El filósofo Diógenes
El filósofo Diógenes

Mi Columna
Eugenio Pordomingo (23/3/2015)
Mi Columna, escrita en la madrugada de ayer, finalizaba así: “Hoy saldremos de dudas”. Y hemos salido. Me refiero a los ansiados resultados electorales de la contienda por alcanzar el Poder en Andalucía, primero, y después –si se puede- en el resto de España. Me refiero al poder político, pues el otro, el financiero, no veo yo que se mueva mucho.

Ayer, un servidor comentaba que el panorama que presenta la Comunidad de Andalucía no es para presumir: líder en fracaso escolar, en paro, en corrupción, en el número de imputados, etc., etc. También dejé escrito  que el PP no “representa un peligro para el PSOE de Susana Díaz, pero quizás quedé en segundo lugar, en el supuesto de que los socialistas sean los más votados”. El texto seguía: “De ser así, significaría que habrían ido a las urnas con una pinza en la nariz como dijo en su día el italiano Indro Montanelli cuando votaba a la Democracia Cristiana”.

No había que ser un oráculo para afirmar que ningún partido iba a obtener la mayoría absoluta. Pero la verdad es que a pesar de lo que digan sesudos contertulios y las cadenas mediáticas afines, Susana Díaz no ha salido vencedora en esta confrontación electoral. Convocó elecciones para tratar de conseguir una mayoría holgada que le permitiera gobernar en solitario sin la compañía de IU. Pero la realidad es que a pesar de que la abstención ha sido menor (3 puntos) que en las elecciones de 2012, el PSOE andaluz ha perdido 120.000 votos  y se ha quedado con los mismos diputados, 47.

El Partido Popular ha perdido 17 diputados; en las anteriores elecciones obtuvo 50 y ahora 33. Posiblemente la causa de ese bajón,  aparte de recortes y demás, haya sido -como hoy ha insinuado Esperanza Aguirre–  la personalización de la campaña en la figura de Mariano Rajoy que bajó a Andalucía en cuatro ocasiones para mitinear junto a Juan Manuel Moreno, su candidato.

Podemos entra en el Parlamento Andaluz con 15 escaños que a la cúpula les han parecido escasos, y así lo han dejado traslucir, Carolina Bescansa, Íñigo Errejóm y el mismo Pablo Iglesias. Ciudadanos  con 9 diputados se lanza a las procelosas aguas de la política nacional, quitándole votos a UPyD, PP y PSOE. Rosa Díez ha perdido más de 80.000 votos y, lógicamente, ningún diputado. IU que vive un sinvivir con tanto conflicto interno ha perdido siete diputados y algo más de 163.000 votos.

No voy a entrar en componendas ni análisis de  cómo va a gobernar Susana Díaz, si en solitario –lo más probable- o no. Lo importante no es eso. Para perorar sobre esas cuestiones hay ya muchos que lo están haciendo, viven de ello y a base de consultar Internet.

Para mi lo más importante, la filosofía de todo esto, es que, más o menos, todo queda como estaba. O no se han dado cuenta que entre el PSOE y PP tienen la mayoría del Parlamento Andaluz. Entre los dos partidos políticos llegan a 80 diputados de los 105 que tiene la Cámara andaluza. La Casta, el régimen, el sistema, se mantiene así. Si los militantes de UPyD piden  o no la cabeza de Rosa Díez; o si en el PP tiemblan las canillas de Aguirre y Cifuentes al ver que sus aspiraciones pueden quedar segadas; o si Pedro Sánchez empieza a colocar barricadas en Madrid con el “no pasaraá”, todo eso es peccata minuta, no importa, aunque parezca lo contrario.

Lo notable, para empezar, es que Mariano Rajoy debe convocar elecciones ya, lo antes posible. España no puede continuar así, recorte tras recorte, protesta tras protesta, mientras nuestros mejores jóvenes se ven obligados a abandonar el país en busca de recursos para subsistir. Mencionar una y otra vez que las desigualdades van en aumento, que los desahucios siguen y que el número de parados persiste como una losa, creo que no sirve para mucho. Como tampoco sirve denunciar la corrupción y el despilfarro sistémico e impune. Hay que centrar nuestras energías en un punto, ir a la conquista del BOE (Boletín Oficial del Estado).

Visto lo visto –me refiero al resultado de las elecciones en Andalucía- creo que tenemos que coger el candil y salir al campo, como hizo el filósofo Diógenes, y buscar a un hombre, a muchos, para que nos alumbren, que hagan pedagogía, que nos den clases de ética, que nos enseñen los valores que deben predominar en una sociedad. Y de paso que nos ayuden a organizarnos.

¡Esto ya no hay quien lo aguante…!