Berta Cáceres

Internacional
Espacios Europeos (2/3/2017)
El periódico The Guardian publica hoy una investigación sobre el asesinato de la líder y activista hondureña de los Derechos Humanos y del Medio Ambiente, Berta Cáceres, fruto de la cual se ha sabido –de acuerdo con fuentes judiciales de Honduras- que los sospechosos del asesinato fueron entrenados en Estados Unidos.

Recordemos que Berta Cáceres fue asesinada hace ahora justo un año, en la madrugada del 2 de marzo de 2016, cuando en Honduras se luchaba contra la represa hidroeléctricas que amenazan la región de los lenca, una etnia que puebla ese territorio.

Las investigaciones apuntan a que los organizadores y ejecutores del asesinato de Berta Cáceres son miembros muy cercanos a las Fuerzas Armadas de Honduras, en concreto al servicio de inteligencia militar.

Dos de los arrestados por ese asesinato, Mariano Díaz y Douglas Giovanny, recibieron entrenamiento militar en Estados Unidos. Según los informes que ha publicado el diario The Guardian  -provenientes de fuentes judiciales- dos de los arrestados, Díaz y Giovanny,  mantuvieron varios contactos telefónicos con Henry Javier Hernández, militar de las fuerzas especiales de Honduras, que ahora se encuentra también arrestado. De acuerdo con las mismas fuentes, en una de las conversaciones se menciona el pago de un dinero por el encargo de una muerte extrajudicial.

Berta Cáceres fue asesinada en su casa en la localidad de Intibucá, cerca de donde la compañía Desarrollos Energéticos SA (DESA), construye la represa de Agua Zarca, a la que se oponían radicalmente la COPINH, una organización ecologista y de Derechos Humanos creada por Cáceres.

Aparte de los dos mencionados hubo otras dos personas más que participaron en el asesinato de la líder indígena, nos referimos a Sergio Ramón Rodríguez, ingeniero de la empresa DESA, y Edison Atilio Duarte Mesa, militar.

Los familiares de Berta Cáceres y activistas de la COPINH no están de acuerdo en cómo se está llevando a cabo el procedimiento investigador, entre otras cosas porque no se alude a los autores intelectuales de ese asesinato.

Este asesinato no es, por supuesto, el primero ni será, por desgracia, el último, pero sí ha sido uno de los de más notoriedad, ya que la víctima era muy conocida en foros internacionales por su dedicación a la defensa de los Derechos Humanos de los indígenas hondureños.