Economía
espacioseuropeos.com (20/4/2012)
El grupo empresarial internacional B-20 ha pedido renunciar al dólar como moneda dominante a fin de buscar la diversificación de divisas en el comercio internacional. La petición fue hecha durante una reunión mantenida con los ministros de Economía y Comercio del G-20 celebrada ayer en el balneario mexicano de Puerto Vallarta, según información de la prensa local que ha recogido Ria Novosti. El Business 20 o B-20, tiene por objetivo -según sus componentes afirman- «promover el diálogo entre los Líderes y la comunidad empresarial a fin de enriquecer las discusiones del G-20 y coadyuvar a alcanzar sus objetivos».
En el transcurso de la reunión, Guillermo Ortiz, presidente del mexicano Grupo Financiero Banorte y responsable de la Comisión de Financiamiento para el Crecimiento y Desarrollo del B-20, manifestó que el mundo «está moviéndose hacia múltiples divisas. Esto debe reflejarse también en la denominación del comercio en divisas, que no sea (únicamente) el dólar estadounidense».
Ortiz, partidario de diversificar las divisas del comercio internacional, considera conveniente para el comercio mundial que las monedas de economías tan importantes como China representen su peso real. La misma opinión la manifestó hace días, el ministro ruso de Finanzas, que dijo que el dólar, el euro y el yen serán a corto plazo pilares de la economía mundial.
Al encuentro del balneario de Puerto Vallarta (México), asistieron los 19 representantes de Economía y Comercio del G-20, así como los ministros del ramo de siete países invitados. El conflicto entre Argentina y España por la expropiación de YPF, filial de Repsol, ocupó buen parte de la reunión. La preocupación latente no lo es por apoyar a España, sino por el temor a que China se haga con los recursos petrolíferos que explota YPF.
No son pocos los analistas que ven un peligro en esa petición, y recuerdan que la petición de que el dólar no fuese la moneda de cambio en la OPEP -propuesta que hizo y comenzó a implantar Saddam Hussein– provocó la invasión y destrucción de su país. Hasta ahora, y desde hace muchos años, todas las transacciones petrolíferas se hacen teniendo como moneda el dólar. La guerra del Golfo en 1990 provocó un importante cambio en la economía y liderazgo mundiales. En apariencia Estados Unidos se alzó como líder indiscutible, pero la realidad es que en la actualidad es la nación más endeudada del mundo.
La puesta en circulación del euro ha supuso un importante varapalo para Estados Unidos, sobre todo debido a que la moneda europea logró ser más fuerte que la estadounidense. Por otro lado, los grupos financieros europeos llevan tiempo desprendiéndose de sus activos en dólares que ahora compra Asia.
Otro peligro para el dólar es que países africanos e hispanoamericanos efectúan sus intercambios comerciales en euros e, incluso, se ha impuesto por pura necesidad el trueque. Un ejemplo claro es la relación comercial entre Cuba y Venezuela, donde el primer país aporta sanidad y el segundo la paga en petróleo.
La posición frente al dólar que intenta mantener Irán, similar a la impulsada en su día por Hussein, está creando serios problemas a Estados Unidos. La solución bélica sería la peor solución.
¿Estamos en el principio del fin?
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