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Eduardo Paz Rada (20/2/2015)
La Agenda Patriótica 2025, que impulsa el gobierno de Evo Morales Ayma apoyado por más del 60% de los bolivianos, determina desarrollar políticas y acciones orientadas a conseguir la soberanía en distintos aspectos de la vida nacional: alimentos, producción diversificada, finanzas, recursos naturales, ciencia y tecnología, medio ambiente y gestión pública y conseguir la erradicación de la extrema pobreza, la dotación de servicios básicos y la atención generalizada de salud y educación a la población. La implementación de este referente histórico estratégico deberá impulsar una política económica proteccionista para avanzar efectivamente en la realización de los objetivos de la liberación nacional antiimperialista en la perspectiva del socialismo latinoamericano.

La superación del neoliberalismo no solamente significa derrotar a sus representantes políticos o a recuperar los recursos naturales y las empresas estatales mediante la nacionalización, sino a establecer el rol central del Estado Nacional en la planificación, gestión, redistribución de la riqueza e impulso de las transformaciones económicas y sociales para conseguir la independencia económica y la seguridad nacional frente a las agresiones del imperialismo y de las transnacionales y avanzar hacia la conquista de la autosuficiencia en alimentos, vestido, vivienda y medios de vida imprescindibles.

Esto significa impulsar una revolución agrícola y pecuaria fundada en la producción campesina y no en la de los grandes terratenientes exportadores; una revolución  manufacturera en los sectores que fortalezcan el mercado interno y la capacidad de consumo de la población; una revolución en la banca y las finanzas, sectores altamente beneficiados del crecimiento económico; y una revolución industrial de los recursos naturales como el gas, el litio y los minerales. Esto no será posible si el Estado no controla el comercio exterior, desarrolla políticas de protección a los productores internos y fiscaliza y sanciona a los contrabandistas, especuladores y monopolizadores de importaciones y exportaciones.

Las grandes redes de contrabando de importación de vehículos, alimentos, electrodomésticos, manufacturas, ropa usada y productos industriales y de ilegal exportación de hidrocarburos, minerales, oro y madera tienen el manejo de más de cinco mil millones de dólares anuales que no solamente escapan al control del gobierno y la aduana, sino que se convierten en un peligro latente para el avance de los objetivos establecidos en la agenda patriótica.

No es posible que se mantenga el contrabando (desde y hacia afuera) de trigo, maíz,  café, aceite, manteca, durazno, uva, manzana, hortalizas, tubérculos, electrodomésticos, leche, papa, harina, ropa usada, vehículos nuevos y usados,  gasolina, diesel, oro, minerales, madera y una variedad de productos, que en conjunto afectan fuertemente a las posibilidades de establecer una economía social, comunitaria, cooperativa, estatal y privada productiva que trascienda los límites del capitalismo.

Las recetas impartidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), basadas en el librecambio a ultranza del capitalismo salvaje, han llevado, a finales del siglo pasado, a los países de América latina a una situación de crisis social y económica insostenible, similar a la que ahora afecta a Grecia, España, Portugal e Irlanda sometidas a los condicionamientos del Banco Europeo y a la presión de los gobiernos de Alemania y Francia.

Frente a las potencias mundiales que han alcanzado esa situación preponderante desarrollando políticas proteccionistas e imponiendo librecambio a las colonias y semicolonias de la periferia y que aún ahora Estados Unidos, varios países de la Unión Europea y Japón son altamente proteccionistas y realizan millonarias subvenciones a su producción agropecuaria e industrial, se hace necesario desarrollar alianzas estratégicas de Bolivia con los países vecinos en base a la complementación y la conquista de ventajas mutuas, en el marco de la perspectiva de integración y unidad de América Latina.

N. de la R.
Eduardo Paz Rada
es sociólogo boliviano y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia e Hispanoamérica.