espacioseuropeos.com (18/9/2008)
Los presidentes suramericanos tratan de encontrar una solución a la crisis que vive Bolivia. Así, el canciller chileno, Alejandro Foxley, propuso en la reunión de UNASUR que su país iba a proponer al resto de países que conforman esta organización, la creación de una «mesa» de diálogo,  y el envío de una misión de UNASUR y la OEA a Bolivia.

El lunes pasado, los presidentes de UNASUR se reunieron en Santiago de Chile para tratar de buscar una solución a la grave crisis política y social por la que atraviesa Bolivia, con un saldo de una quincena de muertes.

En una rueda de prensa, Foxley reveló que el primer objetivo de esa misión conjunta era «establecer un calendario para terminar con la violencia y hacer que el diálogo sea permanente en las próximas etapas de la democracia boliviana», a la vez que reconocía «la autoridad legítima del presidente Evo Morales, quien es el interlocutor principal en el diálogo a futuro», así como «el principio de legitimidad de la democracia encabezada por Morales y la integridad territorial que no puede ponerse en cuestión en ningún momento».

Nada más arribar a Santiago de Chile, el mandatario venezolano manifestó que «aquí en Bolivia está en marcha una conspiración, una conspiración internacional facturada y dirigida por el imperio norteamericano, tal cual como ocurrió aquí en Chile (en 1973)».

En esta cumbre también participaron los gobernantes de Colombia, Álvaro Uribe; Uruguay, Tabaré Vázquez; Argentina, Cristina Fernández, y Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Asimismo, estuvo presente el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, quien llegó a Santiago de Chile procedente de Washington. Alan García, presidente de Perú excusó su presencia por motivos oficiales.

Por otro lado, se espera que la reunión de Evo Morales, con los prefectos rebeldes, que ha tenido lugar hoy, pueda reconducir el diálogo roto.