España
Javier Martínez (17/3/2014)
Tres millones de españoles viven con menos de 307 € al mes; más de 13 millones de personas, el 28.2 % de la población, se encuentran además, en riesgo de pobreza y de exclusión social, no pudiendo alcanzar los estándares mínimos de nutrición, salud y vivienda.
Incluso tener un empleo no excluye de la pobreza pues, como asegura Cáritas en su último Informe, un 13% de los trabajadores españoles son pobres y tienen que recortar en calefacción, en gas y electricidad, en consumo que no sea más que lo básico para infra-vivir.
La pobreza infantil alcanzaba ya en 2011 al 26,7% de la población de menos de 16 años, habiéndose incrementado de 2008 a 2011 un 3,1%.
La semana pasada, la alcaldesa de Madrid, Sra. Botella acompañada de la Infanta Elena no hicieron la cola para besar el pie de del Cristo de Medinaceli, privilegios de su casta, al ir a rezar a la estatua y pedir contra el paro en España.
Los casi seis millones de parados, el 26% de la población y el 56% si son jóvenes, no se contentan con rezos y con fotos de cara a la galería, sino con medidas como:
– Hacer que los Bancos cumplan con su función de dar créditos y que una Banca Pública invierta en la pequeña y mediana empresa.
– Con leyes tributarias progresivas y que persigan el fraude fiscal, no con brutales incrementos de IVA que unidos a los recortes penalicen hasta la asfixia el poder adquisitivo de las ya casi desaparecidas clases medias y de las clases trabajadoras cada vez más en la cuneta.
– Con inversión pública que supla la falta de inversión privada.
Los retrasos de hasta tres años en los procesos de demandas laborales, por despido, por demandas de cantidades, por falta de personal en los Juzgados de lo Social, por los recortes, mejor dicho por la congelación absoluta de contratación y por los despidos también en las administraciones públicas, hacen que sólo en Madrid se hayan incrementado los asuntos pendientes en un 12,5% en septiembre de 2013, frente al año anterior.
Si vemos que algo similar ocurre en los Juzgados de lo Mercantil con el incremento de de un 14% de los casos en trámite, frente al año anterior, por el aumento de Quiebras, Eres y Ertes, nos dan una muestra más de la indefensión y la falta de tutela efectiva de los derechos y libertades por parte de los juzgados y tribunales en esta progresiva involución democrática.
Las consecuencias de estas políticas y quienes las aplican tienen un nombre: el de genocidio ciudadano. Las políticas fondomonetaristas, mal llamadas neoliberales, que aplica este gobierno, como antes lo hizo el anterior, matan.
En septiembre de 2011, PP-PSOE, decidieron sin consultar a nadie, someter la soberanía nacional a los intereses de grupos financieros y multinacionales ajenos a los intereses de los ciudadanos españoles. Lo hicieron traicionera y alevosamente durante un fin de semana en verano, PSOE y PP, con la reforma del artículo 135 de la Constitución, sometiendo toda la riqueza nacional al pago de la deuda y de los intereses de la misma, tras unos rescates bancarios sobre las espaldas y los bolsillos ciudadanos como ahora nos quieren “colar” también el llamado TTIP ó Tratado de Libre comercio e Inversiones UE- USA para convertirnos definitivamente en esclavos de sus intereses, foráneos y ajenos a los nuestros.
Además de genocidas son traidores a fuer de ser corruptos.
Se me vienen a la cabeza imágenes de libros y películas al estilo de “Bienvenido Mr. Marshall”, de una España de miseria, de injusticias y de hambre, de desigualdades y sumisión.
Un retorno de esa España negra, amante de las invocaciones a Vírgenes y a Santos mientras el pueblo pasaba hambre y caminaba descalzo o en alpargatas frente a las “señoras” con peineta y mantilla, ¡Será por llenar con peso el vacío de sus cabezas!, acompañadas de los “chupones gerifaltes” de aquel régimen hortera y que curiosamente no deja de ser este mismo, tras romperse el tabú del consenso y la careta de la “modélica transición” española.
Este régimen es el fiel reflejo de aquel y con esta crisis ha quedado muy claro. Es el heredero desempolvado pero aún casposo, de gánsteres hamposos que disimulan ser grandes empresarios y financieros y terminan casi todos con causas abiertas en tribunales por afanar lo ajeno, por estafar al público, por enriquecimientos injustos, luciendo, eso sí, esas galas catetas propias de su provincianismo mental, por mucho que salgan en Vanity Fair.
Son la casta anti-ilustrada, heredera del “muera la inteligencia”, del engaño, aunque se vistan de “beautiful people”, del hacer el ridículo en los foros internacionales, gobernantes que confunden la virtud y el orden con la represión y la justicia con la caridad humillante.
Las sucesivas reformas laborales, PP-PSOE, han ido haciendo que este país se convierta además del campeón de parados del mundo occidental en el de mayor concentración de contratos basura, de trabajos precarios, becarios, falsos autónomos que encubren trabajadores sin contrato laboral y una emigración de jóvenes titulados en la diáspora.
El medidor de la desigualdad, el Índice Gini, de 2008 a 2012, ha pasado de 0,319 a 0,35, es decir, un incremento de un 12% de la desigualdad en España, por encima de Grecia, incluso de Portugal que redujo su desigualdad en ese mismo periodo un 2,3%.
Incluso, recientemente, la Sra. Lagarde dijo que la crisis y los recortes en España estaban siendo soportados por la porción más pobre de la población española. Curiosa paradoja provocadora que sea el ejecutor que señale a sus esbirros el dolor y la crueldad excesiva empleada con los ejecutados.
El 20% de la población más rica en España concentra 7,5 veces más que el 20% más pobre.
Y eso, a pesar de que publicaciones como la Actualidad Económica en su número de marzo desmiente en su editorial, sin dato alguno, con argumentos de Perogrullo, el mito de la igualdad a cualquier precio y el mito de la pobreza en España. ¡Qué asco la falacia y la pobreza argumentativa de los economistas groseros!
La portada de la citada publicación de “información económica” ya representaba su línea ideológica con una imagen de Rajoy succionando un largo puro entre los labios y sujetando una llave en una mano, rodeado de candados grabados con los nombres de antiguas empresas públicas y con el titular: ¡Por qué no privatizar todo!
En esta orgía de expolio ciudadano, de corrupción permanente, de represión ciudadana in crescendo, de paro brutal y de pequeñas y medianas empresas a la deriva, nos salen diciendo que hemos salido de la crisis. Insultan nuestra inteligencia y nos provocan sin contemplaciones.
¿Hasta cuándo y hasta cuánto vamos a soportar, la ciudadanía española, los abusos de estos palurdos, los desmanes y las tropelías de este mal gobierno?
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