Banco Europeo de Inversiones
Banco Europeo de Inversiones

Europa
José Luis Heras Celemín (18/3/2015)
¿Una versión moderna de “El cuento de la lechera” para yuppies?
En el mundo de la banca y las finanzas hay dos españoles que tienen peso propio: José María Roldán, que es el Presidente de la Asociación Española de la Banca (AEB); y Román Escolano, que es uno de los Vicepresidentes del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Los nombres de los dos, unidos y presentando el primero al segundo, ejercieron de reclamo en la tribuna política de Nueva Economía Fórum al comienzo de la primavera climatológica (y económica) española y europea. 

Los temas a tratar por ellos dos podrían ser interesantes: Las influencias e interferencias entre el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco Europeo de Inversiones (BEI), que son los dos bancos “europeos” por excelencia. Las relaciones de ambas entidades “europeas” con los bancos comerciales españoles. Las influencias del BEI en América Latina o África, por las que se interesarían el ex eurodiputado Salafranca y la ex ministra de Asuntos Exteriores Ana de Palacio. E incluso la realidad que vive Grecia con su posible salida del euro; y las ayudas a Ucrania, por las que preguntaría la prensa.

Todos ellos saldrían a la palestra y fueron tratados, mejor soslayados, siguiendo la mejor línea de las declaraciones opacas de algunos representantes europeos.

Pero los asuntos a analizar no fueron los que se esperaban, o, al menos, no todos los que interesaban. Sólo se referían al Banco Europeo de Inversiones. Los primeros apuntes los dio el presentador Roldán con unos trazos: El BEI y el sistema financiero tienen “una coincidencia de intereses muy fuertes”. Se trata de financiar la recuperación. Y (el BEI) es un banco intermediario y fiable para la renovación de la economía productiva.

Después, Escolano entró en los tres objetivos de la convocatoria en relación con el BEI: Definir qué es. Exponer su actividad en España. Y explicar la participación y rol del BEI dentro del Plan Europeo de Inversiones conocido como Plan Juncker.

A pesar de que el BEI es conocido (basta con entrar en las páginas que la UE facilita en internet), el orador explicó: Que el BEI es una entidad con carácter híbrido, unión de banco e institución europea antigua, que arranca del tratado de Roma. Que es propiedad de los 28 países miembros de la UE y que España tiene el 10%. Que es la entidad inversora más grande del mundo, con unas cifras en su balance gigantescas (de 530.000 millones de euros), un tamaño mayor que el Banco Mundial, el Banco Americano y el Banco Asiático juntos, y con una solvencia financiera máxima. Que es un instrumento al servicio de los accionistas, ya usado frente a la crisis e interaccionando con la banca financiera. Y que, tras un cambio de orientación, ha pasado de invertir en “proyectos y estructuras”, como hacía hasta 2008, a financiar a sectores reales y a la Pequeña y Mediana Empresa con una inversión creciente: 27.000 millones en el año 2011 y 80.000 millones en 2014.

Después dio algunos datos sobre la actividad del BEI en España: Superada la caída de la financiación tras la crisis, España es el primer receptor de financiación de la UE, por delante de Italia, Inglaterra, Francia y Alemania. Una de cada dos empresas que recibe ayuda del BEI en Europa es española. Se han creado productos financieros e iniciativas, como las iniciativas PYME (ayuda a la pequeña y mediana empresa) y PIMA (protección del medio ambiente mejorando el parque de vehículos contaminantes), o los acuerdos  microbank…

Y terminó entrando en lo que parecía el objetivo principal de los dos insignes españoles en la Tribuna Política de Nueva Economía Fórum: la explicación en español de la participación del BEI en el Plan de Inversiones para Europa, conocido como Plan Juncker, que las instituciones europeas sólo publican en tres idiomas: alemán, inglés y francés.

En dos folios polícromos con el anagrama del BEI, previamente se habían entregado unos gráficos con títulos claros sobre el BEI y datos precisos.

Poco a poco, con más prisas que motivos, Escolano fue repasando los datos relativos a: Balance (Fondos propios y capital pendiente de desembolso 281.000 millones de Euros. Ratio de Adecuación de Capital 26%). Desglose de Capital (a 1 de julio de 2013, para los 28 países de la UE). Papel activo durante la crisis (80.300 millones de euros en 2014). Financiaciones en 2014 (77.000 millones de euros). Record de volumen de financiación en España (11.898 millones de euros). Aumento significativo de la financiación a PYMES (28.100 millones de euros). Gráfico de Financiación del BEI en Alemania, Francia, España, Italia y Reino Unido. Prioridad creciente en financiación de PYMES (Aumento del 400% en el periodo 2010-2014), Adaptación de financiación a PYMES según las necesidades de la Economía.

Quedaban para el final las estrellas informativas del Plan Juncker:
Un resumen del Plan de Inversiones para Europa en relación con el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas (EFSI) con dos cifras: Una dedicada a las Inversiones para grandes proyectos a través del BEI, fijada en 16.000 millones de euros. Y otra referida a la pequeña y mediana empresa, de 5.000 millones de euros.

Y el llamado “efecto multiplicador de EFSI”, según el cual los 16.000 de millones de euros sumados a los 5.000 millones de euros del punto anterior se convertirían (¿se convertirían?) en 240.000 millones de euros y 75.000 millones de euros respectivamente. O lo que es lo mismo, las cantidades iniciales se multiplicarían (¿se multiplicarían?) por 15 en virtud de lo que el orador llamó suma de dos multiplicaciones: una interna con un coeficiente multiplicador del 3 y otra externa con otro coeficiente del 5.

Esto se parece a “El cuento de la lechera para yuppies”, dijo alguien en la mesa, ante la ausencia de justificación y cálculo del efecto multiplicador.

Mientras, Escolano citaba el Artículo primero del Reglamento, el propósito de proporcionar capacidad de riesgo y aumentarla para ampliar la capacidad de préstamo, y explicaba (¿explicaba?) que la forma de hacerlo no consiste en dar fondos sino en aumentar la garantía que puede proporcionar el BEI. Algo después, en el turno de preguntas, diría que las ideas del Plan Juncker tratan de hacer reformas estructurales, eliminar o mitigar los problemas de inversión y administrar el fondo.

Como perla con aspiraciones de titular, la concreción de que el Banco Central Europeo (BCE) va a comprar bonos del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Como incógnita, la forma en que pueda llegar el dinero a las empresas.

Ya en la calle, mientras el ponente estrechaba manos, una consulta con Google informaba que la expresión “El cuento de la lechera” es similar a “hacer castillos en el aire”, que recogió el griego Esopo en una de sus fábulas, que tuvo una versión en el siglo XIV, escrita por don Juan Manuel; y que, más adelante, en el Siglo XVIII, fue usada en la fábula en verso de Félix María de Samaniego.