González, Rajoy, el ex rey de España, Zapatero y Aznar, los "hacedores" de la España actual

González, Rajoy, el ex rey de España, Zapatero y Aznar, los «hacedores» de la España actual

Mi Columna
Eugenio Pordomingo (31/1/2016)
La sensibilidad, mientras no diga nada la Casa Blanca, y según el Diccionario de la Real Academia Española, es la “Facultad de sentir, propia de los seres animados” o  “Manera peculiar de sentir o de pensar. Idea común a distintas sensibilidades políticas”. ¿A cuento de qué viene esto de la Sensibilidad?

Pues, muy sencillo. Empiezo a estar más que harto de nuestros dirigentes –porque nos dirigen-, de los locales, de los nacionales y de los internacionales. ¡Vaya panda! Y no tengo por menos que recordar ahora una frase del madrileño Enrique Jardiel Poncela, que dice así: “La estupidez es una asociación internacional”. Me iré explicando, tranquilos.

Sobre el titular de estas modestas líneas, Tienen menos sensibilidad que las almejas, reconozco que me lo ha sugerido un texto de mi amigo Javier Perote, y también del sindicalista Nicolás Redondo. Éste último, hizo mención a la “sensibilidad de las almejas” cuando supo de la relación –posterior matrimonio- de Miguel Boyer con ´La China´, Isabel Preysler, como así la conocían en los sectores de la progresía madrileña.

“¡Joder, es que tenéis menos sensibilidad que una almeja!… a este paso se va a hacer realidad nuestra peor pesadilla, que en vez de correr delante de los grises tengamos que correr delante de los trabajadores”, solía decirles Nicolás Redondo a sus compañeros de partido y sindicato. Redondo consideraba más peligroso el abrazo de la  aristocracia que el de un oso.

De la estupidez y de la sensibilidad van estas líneas; de la estupidez hay militantes a raudales, y mucha escasez de la segunda. El tratamiento que le doy es conjunto y fácil de diseccionar.

Estoy hasta el mismísimo coco, por no decir otra cosa, que sería considerada escatológica, de la verborrea de políticos de tres al cuarto, se llamen como se llamen, militen donde militen y sean religiosos o ateos. ¡Hasta el coco!

Estoy hasta ahí, de la situación de mi país; de las penurias de decenas de miles y miles de personas; realidad que han creado las oligarquías políticas, sindicales y empresariales. Y también, harto de esta monarquía que no nos merecemos, al menos yo.

Me aburren los telediarios y los informativos; me produce hastío escuchar cada día una nueva operación contra la corrupción. Me revienta que se tiren los trastos unos a otros, como si ellos fueran discípulos de la Madre Teresa de Calcuta, y el otro un sátrapa demoníaco.  Me produce pavor que se critique sólo a los políticos de enfrente, y no a los propios, como si solo fueran corruptos e ineficaces los de nuestro bando.

Me molestan esos que dicen, “Chico, es que no puedo ver un telediario, con niños ahogados al naufragar la patera en la que tratan de llegar a Europa; no puedo soportar ver a miles de personas andando medio descalzos con la mochila al hombre o con el bebé en brazos, muerto de frío, tratando de esquivar a la policía”, mientras –el que esto dice-  engulle un suculento menú y paladea un caldo Gran Reserva.

Me revientan, y mucho, las declaraciones de políticos sobre las posibilidades que tienen de ser investidos –o sea, mandar-, mientras millones de españoles están sin trabajo, y otros muchos se han tenido que exilar en busca del mendrugo. Todo eso les importa un bledo.

Escucho a Mariano Rajoy, y es que se me ponen los pelos como escarpias. Él, como todos los políticos al uso, nunca se enteran de lo que hacen los suyos –me refiero a los negocietes-; si acaso sabe algo es por la prensa. ¿Se habrá enterado Rajoy de que su partido está imputado o de que a Bárcenas le destrozaron sus ordenadores en Génova?

Por si fuera poco, nos enteramos por la prensa que Pablo Iglesias y su Podemos, han sido fagocitados por la CIA, en connivencia con el CNI, en una operación similar a la que llevó al PSOE al poder en 1982: apoyar y controlar a una izquierda, antes de que la verdadera izquierda se haga con el BOE.Almeja

Ya, el colmo, exministros del PP, PSOE y UCD, prietas las filas en torno al horno de la Fundación España Constitucional, se lanzan a la arena de propalar la urgente necesidad de un Gobierno de «amplio respaldo». Por cierto, entre todos los miembros de esa fundación hay más recursos que en el FMI.

Por si todo esto fuera poco, sale a la palestra Felipe González, pontificando sobre lo divino y lo humano. ¿Acaso no recuerda Filesa y Malesa, el caso Flick, el escándalo de Juan Guerra, los GAL, los ERE de Andalucía, etc.?

El arsenal de viejas glorias, con olor a naftalina, sacadas del baúl de los recuerdos, y con un historial que da para varios volúmenes, no acaba.

Las declaraciones, de Francisco Vázquez y José Luis Corcuera,  merecen un aparte. Para otro día.


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