Internacional
Eduardo Paz Rada (5/3/2014)Hugo Chavez
Las luchas de liberación de los pueblos son permanentes y en este momento histórico el impulso de los procesos revolucionarios en varias latitudes de América Latina y el Caribe se encuentra enfrentando fuertes agresiones del imperialismo en alianza con las oligarquías locales, buscando desestabilizar los avances conseguidos, debilitar el campo popular y establecer cabezas de playa para destruir los avances de la unidad e integración emancipadora del continente y, de esta manera, ejercer el control geopolítico en una zona estratégica del planeta.

La experiencia pasadas con golpes de Estado, campañas des-informativas desde las grandes cadenas mundiales, conspiraciones abiertas y encubiertas, manipulación sobre sectores sociales, rumores y otros mecanismos patentados por Washington y sus Embajadas son ya experiencias negras para los pueblos y los gobiernos que revindican su carácter nacionalista y socialista y ante esta situación los mismos están ahora desarrollado acciones de organización, resistencia y defensa de los procesos, las cuales se convierten directamente en manifestaciones de homenaje y reconocimiento al comandante Hugo Chávez por su entrega al proyecto liberador y por su misión bolivariana de juntar fuerzas para emprender la marcha de la Patria Grande Latinoamericana y Caribeña.

El pasado 22 de febrero, una marcha popular llegó a las puertas de la Embajada de Estados Unidos en La Paz para manifestar, precisa y claramente, el repudio del pueblo boliviano a la conspiración lanzada contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, manifestaciones populares que en todos los rincones del mundo se están produciendo en las últimas semanas.

A un año de su muerte, el legado de Chávez es fundamental tanto por el rescate de la lucha de los pueblos a lo largo de siglos frente al colonialismo y el imperialismo, expresada en las rebeliones indígenas, la guerra de la independencia, la lucha antiimperialista de los siglos XIX y XX, gestas que fueron encubiertas por la versión de una historia oficial de los vencedores alienados con la visión eurocéntrica dominante, así como por la reivindicación del pensamiento emancipador de Simon Bolivar, Simon Rodríguez, José Martí, Manuel Ugarte, Augusto Cesar Sandino, José Carlos Mariategui, José Vasconcelos, Fidel Castro y Jorge Abelardo Ramos.

Corresponde, por lo tanto, identificar claramente cuales son las vías por las cuales el imperialismo estadounidense-europeo está desarrollando una ofensiva global ante su propia crisis y la búsqueda de salidas a la caída de la tasa de ganancia, la pérdida del control sobre importantes reservas mundiales de materias primas, petróleo principalmente, y el avance sostenido de la potencia económica y política de China y la recuperación rusa.

En la dimensión interna de los países latinoamericanos y caribeños que han abierto la senda emancipadora los aprestos desestabilizadores se manifiestan en maniobras de los empresarios monopolizadores de la industria, el comercio y los servicios para generar escasez de productos básicos generando molestia y desaliento en la población, a lo que se agrega las poderosas campañas de las cadenas de medios de comunicación y los analistas y comentaristas neoliberales que repudian el rol central del Estado en la recuperación de las economías nacionales. A su vez, los gobiernos conservadores, apadrinados por Estados Unidos, caso de México, Colombia, Chile y Perú, están abriendo una brecha en el proyecto liberador de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) con la formación de la Alianza del Pacífico (AP).

Asimismo, las bases militares estadounidenses y europeas en el Caribe, Centroamérica, Océano Pacifico y Atlántico Sur han reactivado su presencia y potenciado su poder de intervención, movilizando sus flotas navales como es el caso de la presencia de armas atómicas de Inglaterra en las Islas Malvinas Argentinas que tienen la finalidad de someter y dominar la región y garantizar la presencia de las transnacionales explotadoras de los recursos naturales.

Los primeros pasos de la estrategia de debilitar los procesos de integración y unidad de América Latina y el Caribe y también de quebrar el avance económico de Brasil están en marcha, y ahora se pretende avanzar sobre la estabilidad interior en cada uno de los países como el caso de Venezuela, Bolivia, Argentina, inclusive Brasil, donde se preparan campañas de desinformación y amarillismo, así como conatos de conflictos sociales y regionales que desestabilicen la región y en otros casos a través del argumento de la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia, creando e impulsando grupos de paramilitares y mercenarios.

Las enseñanzas de Hugo Chávez de avanzar en la férrea unidad del pueblo con sus dirigentes y líderes y de defender el proceso de emancipación interna y de la unidad latinoamericana y caribeña se mantienen como banderas centrales de lucha y movilización de los sectores nacionales y populares en cada rincón de la Patria Grande.

N. de la R.
Eduardo Paz Rada es sociólogo, actual Director de la Carrera de Sociología de la UMSA.