Sánchez y Zelenski se abrazan. Foto archivo

Internacional
Miguel Torres (6/3/2025)
Sorpresa mundial, Putin habló por teléfono con Trump. De eso hace un tiempo.

La conversación fue confirmada oficialmente por ambos lados, y el presidente yanqui la calificó como “muy productiva”. Eso aconteció hace, como digo, varias jornadas.

Entonces saltaron todas las alarmas a escala global, y las especulaciones en las grandes cadenas mediáticas avanzaban a la velocidad del sonido, y todos se hicieron la misma pregunta: ¿qué va a pasar ahora con Ucrania?

Y estalló la PARANOIA: en la Unión Europea y la OTAN temen que Ucrania pase a manos de Rusia, de acuerdo con las últimas declaraciones del propio Trump: “Ucrania pronto será Rusa”.

Una especie de DELIRIO mediático que empieza a cobrar forma especulativa a partir de la decisión del Kremlin y de Washington de retomar las líneas de negociación abandonadas durante la gestión del presidente Biden y también de Obama, no lo olvidemos.

Y la incógnita sobre lo que hablaron Trump y Putin (al margen del híbrido y formal comunicado oficial), alimenta la tesis de un acuerdo rápido y urgente en Ucrania, sobre la base de dos argumentos centrales:

1) Trump quiere terminar ya con el enorme costo financiero de la ayuda militar y logística a Ucrania, al que hace responsable del déficit presupuestario de EEUU.

2) El Presidente yanqui quiere (y siempre lo afirma) que la Unión Europea deje de financiar a Ucrania, y use ese dinero para potenciar la capacidad militar de la OTAN en la defensa de Europa, y libere al Pentágono USA de esa tarea. “Paguen sus gastos sin la ayuda de EEUU”, repite compulsivamente a sus satélites europeos.

En este contexto la sorpresiva conversación telefónica entre Trump y Putin, reflota las versiones de una UCRANIA RUSA, cuya materialización no sería otra cosa que la aceptación por parte de Zelenski de las principales demandas históricas de Putin para firmar la Paz en Ucrania:

1- Reconocimiento documentado de todos los TERRITORIOS ocupados por Rusia en Ucrania.
2- Desarme y renuncia de Ucrania a integrarse en la OTAN, y firma de un documento declarándose NEUTRAL en todo conflicto militar.
3- Retiro de EEUU y de la OTAN de Ucrania y de las líneas fronterizas con Rusia.

Los últimos acontecimientos (desencuentro de Zelenski y Trump en la Casa Blanca (Despacho Oval); carta de Zelenski a Trump, en la que acepta negociar la paz con Rusia, que el Kremlin valora positivamente), son la evidencia de que ese nuevo rumbo se ha iniciado.

Zelenski ha propuesto a Putin una tregua parcial, a la vez que lamenta lo sucedido con Trump en la Casa Blanca. Zelenski ha doblado el espinazo ante el «firme liderazgo» –según él- del actual presidente de Estados Unidos. Lo de las “tierras raras” va en el mismo paquete.

Ayer, de madrugada, el presidente estadounidense dejó claro en su intervención en el Capitolio (Washington), que no hay marcha atrás. Y, lógicamente, Zelenski se suma a los dictados del Imperator.

Entre tanto, la guerra arancelaria no ha hecho más que empezar con China, Canadá, México y la Unión Europea, que va aparejado a la exigencia del Canal de Panamá y Groenlandia. Eso, de momento.

 

 


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