Economía
Manuel Funes Robert (21/10/2013)lA AVARICIA
El seguidor más brillante de la obra de Keynes y el que lo amplió a los términos internacionales, que era la necesidad mayor al aparecer la unión monetaria europea, nos ha repetido con ampliación sus tesis de las que yo me había hecho eco especialmente en el segundo capítulo de ´La lucha de clases en el sigloxxi´ (Ed. ESIC 1997). Complace en estos tiempos en los que en la vieja Europa se impone el ajuste y el sufrimiento ver y precisamente en estas nuestras páginas el principio grandiosamente keynesiano de Galbraith (hijo) según el cual “EL GOBIERNO AMERICANO NO TIENE QUE PEDIR PRESTADO PARA GASTAR”.

Se ha dicho también que los Estados no tienen necesidad de pedir préstamos, pero si son el canal y el medio adecuado para proveer el concepto de financiación y no de préstamo los importes adicionales que exige la situación planteada.

Cuanto descanso encontramos los que hemos defendido, desde siempre y últimamente desde este foro la necesidad de que los bancos centrales estén al servicio de las necesidades de financiación de las economías de los países y no al revés. Hace una semana hablábamos del fin del patrón oro y denunciábamos públicamente a los que han inventado la política de austeridad como medio de preservar sus intereses privados a costa de sufrimiento de millones de personas. Dick Cheney ex vicepresidente americano respondió a los que mostraban su preocupación por el coste de la segunda guerra del Golfo (criticable políticamente, desde luego) así: “RONALD REAGAN DEMOSTRÓ QUE LOS DEFICITS NO IMPORTAN”.

Muchos estudiosos tienden a cometer el error de asociar económicamente a Reagan y a Thatcher, cuando sus políticas monetarias no podían ser más diferentes. Thatcher, subió los tipos de interés y llevó una política monetaria restrictiva que contribuyó al hundimiento de Inglaterra en los años posteriores a su mandato. Sin embargo, Reagan impulsó el gasto público, no preocupándose por su límite, consiguiendo dinamizar la economía americana como lo hizo en la década de los 80 consiguiendo de esta forma un doble triunfo político y económico: gracias al brutal gasto militar, que la URSS no pudo igualar provocó la caída del bloque del este en Europa. Obama nos tranquiliza al elegir a Janet Yellen como responsable de la FED, en la línea continuista de Bernanke.

Esperemos que la gran coalición que intenta alcanzar Merkel en este lado del Atlántico suavice las políticas que hasta ahora ha emprendido, proporcionando esperanza a un continente que aunque débilmente, comienza a salir de la recesión.