Internacional
RéVoltaire (26/4/2014)
El proyecto de construcción del canal interoceánico en Nicaragua como alternativa al Canal de Panamá por parte de China, con la colaboración de Rusia, supone uno de los golpes geoestratégicos más duros de ambas potencias a la tradicional soberanía unilateral de los estadounidenses en Hispanoamérica que se inició en 1893 con la llamada “doctrina Monroe” o “América para los americanos”, de EE. UU., claro.
El gobierno de Estados Unidos no podrá oponerse a que otros utilicen sus propios argumentos del libre mercado, de la libre competencia, concesión al mejor postor y eso de la globalización creciente.
Le empresa china HKND Group obtuvo a finales del año pasado la concesión del futuro canal interoceánico de Nicaragua por cincuenta años prorrogables por otros cincuenta. La construcción de dicho canal unirá el Pacífico, el Atlántico y el Caribe; su coste inicial es de 40.000 millones de dólares.
La vía fluvial estará acompañada de un oleoducto y de una carretera, dos puertos de aguas profundas, dos aeropuertos y dos zonas francas.
Si bien su finalización está prevista para el año 2029, se espera que en 2019, la vía navegable podría tener ya una capacidad tan alta como para captar más de 416 millones de toneladas de carga, lo que representa casi un 4% de la carga marítima del planeta.
Es de sobra conocido que su homólogo, en pequeño, el canal de Panamá, se abrió en 1914 y perteneció a USA hasta que su propiedad fue entregada en 1999 a Panamá, eso sí reservándose Estados Unidos el derecho a intervenir militarmente para defender el canal de las amenazas que impidan su tránsito y funcionamiento.
Piotr Yákovlev, director del moscovita Centro para los Estudios Ibéricos del Instituto de América Latina, dijo recientemente a la emisora La Voz de Rusia, que varias compañías rusas están negociando su participación con Pekín en este proyecto estratégico. Yákovlev mencionó también las estrechas relaciones entre Rusia y Nicaragua en los últimos años en sectores como el comercio y la cooperación técnico-militar.
Las relaciones políticas no queda fuera de ese contexto como así lo confirma el propio Yákovlev: «Durante la votación en la ONU sobre la crisis ucraniana, Nicaragua se encontraba entre los países que apoyaron la postura rusa». Para añadir: «En pocas palabras, alrededor del canal de Nicaragua se está desarrollando un gran juego geopolítico y geoeconómico».
Asimismo, mencionó los nuevos acuerdos entre Rusia y Nicaragua que, en el plano militar, van a permitir que buques y aviones de combate rusos visiten el país en la primera mitad de 2014, y que unidades militares moscovitas puedan patrullar las aguas territoriales de Nicaragua en el Caribe y el Pacífico hasta el 30 de junio de 2015, con una casi segura prórroga.
Noticias relacionadas:
IU vota en el Senado en contra de la Ley de Asilo
Pedro Sánchez elude hablar del derecho de los saharauis a decidir
Rumanía: Un diagnóstico de su economía al borde del colapso
¿Existe la independencia judicial?
La Justicia de Marruecos absuelve a Hassan Al Haski, uno de los condenados por el atentado del 11-M
La inútil Reforma constitucional revela las carencias del sistema
Rabat reestructura su lobby en Bruselas para enfrentar las sentencias del TJUE sobre los acuerdos co...
1.123.000 toneladas de fosfato expoliadas del Sáhara Occidental en 2020
Etiquetas:
Alianza Geoestratégica de China y Rusia, América para los americanos, Canal de Nicaragua, canal de Panamá, Caribe, Centro para los Estudios Ibéricos del Instituto de América Latina, Doctrina Monroe, Estados Unidos, HKND Group, Internacional, Nicaragua, pacífico, panama, Piotr Yákovlev, RéVoltaire, Rusia, USA