Teodoro Obiang Nguema

Mi Columna
Eugenio Pordomingo (11/8/2019)
El pasado 2 de este mes, Amnistía Internacional publicó un artículo sobre Guinea Ecuatorial, titulado 40 años de represión y de imperio del miedo ponen de manifiesto la crisis de derechos humanos, que no sentó nada bien al dictador guineano, Teodoro Obiang Nguema. El texto de AI comienza así: “Las autoridades de Guinea Ecuatorial deben poner fin a décadas de abusos y violaciones de derechos humanos tales como tortura, detenciones arbitrarias y homicidios ilegítimos. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy, 40 años después de que el presidente Teodoro Obiang Nguema Mbasogo se hiciera con el poder”.

AI afirma que “Ha habido destellos de esperanza, como la ley de 2006 que prohibía la tortura, o el reciente anuncio del presidente Nguema de un proyecto de ley para abolir la pena de muerte…”. Pero esos “destellos” no los aprecian los que conocen la manera de actuar del dictador. Nada de las mejoras que anuncia suele cumplirlas. Lo hace, simplemente, para salir del paso, conocedor de que ni la prensa ni los gobiernos occidentales le reclamarán nada.

Tras hacer un breve repaso histórico desde el 3 de agosto de 1979 hasta ahora, AI se adentra en el meollo del artículo: las “torturas, ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias y persecución de activistas políticos y de defensores y defensoras de los derechos humanos, actos bien documentados todos ellos por Amnistía Internacional a lo largo de los años”.

Hubiera estado bien, que Amnistía Internacional mencionara el vil asesinato de la monja española Carmen Samaranch Kimer, acaecido en 1983, cuando, al parecer, descubrió un caso de corrupción entre altas instancias de España y Guinea Ecuatorial; o la muerte por torturas del empresario Antonio Martínez Lister en 1995, que provocó un serio incidente entre el comandante de una aeronave de Iberia, que se negó a recoger su cuerpo moribundo; o, la más reciente, de la cooperante Ana Isabel Sánchez Torralba en 2003, ametrallada cuando cruzaban por el control militar en Niefang (zona continental).

Respuesta del gobierno guineano a Amnistía Internacional
El Gobierno de la República de Guinea Ecuatorial emitió un comunicado en respuesta al informe de AI, del que reproducimos algunos párrafos. En uno de ellos se dice que “Un viento de libertad y, sobre todo, de esperanza, se elevó en todas las ciudades, en todos los pueblos y en todos los hogares, difundiendo la ilusión de una vida nueva a todos los grupos de la población, que solo habían conocido el terror, la intimidación y la humillación; y, para los cuales, la libertad seguía siendo un sueño inalcanzable”. Y se retrotrae al 3 de agosto de 1979, fecha del comienzo del cruento golpe de Estado que Obiang Nguema perpetró, con la ayuda de España, contra el presidente Francisco Macías.

Como afirma el comunicado del gobierno guineano, “un viento de libertad se elevó en todas las ciudades”, pero se esfumó –decimos nosotros-; la libertad se la llevó de nuevo el huracán que comenzó poco después del golpe militar de Obiang, que dejó una tragedia que perdura desde entonces.

El gobierno golpista de Teodoro Obiang Nguema prometió –como dice en ese comunicado- una “reconstrucción moral y mental de los ecuatoguineanos para moldear una nueva mentalidad y una mayor confianza que dormitaba en cada uno de ellos”. Pero desgraciadamente, la mentalidad que ha moldeado, a fuerza de violencia, es sumisión, temor y odio, que aguarda su ocasión.

Afirma el gobierno guineano en otro párrafo de su contestación a AI, que más bien va dirigida a gobiernos y medios de comunicación, que se han hecho “numerosas obras modernas en todos los distritos del territorio nacional han cambiado radicalmente la imagen del país. La actual disponibilidad generalizada del suministro eléctrico y del agua potable ha cambiado la vida cotidiana de los hogares de los ecuatoguineanos”. Es cierto que se han hecho mastodónticas construcciones, palacios, centros de eventos internacionales, etc., pero las carencias del pueblo guineano son tan evidentes que organismos internacionales no han tenido más remedio que recogerlas: se refieren al deterioro de la Sanidad, la Educación, la falta de Libertades, control exhaustivo de los medios de comunicación, carencia de electricidad y agua potable en muchas zonas del pañis, tremendas desigualdades, corrupción impune y sistémica (del sistema), brutal represión contra la oposición, y un largo etcétera.

Sin  rubor alguno, contesta a Amnistía Internacional así: “Todos estos logros –se refiere a la construcción de infraestructuras- se han debido al establecimiento de un clima de paz, de respeto a los derechos humanos, con la inequívoca y acertada búsqueda de una cohesión nacional cada vez más sólida, gracias a la visión y, sobre todo, a la inquebrantable determinación de nuestro líder, S. E. Obiang Nguema Mbasogo.

Más que descaro, es un insulto a la más mínima inteligencia, decir que en Guinea Ecuatorial se respira un  “clima de paz y de respeto a los derechos humanos”.

Como única defensa, el gobierno guineano responde a AI, relatando su participación en organismos internacionales, como el Consejo de Seguridad. Y en plena orgía informativa se le ocurre decir que “A estas contundentes acciones, reconocida y apreciadas a nivel mundial, debemos añadir el Premio UNESCO-Guinea Ecuatorial, el cual es motivo de orgullo para los investigadores de los países del Sur”.  Rogamos a los lectores interesados que consulten este enlace que versa sobre el Premio Unesco-Guinea Ecuatorial.

El gobierno guineano acusa a Amnistía Internacional de llevar en sus actuaciones el “sello” de la financiación del magnate  George_Soros y de The Open Society Institute, una de sus fundaciones.

Alude el gobierno guineano a la unión, “como un solo hombre secundando a su Jefe de Estado, S. E. Obiang Nguema Mbasogo, seguirá luchando para mantener la paz, el equilibrio social, la cohesión nacional y un orden social, sano guardador de derecho y la equidad; demostrando que los hijos de esta Nación no pueden posicionarse y moverse como piezas en el tablero de ajedrez global en el que está jugando el criminal George Soros”.

Esas mentiras, me producen bochorno y turbación, aunque más aún que no haya habido una respuesta masiva, colectiva y contundente de la oposición política guineana.