España/Economía
Espacios Europeos (16/10/2017)
El Partido Popular de Rajoy se ha enfrentado a multitud de reformas, en especial en los primeros años de su primera legislatura. Aunque quizá la más delicada fue la reforma de las pensiones.
Los pensionistas dan y quitan Gobiernos. Por su volumen, cerca de diez millones de votantes. Por su fidelidad con el voto, más de un 70% de ellos siempre ejerce su derecho a voto, frente al 50/60% de los menores de 44 años. Además, son votantes asiduos del bipartidismo, un 30% simpatiza con el PP y un 25% con el PSOE, frente al 5% que lo hace con Ciudadanos o el 8% que lo hace con Podemos.
Los políticos son muy conscientes de todo ello. Por ello, la errática evolución de los parámetros del sistema de pensiones viene definido por los vaivenes políticos. El Gobierno de Rajoy se enfrentaba en 2013 a su mayor reto: reducir las pensiones –es insostenible mantener el mismo nivel de pagos- pero sin incomodar a su principal caladero de votos. La respuesta a tal rompecabezas la obtendría de un trabajo realizado 30 años atrás por el nuevo y flamante Premio Nobel de Economía, Richard Thaler.
Si algo ha enseñado al mundo el reciente Nobel es que las personas son de todo menos racionales. Al menos, en el plano de la economía. Para dar validez a lo que señala Thaler, lea el lector las dos siguientes afirmaciones y conteste si considera justo o injusto la situación. Rajoy tomó buena nota del cuestionario.
1) Una empresa está experimentando una pequeña recesión en su comunidad, para hacerla frente decide reducir los salarios un 7% durante ese año. ¿Es justo?
2) Una empresa está experimentando una pequeña recesión en su comunidad, para hacer frente a la recesión decide aumentar los salarios un 5%, en un entorno con una inflación del 12%. ¿Es justo?
Ambas cuestiones están extraídas de la principal obra escrita por el Nobel, ‘Psicología Económica’, y trata de explicar la diferencia entre lo que piensa la gente real de lo que debería pensar según las teorías económicas. El profesor Thaler dedicó gran parte de su vida a diferenciar esas dos figuras. La primera, eran los ‘Econs’ en alusión a las personas que aparecen en los modelos económicos. Siempre racionales. La segunda, simple y llanamente los denominaba ‘Humanos’, en el sentido más estricto de la palabra. Está segunda figura, no siempre era racional.
Ahora, de nuevo en el ejemplo. ¿Cuál de los dos ejemplos descritos resulta más justo? En realidad, ambos son idénticos desde un punto de visto económico, como se habrán dado cuenta los lectores más perspicaces. Desde el punto de vista de la teoría es equivalente reducir el salario un 7%, que aumentarlo un 5% en un contexto de inflación del 12%. Lo que es lógico para los ‘Econs’ no lo es para los ‘Humanos’.
El experimentó lo llevó a cabo Thaler junto a otro Premio Nobel y también padre de la introducción de la psicología en la economía, Daniel Kahneman, y el profesor de la Universidad de Simon Fraser, Jack Knestch. Ante esas mismas preguntas, los canadienses –el trabajo se llevó a cabo en Canadá a través de encuestas telefónicas- no distinguieron bien que se trataba de la misma situación. La cuestión número uno solo la valoraron como justa el 38% de los encuestados, mientras que la segunda contó con el 80% de aprobación.
En su obra, Thaler explica que “un recorte del salario nominal se considera una pérdida y por tanto es algo injusto, mientras que la falta de ajuste a la inflación se considera aceptable, puesto que aumenta el nominal”. Está sencilla explicación del experimento parece la base del mecanismo de corrección más severo que se implemento en las reforma de las pensiones de 2013.
La revisión del sistema aprobado por el Gobierno se edificó sobre dos elementos centrales: por un lado, a través del denominado Factor de Equidad Intergeneracional que adecua las nuevas pensiones con las esperanza de vida media. La efectividad del nuevo factor reduce las pensiones entre un 5% y un 15% máximo hasta 2050. El segundo factor, y a la postre más importante, es una variación del Factor de Revalorización Anual formulado por los expertos a los que el Gobierno consultó que utilizaba una compleja ecuación para igualar ingresos y gastos. Tiempo después, el Gobierno lo rebautiza como Índice de Revalorización Anual (IRA). El IRA hace que en situaciones de que los pagos sean mayores que los ingresos las pensiones se desindexan del IPC y solo suben un 0,25%.
Si se describe más detalladamente el funcionamiento del IRA, rápido se encuentra el truco utilizado por el PP y porque nos remite directamente a Thaler y su ‘Economía del Comportamiento’. Dada la situación del sistema, es más que probable que se mantenga en negativo durante décadas. Esto es, que mientras el nominal seguirá creciendo, una ínfima parte pero crecerá, la inflación restará cada vez más poder adquisitivo a las pensiones y mantendrá estable su gasto en relación al PIB. Lo que es calcado del extracto de Thaler que rezaba “que la falta de ajuste a la inflación se considera aceptable, puesto que aumenta el nominal”.
El experimento de las llamadas telefónicas no fue el único ejemplo que ha dado esta rama de la economía a la difusa relación entre cifras nominales y reales –nominal menos inflación-. En 1997 Eldar Saffir, Peter Diamond –uno de los mayores expertos en pensiones a nivel mundial- y Amos Tversky –padre intelectual de Richard Thaler o Robert Shiller– publicaron un trabajo en consonancia con el sesgo descubierto una década atrás. Los tres economistas mostraron como las personas durante una toma de decisión normalmente prefieren la información financiera que les venía en términos nominales, rechazando el efecto de la inflación.
El factor rehecho por el PP supondrá en un futuro no muy lejano el mayor ajuste de la democracia en pensiones. Gracias a este mecanismo las pensiones pueden reducirse cerca de un 35% en las próximas décadas. Traducido en millones de euros la cantidad si asusta, el Gobierno pagará cerca de 56.000 millones de euros al año menos en pensiones allá por 2050. A pesar de ello, no se han visto grandes movilizaciones ni la intención de voto al PP ha caído desde la aprobación de la reforma. Parece que Rajoy fue capaz de dar respuesta al rompecabezas gracias a la ayuda del nuevo Nobel de Economía.
Fuente: Merca2.
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