Niños palestinos.

Internacional
Espacios Europeos (12/8/2018)
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos,
UNRWA, nos envía una llamada de socorro titulada “Nos quieren echar de Jerusalén”,  en la que nos dice que frente a la injusticia, necesitan la ayuda de todos para “seguir llevando educación, atención sanitaria, servicios sociales y dignidad a la población refugiada de Palestina”, y nos remiten a su página de internet. Los argumentos que emplean son estos: 

El alcalde de Jerusalén, Nir Barakat, declaraba hace unos días su intención de expulsar a UNRWA de Jerusalén y expropiar nuestros colegios, nuestras clínicas e instalaciones para que Israel ofrezca esos servicios a las más de 50.000 personas refugiadas de Palestina de la ciudad. 

Más de 25.000 personas viven ahora mismo en el campo de refugiados de Shuafat. Creado en 1965 para acoger a la población refugiada de Palestina, quedó totalmente rodeado por el muro de separación levantado por Israel en 2003. Aunque al año siguiente la Corte Internacional de Justicia (CIJ) estimó que “debía ser desmantelado”, hoy el muro sigue en pie y para llegar a la ciudad, las personas refugiadas se ven obligadas a cruzar a diario un puesto de control israelí. Para moverse por su ciudad, las personas refugiadas necesitan el permiso de Israel.

Cada día, más de 1.500 niños y niñas asisten a las aulas de las tres escuelas que tenemos en Shuafat y que, como el resto de escuelas de la UNRWA, les ofrecen uno de los mejores sistemas educativos de todo Oriente Medio. Cuando se ponen enfermos, los niños y sus familias asisten a nuestras clínicas y reciben los servicios sociales que necesitan a través de los programas que tenemos en marcha.

En sus declaraciones, Nir Barakat sentenció que, echando a la UNRWA, “se acabaría el problema de los refugiados de Palestina”como si el derecho al retorno y la justicia internacional pudiera esfumarse por una decisión unilateral.

Gracias al apoyo de nuestras socias y socios llevamos más de 70 años ayudando a la población refugiada a acceder a sus derechos básicos y allí seguiremos hasta que logren por fin una solución justa y duradera a su situación. Como en el resto de Cisjordania, Gaza y países de acogida, trabajamos en Jerusalén Este porque la comunidad internacional lo ha decidido, y no va a ser el alcalde de la ciudad quien cambie nuestro mandato.