Internacional
Espacios Europeos
(27/8/2019)
No es un secreto que el Reino Unido ha sido un auténtico quebradero de cabeza para la Unión Europea. Y lo seguirá siendo hasta que el Brexit se cumpla, y ya veremos después. El Reino Unido nunca se ha sentido parte de la UE, y ahí están los resultados del referéndum que se celebró el 3 de junio de 2016, durante el gobierno de David Cameron y la pervivencia de la libra. ¿Qué harían los ingleses sin la libra?

Para la UE, el Reino Unido, ha sido siempre un submarino estadounidense metido en sus aguas. Y ahora, si se lleva a cabo su salida de la UE, veremos si abona los 44.460 millones de euros que acordaron las partes, y que figuran en el texto de salida de la Unión Europea.

El salvavidas para Boris Johnson –y también para la UE- ha sido Donald Trump, que en el transcurso de la reunión del G-7, se permitió inmiscuirse en asuntos de otros países, anunciando ayudar a Boris Johnson con un gran acuerdo comercial cuando complete su salida de la UE.

Trump prometió al Premier británico que una vez que el Reino Unido abandone la UE, “las dos naciones firmarán un gran acuerdo comercial”, aunque no reveló más datos.

La cumbre de Biarritz transcurrió sin aparentes enfrentamientos –no hay que ofrecer una mala imagen a los ciudadanos-, e incluso se impuso cierta cordura para que China y Estados Unidos den por terminada la guerra comercial que mantienen  y vuelvan a la mesa de negociaciones.

Por su parte, las plataformas G7 Ez (G7-No, en español) y Alternatives G7 celebraron durante el fin de semana una´ contracumbre´ al G7 celebrado en Biarritz (Francia).

En un comunicad han denunciado la “agresión violenta que tuvo lugar el pasado 22 de agosto, jueves, en el contexto de una manifestación realizada en Hendaia al margen de la contra-cumbre del G7”, a la vez que se desligaban de loa actos violentos que organizaron grupos minoritarios.

Hasán Rohaní

Con su proverbial habilidad mediática, pero de escaso logro real, el presidente Macron trata de ofrecer como un éxito la cumbre del G-7, sobre todo tras declarar que Donald Trump se abra a un diálogo con su homólogo iraní, Hasán Rohaní. Pero no contaron con la opinión del presidente iraní que, rápidamente declaró que “si alguien quiere hacerse una foto con Hasan Rohani, será imposible a menos que un día levante todas y cada una de las crueles sanciones impuestas y respete los derechos de la nación iraní”.

En fin, una cumbre más de los poderosos que han tenido que ser protegido por miles de policías, militares y agentes de inteligencia. No deben ser muy queridos si han tenido que reunirse bajo tal escudo.

El éxito de Macron ha sido tan corto como el tiempo que va desde el pasado domingo al próximo sábado, día en el que los ´chalecos amarillos´ volverán a las calles de Francia para hacer patente su malestar.