agradecemos y felicitamos a todos los compañeros/s que juntos hemos trabajado en estos meses. Pero con la misma claridad y lealtad que hicimos el acuerdo, hoy decimos que el apoyo dado desde sectores de SSxUP al giro dado por la dirección de Izquierda Unida hace inviable seguir marchando juntos. Y pedimos por tanto que se deje de utilizar el nombre de Sindicalistas por la Unidad Popular.

De la actual aritmética parlamentaria no hay opción alguna que salga un gobierno que no sea un nuevo servidor de la Troika y del régimen; más de tres décadas de Gobiernos alternos, PSOE-PP, así lo avalan. No vamos por tanto a apoyar, ni por activa ni por pasiva, a ningún Gobierno del PSOE. Salga el gobierno que salga nos tocará enfrentarlo y trabajar con suma paciencia por retomar el único camino real para el cambio: el de la lucha obrera.

Estamos convencidos que en esa lucha en la calle y en las empresas, nos encontraremos con muchos compañeros/as con los que hemos conformado la candidatura, porque el marchar separados no puede, ni debe impedir golpear juntos.

N. de la R.
La lisa de firmantes, con datos sobre su profesión, militancia o cargo, aparecen en el Insurgente.

Fuente: Insurgente.