Siria/Estados Unidos
[FV] Diario el Peso (21/5/2013)
Medios locales han reportado fuertes explosiones en la capital siria, según ha informado la agencia estatal SANA que adjudica a Israel la autoría del episodio. Las explosiones se habrían producido en la zona del monte Quasioun.
El gobierno ha informado en los medios televisivos que el ataque es un intento de elevar la moral de los insurgentes, a los que cataloga como terroristas, que están recuperándose de los ataques infringidos por el ejército regular sirio.
El Vicecanciller sirio, Faisal Mekdad, afirmó a la cadena CNN, que los ataques aéreos sobre el país son una verdadera declaración de guerra por parte de Israel y que por lo tanto su país tomará represalias. Además advirtió que existe una alianza entre Israel y los islamitas y que ambos están intentando derrocar al gobierno sirio. Por su parte la Liga Árabe ha condenado el ataque y solicitado a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que e convoque al Consejo de Seguridad.
El Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, dijo desconocer los detalles del incidente se mostró preocupado por “las informaciones relativas a los ataques realizados por el ejército israelí a Siria” y pidió calma para “evitar una nueva escalada del conflicto”.
Testigos presenciales han indicado que los estallidos hicieron temblar a las edificaciones colindantes al Centro de Investigaciones Militares Jamraya, que habría sido el objetivo del ataque israelí. Estas instalaciones militares fueron bombardeadas a finales de enero pasado en un ataque similar, del que Israel no se responsabilizó, pero que diversos medios locales e internacionales también relacionaron con un posible envío de armas a Irán.
También se ha dicho que los ataques aéreos iban dirigidos a las brigadas 104ª y 105ª de la Guardia Republicana de Siria.
Si bien en un comienzo el Gobierno de Israel no hizo comentarios, con posterioridad un alto funcionario confirmó a una agencia de noticias que efectivamente se había llevado a cabo un ataque aéreo contra Siria en una zona cercana al aeropuerto de Damasco y que iban dirigidos contra misiles iraníes que iban a ser entregados al movimiento chiíta libanés hezbolá. Tales misiles son los Tierra-Tierra Fateh 110. El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, ha declarado que Israel tiene derecho a defenderse e impedir la entrega de armas a Hezbolá.
Testigos cercanos al ataque han insinuado que Israel ha utilizado bombas con uranio empobrecido, por la intensidad de la explosión y el gran hongo amarillo que produjo.
El canal de televisión libanés Al Manar informó que la Fuerza Aérea derribó en la frontera con Líbano un caza israelí con misiles tierra aire. El conflicto que tiene una duración de más de dos años ya ha cobrado más de 70.000 vidas y un millón de personas que han alcanzado huir del país, según cifras de las Naciones Unidas.
El prolongado surge porque grupos rebeldes armados buscan derrocar el gobierno del presidente Bashar Al Assad. Estados Unidos, rechaza por ahora una intervención directa, si bien estableció como «línea roja» el empleo de armas químicas en el país. Según las autoridades sirias los aviones de combate israelíes. El hecho amenaza con recalentar las ya delicadas relaciones entre Tel Aviv y Damasco puede conducir a la región a una guerra amplia.
Sin embargo el 18 de marzo pasado un desbastador ataque con misiles y armas químicas azotó Jan Al-Assad, una localidad al sur de la ciudad de Alepo y tanto rebeldes como soldados regulares se culpan mutuamente, aunque todo parece indicar que fue una acción de los rebeldes sirios.
El conflicto que se había iniciado como un episodio más de la denominada “primavera árabe”, ha llegado a un estado de estancamiento sin resolución inmediata a favor de ninguno de los bandos y ha producido un incremento de la tensión internacional entre los países involucrados que ha desestabilizado la ya frágil región del medio oriente.
Lo que más preocupa a los analistas es la posibilidad del uso de armas nucleares “controladas” o de “baja intensidad”, que podría llegar a desencadenar un conflicto de proporciones inimaginables.
N. de la R.
Este artículo se publica con la autorización de Diarioelpeso.com.
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