Economía/Europa
Manuel Funes Robert
(30/4/2012)angela-merkel1
En el lento pero continuo avance de las doctrinas keynesianas funesianas le ha tocado el turno a ceder a la Merkel que es el obstáculo que se enfrenta la  UE para encontrar la solución de la crisis.

En este evolución lenta pero segura hay dos momentos fundamentales. Uno, aceptar que el ajuste no basta y que hace falta combinarlo con políticas de crecimiento. Dos, que el BCE debe intervenir haciendo uso de su facultad de crear liquidez. La Merkel no ha llegado al punto dos, es más, sigue aferrándose todavía a su ideal  proclama en el acto de su vacilación que la solución no puede pasar por créditos del BCE a los estados. Esto es reconocer que el dinero que procede de la impresora del BCE no hay que devolverlo al BCE tanto que éste lo crea de la nada y cuando se lo anticipa no se crea ni debito ni deuda porque el BCE es parte del estado y nadie puede ser deudor y acreedor de sí mismo al mismo tiempo. En cambio, cuando se les entrega dinero nuevo a los bancos  con la idea de que éstos presten a los estados, se hace pagar intereses de mercado que no tendrían que pagar si su relación fuera directa y no indirecta.

No nos cansaremos  de repetir que la última causa de la crisis es una insuficiencia global y mundial de liquidez que se produce en el mundo en el momento en que dicha liquidez pudo ser posible con la pérdida del patrón oro. Y de esa crisis es responsable la UM pues el sucesor de Trichet ha ido más lejos aludiendo que el BCE no puede anticipar dineros de nueva creación porque sus estatutos lo impiden. Es lamentable esta afirmación cuando se ha obligado  los gobiernos europeos  a modificar sus constituciones para imponer la regla absurda del 4%.

En el caso de Merkel se da otra circunstancia y es que ignora la propia historia de Alemania donde Hjalmar Horace Greeley Schacht, ministro de hacienda con Hitler y absuelto en el proceso de Núremberg recibió el sobrenombre de mago de las finanzas por lo que hizo y consiguió imponiendo su autoridad en el banco central alemán. Schacht relata que cuando llegó a él con la aprobación de Hitler se encontró con que para aumentar la cantidad de dinero debía antes que aumentar la cantidad de productos:  «yo  me di cuenta de que era al revés, que había que aumentar el dinero primero como ocurre siempre en toda relación entre los medios y los fines».

El éxito fue espectacular y Alemania fue el primer país  que salió de la crisis del 29 anticipándose  a la obra de Keynes. Galbraith afirmaría más tarde: «Hitler encontró la solución al paro antes de que Keynes explicara por qué se producía».

Precisamente Schat tradujo «La teoría general…» de Keynes lo que obligó a éste a alabar en su prólogo a un ministro del gobierno nazi. Posteriormente y debido a ello dio argumentos a los liberales que no sabían defenderse de la demoledora argumentación doctrinal de Keynes.

Considero oportuno sugerirle a Merkel la lectura de este libro cuyo título es«MERH GELD, MERH ARBAIT, MERH KAPITAL», libro del que  hago una extensa alusión  en «La lucha de clases en el siglo XXI».